El gobierno de Biden ha concluido formalmente que Rusia ha cometido «crímenes contra la humanidad» en Ucrania, según la vicepresidenta estadounidense Kamala Harris, quien declaró el sábado en una conferencia de seguridad que las pruebas examinadas por el Departamento de Estado de Estados Unidos no dejan «ninguna duda» de que las fuerzas rusas han llevado a cabo atrocidades.
Harris hizo estas declaraciones el sábado en la Conferencia de Seguridad de Múnich en Alemania, donde enumeró una serie de actos presuntamente cometidos por el ejército ruso en su invasión de casi un año de Ucrania que Moscú llama una «operación militar especial».
«Las fuerzas rusas han llevado a cabo un ataque generalizado y sistémico contra la población civil: terribles actos de asesinato, tortura, violación y deportación», declaró Harris. También citó «asesinatos estilo ejecución, palizas y electrocución».
Mientras que la Administración Biden determinó oficialmente en marzo pasado que las tropas rusas habían cometido crímenes de guerra en Ucrania, el Departamento de Estado ha estado sopesando desde entonces nuevas pruebas para determinar si las acciones de Moscú cumplen con la definición más estricta de «crímenes contra la humanidad».
«En el caso de las acciones de Rusia en Ucrania, hemos examinado las pruebas, conocemos las normas legales, y no hay duda», dijo Harris. «Se trata de crímenes contra la humanidad».
«Lo más atroz»
En concreto, la determinación de «crímenes contra la humanidad» se realiza en casos en los que los ataques contra civiles se llevan a cabo de forma sistemática y generalizada. Tal determinación se reservó para lo que el Secretario de Estado Antony Blinken dijo que eran «los crímenes más atroces».
Blinken emitió una declaración el sábado en la que reflejaba la idea central de las declaraciones de Harris, señalando que el Departamento de Estado había llevado a cabo un «cuidadoso análisis de la ley y de los hechos disponibles» y que las acciones de las fuerzas rusas en Ucrania cumplen el criterio de «crímenes contra la humanidad».
Su declaración indicaba que el examen del Departamento de Estado había concluido que las fuerzas rusas han cometido «asesinatos al estilo de ejecuciones de hombres, mujeres y niños ucranianos; torturas de civiles detenidos mediante palizas, electrocución y simulacros de ejecución; violaciones; y, junto con otros funcionarios rusos, han deportado a Rusia a cientos de miles de civiles ucranianos, incluidos niños que han sido separados a la fuerza de sus familias».
Blinken añadió que tales actos no eran aleatorios ni espontáneos, sino que «formaban parte del ataque generalizado del Kremlin contra la población civil ucraniana».
Harris dijo en la conferencia que los autores de esos crímenes «tendrán que rendir cuentas».
Su discurso se produjo mientras los líderes occidentales se reunían en Múnich para hacer un balance del peor conflicto militar que ha asolado Europa desde la Segunda Guerra Mundial.
Moscú no había emitido ninguna declaración en respuesta a la determinación del gobierno estadounidense de «crímenes contra la humanidad» en el momento de la publicación.
El Kremlin acusa a Kiev de «crímenes contra la humanidad»
Sin embargo, la embajada rusa en el Reino Unido acusó en marzo de 2022 al ejército ucraniano de llevar a cabo tanto «crímenes de guerra» como «crímenes contra la humanidad» en el este de Ucrania, acusando a Kiev de «exterminar» a la población civil en las llamadas Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk.
El ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, alegó en un comunicado el sábado que Estados Unidos y sus aliados estaban librando una «guerra híbrida integral» contra Rusia que Washington llevaba tiempo preparando, utilizando a los «radicales ucranianos como ariete».
Lavrov acusó a Estados Unidos y sus aliados de intentar derrotar a Rusia en el campo de batalla, destruir su economía con sanciones, aislarla internacionalmente y convertir a Rusia en un «Estado rebelde».
También acusó a las potencias occidentales de estar «obsesionadas con un empeño maníaco por restaurar un orden mundial unipolar neocolonialista» al tratar de obstaculizar el resurgimiento de Rusia como actor principal en la escena internacional.
Rusia sostiene desde hace tiempo que Estados Unidos se inmiscuyó en Ucrania para establecer el país como un baluarte de la OTAN en las fronteras rusas y que las acciones de Moscú contra Kiev son una especie de ataque preventivo realizado en defensa propia para neutralizar una amenaza militar creciente.
El Kremlin también ha acusado a los partidarios occidentales de Ucrania de provocar una escalada del conflicto armado que traería «inevitablemente» un «gran número de víctimas y destrucción a gran escala».
El conflicto, de casi un año de duración, ha causado decenas de miles de muertos, ha desarraigado a millones de personas de sus hogares y ha perjudicado a la economía mundial.
Ucrania denuncia una «guerra genocida»
El ministro de Asuntos Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba, fue preguntado al margen de la Conferencia de Seguridad de Múnich qué opinaba de la determinación de Estados Unidos de que Rusia había cometido «crímenes contra la humanidad» en Ucrania.
«Rusia emprendió una guerra genocida contra los ucranianos porque no reconocen nuestra identidad y no creen que merezcamos existir como nación soberana», respondió.
«Todo lo que se deriva de eso son crímenes contra la humanidad, crímenes de guerra y varias otras atrocidades cometidas por el ejército ruso en el territorio de Ucrania».
«Dejemos que los abogados resuelvan específicamente qué acto pertenece a dónde en términos de calificación legal», añadió.
Kuleba expresó su esperanza de que las potencias occidentales proporcionen a Kiev sus ansiados aviones de combate.
Occidente se ha mostrado reticente a proporcionar los aviones, por temor a una escalada que podría extenderse a través de la frontera a los países aliados de la OTAN y desencadenar potencialmente las disposiciones del artículo 5 de la alianza, según el cual un ataque contra uno se considera un ataque contra todos.
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