Israel ha hecho algunos progresos, buenos pero limitados, en el aumento del flujo de ayuda humanitaria a Gaza y, por tanto, Estados Unidos no limitará las transferencias de armas al país, declaró el Departamento de Estado estadounidense en un comunicado del 12 de noviembre.
El mes pasado, el secretario de Defensa, Lloyd Austin, y el secretario de Estado, Antony Blinken, advirtieron en una carta fechada el 13 de octubre que el apoyo estadounidense a Israel podría verse afectado si no mejoraban las condiciones humanitarias en la Franja de Gaza.
“Hemos visto que se han tomado algunas medidas en los últimos 30 días. En concreto, hemos visto la reapertura del cruce de Erez. Hemos visto la apertura de un nuevo cruce en Kissufim. En lo que se refiere al corredor de las fuerzas armadas jordanas, hemos visto una exención de ciertos requisitos aduaneros que las organizaciones humanitarias habían dicho anteriormente que eran un obstáculo”, dijo el martes a los periodistas el portavoz del Departamento de Estado, Vedant Patel.
«También hemos visto algunas rutas de entrega adicionales abiertas dentro de Gaza, incluyendo la carretera Bani Suheila, ampliando el uso de la carretera de la valla israelí, así como la reparación de la carretera costera. También hemos visto cómo se reanudaban y restablecían algunas entregas en el norte, primero en la ciudad de Gaza, y en esta última semana en las zonas que rodean Jabalia. También hemos asistido a la ampliación de la zona humanitaria de Mawasi y a la institución de pausas operativas periódicas».
Patel dijo que Estados Unidos «en este momento no ha hecho una evaluación de que los israelíes estén violando la ley estadounidense».
Sin embargo, los grupos de ayuda humanitaria afirman que las condiciones en Gaza son peores que en cualquier otro momento de la guerra, que dura ya 13 meses.
«Israel no solo no cumplió los criterios estadounidenses que indicarían el apoyo a la respuesta humanitaria, sino que al mismo tiempo adoptó medidas que empeoraron drásticamente la situación sobre el terreno, en particular en el norte de Gaza», según un informe firmado por ocho organizaciones humanitarias, entre ellas Care, Save the Children, Oxfam y varias otras. «Esa situación se encuentra hoy en un estado aún más calamitoso que hace un mes».
Carta de Blinken y Austin
Las fotografías de la carta de Austin y Blinken del 13 de octubre revelaron a los dos funcionarios estadounidenses advirtiendo que Israel tendría que hacer mejoras en un plazo de 30 días. En caso de que Israel no lo hiciera, dijeron los funcionarios estadounidenses, podría haber «implicaciones para la política de Estados Unidos en virtud de la NSM-20 y la legislación estadounidense pertinente».
NSM-20 se refiere a un memorando de política presidencial que Biden puso en práctica en febrero. Reitera el requisito de que los países receptores de transferencias de armas estadounidenses se comprometan a no denegar arbitrariamente ni obstaculizar de otro modo los esfuerzos de asistencia humanitaria de Estados Unidos.
La carta del 13 de octubre pedía a Israel que permitiera la entrada diaria en Gaza de un mínimo de 350 camiones cargados de mercancías, que abriera un quinto paso fronterizo, que permitiera a los refugiados de los campamentos de tiendas de campaña de la costa trasladarse al interior a medida que se acercara el invierno y que permitiera a los grupos de ayuda acceder al norte de Gaza.
Una de las condiciones que Israel cumplió fue la apertura de un quinto paso fronterizo con Gaza, cerca de la ciudad israelí de Kissufim, al este de Jan Yunis. Un funcionario israelí dijo a los periodistas que Israel también había ampliado la zona humanitaria costera, había aumentado la seguridad de los vehículos de ayuda y había gestionado grupos de trabajo conjuntos con la comunidad internacional y otras partes para mejorar la situación.
El 11 de noviembre, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) afirmaron que estaban ampliando una segunda zona humanitaria en el sur de Gaza.
Sin embargo, Israel no permitió el paso del número obligatorio de camiones. Las cifras israelíes mostraron una media de 57 camiones que entraron al día en octubre y 81 al día durante la primera semana de noviembre. Las Naciones Unidas informaron de una cifra inferior, con un promedio de 37 camiones diarios desde principios de octubre.
Un funcionario israelí proporcionó cifras más elevadas, afirmando que 50 camiones entran diariamente en el norte de Gaza, y otros 150 camiones cruzan al resto de Gaza.
Alrededor de 34,000 toneladas de alimentos entraron en Gaza en octubre, menos de la mitad que el mes anterior, según datos israelíes.
El mes pasado, Stephane Dujarric, portavoz del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, dijo que «los repetidos esfuerzos para entregar suministros humanitarios» estaban siendo «negados por las autoridades israelíes».
El general de brigada Elad Goren, que dirige el cuerpo militar israelí que supervisa los esfuerzos humanitarios y civiles en Gaza, calificó la acusación del portavoz de «mentira pura y dura al cien por cien». Dijo que las Naciones Unidas comprometieron 69 trabajadores y 40 camiones para el esfuerzo de distribución de ayuda.
«Creemos que la ONU no quiere ser excelente en su trabajo porque cree que si hace su trabajo, aliviará la presión sobre Israel», dijo Goren.
«Nuestros colegas humanitarios […] acceden a estas zonas fronterizas por rutas muy peligrosas, expuestas a las hostilidades, con muchas carreteras alternativas prohibidas por las autoridades israelíes. Las rutas disponibles están a menudo en mal estado y son propensas a los saqueos armados. Los suministros comerciales están prácticamente prohibidos», dijo Dujarric.
La agencia de Goren, la Coordinación de Actividades Gubernamentales en los Territorios (COGAT), proporcionó datos e imágenes de video que muestran que el número de camiones retenidos en el cruce de Kerem Shalom pasó de 450 el 1 de octubre a 700 el 30 de octubre.
La ONU no recoge la ayuda, lo que crea cuellos de botella, y hasta el 40% de las mercancías enviadas son robadas por terroristas de Hamás y familias del crimen organizado, afirmó COGAT.
Goren dijo que COGAT se había reunido varias veces con las Naciones Unidas para resolver los problemas, ofreciendo carreteras alternativas que evitaran a los saqueadores, permitiendo a los camiones palestinos circular por las carreteras de defensa desde territorio israelí y proporcionando escolta a los camiones.
Dujarric dijo que no bastaba con permitir que la ayuda se acumulara en los puntos de entrada. Señaló que miles de empleados de las Naciones Unidas y de la UNRWA, su agencia de ayuda palestina, estaban disponibles para ayudar en el esfuerzo.
La UNRWA ha sido la principal agencia de distribución de ayuda en Gaza. La Knesset israelí aprobó recientemente una ley que prohíbe a la UNRWA operar en Israel o en los territorios que controla y a las agencias israelíes cooperar con ella. La agencia tiene casi 30,000 empleados, casi todos palestinos —única entre las organizaciones de refugiados de la ONU— y es el mayor empleador de la Franja de Gaza.
Las operaciones militares israelíes en la Franja de Gaza responden a los atentados del 7 de octubre de 2023 dirigidos por Hamás en el sur de Israel, que dejaron 1200 muertos y unos 250 rehenes. Desde entonces, las fuerzas israelíes han intentado erradicar a Hamás y conseguir la liberación de los rehenes restantes.
Más de 43,000 personas han muerto en Gaza, según el Ministerio de Sanidad de Gaza. Los funcionarios no distinguen entre civiles y terroristas, pero afirman que más de la mitad de los muertos eran mujeres y niños. Por el momento no es posible verificar de forma independiente las cifras exactas de víctimas.
Con información de Ryan Morgan, The Associated Press y Reuters
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