Las agencias federales están trabajando para responsabilizar al régimen chino por su negativa a cooperar en la deportación de inmigrantes ilegales chinos en Estados Unidos, dijo un portavoz del Departamento de Estado a The Epoch Times.
Desde octubre de 2017, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EE.UU. (ICE) ha realizado 1300 solicitudes a Beijing para que proporcione los documentos de viaje necesarios para repatriar a los ciudadanos chinos con órdenes de expulsión definitivas, pero no han recibido respuesta, según un informe del Departamento de Seguridad Nacional de enero (pdf).
El gobierno de EE.UU. ha instado repetidamente al régimen chino a aceptar el retorno de sus nacionales sujetos a deportación, dijo el portavoz en un correo electrónico.
«A pesar de este compromiso de varios años, la RPC [República Popular China] no ha respondido suficientemente a nuestras reiteradas peticiones de emitir documentos de viaje para las personas con órdenes de expulsión definitivas de manera oportuna», añadieron.
Como resultado, el ICE se ha visto obligado a liberar a estos inmigrantes ilegales en la comunidad, muchos de los cuales habían sido condenados por delitos violentos u otros delitos graves, según el informe del DHS. Los liberados forman parte de un retraso de unos 40,800 ciudadanos chinos que esperan ser deportados en Estados Unidos. El ICE está obligado a poner en libertad a los extranjeros ilegales después de seis meses si es poco probable que sean repatriados en un futuro previsible.
«El gobierno de la República Popular China debe hacer más para reducir el número total de ciudadanos chinos en espera de expulsión», dijo el portavoz del Departamento de Estado. «Estamos trabajando con el DHS para responsabilizar al gobierno de la RPC en este sentido».
Las declaraciones del portavoz se hicieron en respuesta a un informe que circula en las redes sociales chinas según el cual Estados Unidos ha impuesto sanciones de visado a China por su falta de cooperación en la repatriación de ciudadanos chinos en espera de ser deportados. Las restricciones de visado se aplican supuestamente a los funcionarios chinos que trabajan en las agencias de inmigración y seguridad del régimen, y a sus familiares directos.
Una foto que circula en las redes sociales chinas muestra una carta sin fecha aparentemente de un funcionario del consulado estadounidense en la que se informa a un solicitante de visado chino que Estados Unidos ha dejado de expedir su visado solicitado en virtud de la sección 243(d) de la Ley de Inmigración y Nacionalidad. Esta sección faculta al Secretario de Estado a imponer sanciones en materia de visados a los países que retrasen injustificadamente la aceptación del retorno de los nacionales y residentes cuya expulsión se haya ordenado a esos países.
La carta dice que la Secretaria de Estado ordenó a los funcionarios del Consulado que dejaran de expedir visados de negocios, turismo y estudiantes a los funcionarios chinos que trabajan en la Comisión Nacional de Supervisión, un organismo de lucha contra la corrupción; el Ministerio de Seguridad del Estado, la principal agencia de inteligencia del régimen; y el Ministerio de Seguridad Pública, el organismo encargado de hacer cumplir la ley del país. Sus cónyuges e hijos menores de 30 años también se ven afectados por las restricciones. Además, las sanciones de visado se aplican a los funcionarios con nivel de subdirector o superior de la Administración Nacional de Inmigración del régimen, y a sus cónyuges e hijos menores de 21 años, según la carta.
El funcionario del Departamento de Estado declinó hacer comentarios sobre este informe, citando la confidencialidad de los casos individuales de visado.
La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Hua Chunying, en una sesión informativa regular el 13 de mayo, dijo que había visto el informe, y señaló que «si esto es cierto, servirá para demostrar que Estados Unidos está saboteando deliberadamente el intercambio normal entre personas con China y politizando el asunto».
La falta de cooperación del régimen chino en la expulsión de los inmigrantes ilegales chinos ha sido constante durante años, y continúa a pesar de los compromisos anteriores de ayudar a las repatriaciones.
«A medida que Beijing continúe haciendo caso omiso de sus obligaciones internacionales y faltando al respeto a la ley de Estados Unidos, el DHS seguirá buscando consecuencias escaladas—incluyendo restricciones de visado», dijo el informe del DHS.
El portavoz del Departamento de Estado dijo que el departamento estaba dispuesto a ayudar al régimen a facilitar la expulsión de sus nacionales, en caso de que Beijing expresara su voluntad de cooperar.
El DHS no devolvió inmediatamente una solicitud de comentarios.
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