Estados Unidos rechazó el martes la decisión de Nicaragua de interrumpir sus relaciones con la Organización de los Estados Americanos (OEA) y tomarse las oficinas del organismo en el país.
El Departamento de Estado acusó a Ortega de querer minar el escrutinio de la OEA ante las denuncias de abusos a los derechos humanos en el país y de lo que EE.UU. califica como una “farsa” electoral en noviembre del año pasado.
“La decisión de Nicaragua (…) sirve como un esfuerzo por socavar los esfuerzos de la OEA para hacer que el régimen rinda cuentas por sus falsas elecciones de noviembre de 2021 y los continuos abusos contra los derechos humanos”, dijo a la Voz de América un portavoz del Departamento de Estado en un correo electrónico.
Las elecciones presidenciales que dieron un cuarto mandato a Ortega fueron rechazadas tanto por la OEA y EE.UU. como por la Unión Europea y organismos internacionales, que denunciaron la falta de transparencia y el arresto a políticos opositores previo a los comicios.
“Condenamos fuertemente la decisión de Nicaragua de ocupar las oficinas de la OEA en Managua”, añadió el portavoz, poco antes de que la vicepresidenta nicaragüense, Rosario Murillo, anunciara que el edificio pasará a manos del Estado.
El régimen de Ortega retiró los representantes nicaragüenses de la OEA y tomó sus oficinas Managua. Nicaragua solicitó su salida del organismo en noviembre del año pasado, que finalizará oficialmente en el 2023, según explicó la propia OEA en un comunicado.
Congreso estadounidense también condena acciones de Ortega
Senadores estadounidenses también se pronunciaron el miércoles en contra de las acciones del régimen nicaragüense respecto a la OEA.
El senador republicano por el estado de Florida, Marco Rubio, acusó al régimen de Ortega de estar imitando la “posición anti-estadounidense” de Cuba en las organizaciones internacionales.
“La decisión de Ortega de salir de la OEA reafirma su desinterés por la democracia representativa y el imperio de la ley”, agregó Rubio en un comentario enviado a la VOA.
Cuba fue expulsada de la OEA en 1962, durante la Guerra Fría. En el 2009, el organismo levantó la suspensión al país caribeño pero el régimen cubano no ha expresado interés por volver a la organización.
Por su parte, el senador demócrata Tim Kaine, también rechazó las medidas de Ortega, señalándolas como parte de un esfuerzo por eliminar “las posibilidades de críticas” a su régimen.
“El régimen de Ortega expresa críticas vacías a la OEA para enmascarar su esfuerzo concertado para eliminar la posibilidad de críticas desde todos los rincones: estudiantes, iglesias, sociedad civil”, dijo el legislador por el estado de Virginia en un comunicado escrito a la VOA.
El canciller de Nicaragua, Denis Moncada, acusó a la entidad regional de ser una “colonia de EEUU”, en la rueda de prensa en la que anunció la decisión de retirar sus representantes.
El líder de Nicaragua, Daniel Ortega, ha calificado tanto a EE.UU. como a la OEA de “intervencionistas”.
Nicaragua padece una grave crisis sociopolítica que comenzó hace cuatro años con las protestas antigubernamentales por el incremento a las cuotas del seguro social. El régimen aseguró que las manifestaciones fueron un intento de golpe de Estado contra el mandato de Ortega, que lleva más de 15 años consecutivos en el poder.
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