El 26 de agosto, Estados Unidos tomó medidas contra 24 empresas estatales chinas y contra las personas involucradas en la agresión militar de Beijing en el Mar del Sur de China, mientras la administración Trump intensifica sus respuestas a las amenazas del Partido Comunista Chino (PCCh).
El Departamento de Comercio dijo en un comunicado que agregó a dos docenas de empresas chinas en una lista negra comercial por «ayudar al ejército chino a construir y militarizar islas artificiales, condenadas internacionalmente, en el Mar del Sur de China». La designación prohíbe a las empresas estadounidenses hacer negocios con estas empresas, a menos que obtengan una licencia especial.
El departamento de estado también anunció que comenzará a imponer restricciones de visado a los ciudadanos chinos «responsables o cómplices de» la construcción o militarización de estas islas artificiales o que han hecho «uso de la coerción por parte de Beijing contra los reclamantes del sudeste asiático para inhibir su acceso a recursos en alta mar». A los señalados se les negará la entrada a Estados Unidos, dijo, y agregó que esto también puede aplicarse a los familiares de los implicados.
Las acciones se producen un mes después de que EE.UU. rechazara formalmente los reclamos territoriales «ilegales» de Beijing en el Mar del Sur de China y condenara su «campaña de acoso» en la región. La administración Trump también impuso sanciones a funcionarios chinos y de Hong Kong, citando su participación en abusos de derechos en las regiones de Xinjiang y Hong Kong, respectivamente.
Beijing tiene reclamos territoriales sobre la mayoría de las vías fluviales que cubren el Mar del Sur de China, reclamos que fueron declarados ilegales en una decisión de 2016 por un tribunal internacional. Filipinas, Vietnam, Malasia, Brunei y Taiwán tienen reclamos competitivos en las vías fluviales. Hogar de ricos caladeros y recursos naturales potencialmente valiosos, el Mar del Sur de China, también conocido como el Mar de China Meridional, es también una de las principales rutas marítimas del mundo.
En los últimos años, el régimen ha tratado de reforzar sus reivindicaciones en la vía fluvial estratégica mediante la construcción de puestos militares en islas y arrecifes artificiales. Además, ha desplegado barcos guardacostas y barcos de pesca chinos para intimidar a los barcos extranjeros, bloquear el acceso a las vías fluviales y apoderarse de los bancos de arena y los arrecifes.
Beijing utilizó empresas estatales para dragar y construir más de 3000 acres de estructuras artificiales en el Mar de China Meridional, que incluyen instalaciones de defensa aérea y misiles antibuque, dijo el Departamento de Comercio.
Entre las empresas agregadas a la «lista de entidades» del departamento de comercio se encuentran cinco subsidiarias del gigante de la construcción estatal chino, China Communications Construction Company (CCCC). El secretario de Estado, Mike Pompeo, dijo en un comunicado que CCCC ha liderado el dragado de puestos de avanzada y también es uno de los principales contratistas utilizados por Beijing en su estrategia de «La Franja y la Ruta», un proyecto de inversión en infraestructura masiva destinado a expandir la influencia del régimen en todo el mundo. Washington ha criticado el proyecto por ser una «trampa de préstamos» para los países en desarrollo que pueden estar saturados con una pesada carga de deuda que no pueden pagar.
“CCCC y sus subsidiarias se han involucrado en corrupción, financiamiento predatorio, destrucción ambiental y otros abusos en todo el mundo”, dijo Pompeo.
«No se debe permitir que la RPC [República Popular de China] utilice CCCC y otras empresas estatales como armas para imponer una agenda expansionista», agregó.
Una versión anterior de este artículo indicaba incorrectamente el número de subsidiarias de CCCC que se incluyeron en la lista de entidades. The Epoch Times lamenta el error.
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