NUEVA YORK—Estados Unidos busca reforzar las alianzas con los vecinos de China en respuesta a un régimen cada vez más agresivo y represivo, según Nicholas Burns, embajador estadounidense en China.
En un debate moderado en la Asia Society de Manhattan, el diplomático estadounidense se remontó a la era Clinton, cuando Estados Unidos abogaba por incorporar a China a la Organización Mundial del Comercio con el supuesto de que la integración del régimen comunista en el sistema internacional lo asimilaría a los valores occidentales.
«Creo que eso ya lo hemos superado», dijo Burns a la audiencia.
Si esa era la realidad política entonces, el comportamiento del régimen chino en 2024 presenta una dinámica «completamente diferente» dijo. El régimen es «agresivo, desdeñoso con algunos de sus vecinos», mientras que no ha hecho más que intensificar su represión de la población dentro de China.
«Así que no creo que estemos en un periodo de tiempo en el que creamos que podemos cambiar de repente el comportamiento del [régimen chino]», dijo. «Pero podemos cambiar el entorno».
Eso implica reforzar las alianzas de Estados Unidos en el Indo-Pacífico y trabajar con la Unión Europea «en una política estratégica conjunta en el Indo-Pacífico», al tiempo que se invierte en casa para construir la base industrial estadounidense y se defienden los intereses nacionales de Estados Unidos, dijo, señalando los derechos humanos, la tecnología y el comercio.
«Esa es nuestra política, y esa es la política correcta, y es realmente formar un entorno diferente alrededor de China».
Burns enumeró una lista de transgresiones chinas, desde su coerción militar hacia los socios indo-pacíficos de Estados Unidos hasta la «perniciosa» ayuda militar china a Rusia.
El argumento de que las tensiones con Estados Unidos han provocado de alguna manera que el Partido Comunista Chino (PCCh) se vuelva más agresivo no se sostiene, dijo Burns.
«Creo que es al revés», dijo, señalando que Estados Unidos ha sido coherente durante décadas en la adhesión a la «política de una sola China» del PCCh, según la cual Washington reconoce oficialmente un solo gobierno chino, pero mantiene lazos no oficiales con Taiwán, una isla que China ha reclamado como una provincia propia renegada.
El régimen chino, por su parte, ha protagonizado disputas territoriales en el mar de China Meridional con países como Filipinas y Malasia, así como enfrentamientos a lo largo de su frontera himalaya con India.
Un buque guardacostas chino dispara un cañón de agua contra el Unaizah el 4 de mayo, un buque fletado por la Armada filipina, que realiza una misión rutinaria de reabastecimiento a las tropas estacionadas en Second Thomas Shoal, en el mar de China Meridional, el 05 de marzo de 2024. (Ezra Acayan/Getty Images)
«No es porque hayamos cambiado», dijo Burns. «Es que los dirigentes chinos tienen una visión diferente, y están disputando las fronteras de otras personas y presentando un desafío a la seguridad, que es bastante profundo».
Beijing ha pregonado repetidamente la retórica de una «relación ganar-ganar» con Washington, mientras que al mismo tiempo la expansión de su presencia militar sin tener en cuenta la soberanía de otros países, dijo. «Eso es un problema, y por eso estamos en un estado de ánimo competitivo».
Un elemento de ello se manifiesta en el frente ideológico.
Cuando se le preguntó por los esfuerzos del PCCh para controlar las narrativas en el extranjero, Burns se refirió al programa de enseñanza de idiomas financiado por el Estado chino, los Institutos Confucio, que antaño prevalecían en todo el sistema universitario de Estados Unidos. En la actualidad, prácticamente todos estos institutos han sido clausurados debido a la creciente preocupación por el espionaje.
«Son agentes de la influencia del gobierno chino», afirma Burns.
Lo considera parte de una «batalla de ideas» en curso en la que el régimen chino trata de socavar el orden internacional liderado por Estados Unidos y construido tras la Segunda Guerra Mundial.
Mientras que la red de propaganda estatal china CGTN cubre «la mayoría de las habitaciones de hotel de todo el mundo en cualquier continente», con miles de millones de dólares de financiación estatal para proyectar la influencia de Beijing, los comentarios del Secretario de Estado Antony Blinken sobre China no pudieron pasar los censores del PCCh para llegar al pueblo chino, señaló.
El Gran Cortafuegos, dijo, significa que «la mayoría de los ciudadanos chinos no saben nada de Tiananmen. No saben lo que está pasando en Xinjiang… no saben lo que está pasando en Hong Kong».
El contraste entre estos dos mundos es la razón por la que Burns cree que Estados Unidos tiene «la obligación de disputar la batalla de las ideas», dijo, añadiendo que es una «batalla pacífica».
Durante su discurso, dos mujeres le interrumpieron en dos ocasiones, y una de ellas dijo en voz alta: «No tenemos derecho a decirle a China lo que tiene que hacer».
El Sr. Burns dijo más tarde que los abucheos no le molestaban.
«No queremos que interrumpan e impidan el debate, pero tienen derecho a hablar y criticarme», dijo. «Eso no es lo que ocurre, obviamente, en China. Así que intentamos mostrar ese lado de la democracia estadounidense».
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