El gobierno de Joe Biden vendió casi 6 millones de barriles de petróleo de la reserva estratégica de Estados Unidos a una entidad vinculada al Partido Comunista Chino, según muestran los registros.
Desde septiembre de 2021 hasta julio, el Departamento de Energía (DOE) adjudicó tres contratos de petróleo crudo con un valor combinado de aproximadamente 464 millones de dólares a Unipec America, el brazo comercial estadounidense de la empresa petrolera estatal china Sinopec. Una empresa china vinculada a Hunter Biden realizó una inversión en esta gran empresa petrolera nacional.
La venta habría aprovechado un total de 5.9 millones de barriles de la Reserva Estratégica de Petróleo (SPR) de Estados Unidos para exportarlos a la empresa china. El último contrato se dio a conocer el 10 de julio y consistió en la venta de 950,000 barriles por unos 113.5 millones de dólares.
Las dos últimas ventas a Unipec se produjeron en el marco de la reducción de emergencia de las reservas de petróleo de Estados Unidos, que el presidente Joe Biden inició el 31 de marzo para compensar la pérdida de petróleo ruso en los mercados mundiales y controlar el aumento de los costos del combustible en el país.
Pero los contratos de Unipec han sido objeto de fuertes críticas desde que las conexiones de la empresa con el joven Biden salieron a la luz en las últimas semanas. Con los estadounidenses aún afectados por los precios de la gasolina en junio de 5 dólares por galón, la venta de reservas de petróleo a adversarios extranjeros como China está en contradicción con las necesidades energéticas y de seguridad de Estados Unidos, dijeron los legisladores y analistas republicanos.
«Biden está drenando nuestras reservas estratégicas a un ritmo sin precedentes. Esto es un abuso de la Reserva Estratégica de Petróleo, mucho más allá de su propósito. Enviar las reservas de petróleo de Estados Unidos a los adversarios extranjeros es un error, y socava nuestra seguridad nacional», dijo el representante Clay Higgins (R-La.) a The Epoch Times.
Lo que Estados Unidos debería hacer, argumentó Higgins, es «liberar la producción energética estadounidense y asegurar que nuestras reservas estratégicas estén abastecidas y sean capaces de satisfacer las demandas de una emergencia nacional».
Ofertas de Unipec
La subasta de petróleo es competitiva en cuanto a precios y los contratos se adjudican al mejor postor. Unipec, un participante constante en las anteriores ventas de crudo de Estados Unidos, se aseguró 1.9 millones de barriles en los últimos tres meses mediante dos contratos que ganó el 21 de abril y el 10 de julio.
El Departamento de Energía también vendió 4 millones de barriles a Unipec el pasado otoño durante una venta ordenada por el Congreso.
Las ventas a Unipec parecen situarse en la franja de precios más baja entre los compradores viables, según muestra una revisión de los contratos del Departamento de Energía realizada por The Epoch Times. Por el contrato de 2021, Unipec pagó unos 63 dólares por cada barril, unos siete dólares menos que el precio de negociación en ese momento y más de dos dólares menos que el precio más alto de otros compradores en la venta.
Las compras de abril y julio le costaron a Unipec 103.3 y 119.5 dólares por barril, respectivamente. Los precios más altos ofrecidos, en comparación, fueron de 111.25 y 125.1 dólares.
Reducción sin precedentes
La Reserva Estratégica de Petróleo es el mayor suministro de crudo de emergencia del mundo, con cuatro centros de almacenamiento en Texas y Luisiana diseñados para aliviar la escasez de suministro de petróleo en tiempos de grandes acontecimientos geopolíticos o desastres naturales.
Esta reserva de petróleo ha experimentado un fuerte descenso en el último año, sobre todo desde que Biden, culpando a la guerra de Rusia en Ucrania de la «subida de precios en el surtidor», ordenó en marzo un retiro de petróleo a un ritmo de 1 millón de barriles diarios durante seis meses para frenar los precios de la gasolina. La venta prevista de unos 180 millones de barriles supone la mayor reducción de la reserva en sus más de cuatro décadas de historia y reducirá el suministro de petróleo de reserva de Estados Unidos en un tercio.
El inventario se situaba en 474.5 millones de barriles al 22 de julio, lo que supone un descenso del 34 por ciento respecto a su máximo de 726.6 millones y unos 90 millones menos que el nivel de petróleo de finales de marzo.
El 5 de mayo, el Departamento de Energía (DOE) anunció un «plan de recompra a largo plazo» para recomprar 60 millones de barriles en otoño a través de «un proceso de licitación competitivo y a precio fijo». La fecha de entrega tendrá lugar «en años futuros cuando se prevea que los precios sean significativamente más bajos», probablemente para después del año fiscal 2023. Después de este primer tramo de compras seguirán más recompras, añadió el DOE.
Sin embargo, liberar reservas de petróleo de esta magnitud conlleva riesgos, según Abhi Rajendran y Robert Johnston, dos investigadores de política energética mundial de la Universidad de Columbia. Por un lado, no hay garantía de que los precios del petróleo bajen cuando el gobierno se mueva para rellenar las reservas. Además, la disminución de la oferta de petróleo puede hacer que el mercado valore más las guerras y otras perturbaciones de la oferta, lo que se traduce en precios más altos durante más tiempo, dijeron los investigadores en una entrevista el 1 de abril.
Escrutinio
En el Capitolio, los legisladores republicanos han observado las ventas de petróleo con creciente alarma.
El 20 de julio, un total de 206 republicanos de la Cámara de Representantes votaron a favor de una enmienda legislativa destinada a impedir que el gobierno de Biden exporte petróleo a entidades vinculadas al Partido Comunista Chino.
«No tiene sentido que utilicemos nuestros ya agotados suministros energéticos para ayudar a China a acumular sus propias reservas estratégicas», dijo el representante David Valadao (R-Calif.), en un discurso en el que reunió apoyo para la propuesta.
China es el mayor importador de petróleo del mundo. Mientras Occidente se aleja del petróleo ruso debido a la guerra de Ucrania, China ha estado comprando silenciosamente recursos rusos con grandes descuentos. De marzo a junio, gastó más de 25,000 millones de dólares en petróleo, gas y carbón rusos, casi duplicando la cantidad del mismo periodo del año anterior, según los últimos datos aduaneros. El volumen de ventas impulsó a Rusia a convertirse en el principal proveedor de petróleo de China durante dos meses consecutivos desde mayo, desplazando a Arabia Saudí.
La medida liderada por el Partido Republicano fue rechazada después de que sus 219 homólogos demócratas votaran unánimemente en contra.
El mismo día, 20 miembros republicanos del Comité de Supervisión y Reforma de la Cámara de Representantes escribieron (pdf) a la secretaria de Energía, Jennifer Granholm, solicitando una sesión informativa inmediata y todos los documentos relacionados con la decisión de la administración de vender las reservas de petróleo de Estados Unidos. Ellos indicaron que la gran compañía petrolera china Sinopec, la organización matriz de Unipec, ha estado vinculada al segundo hijo del presidente, Hunter Biden, a través de la firma de capital privado respaldada por el estado chino, BHR Partners, que se convirtió en accionista de Sinopec en 2014.
Hunter fue miembro fundador de la junta directiva de BHR desde 2013 hasta abril de 2020. Su firma Skaneateles también tenía una participación del 10 por ciento en BHR, que según su abogado se ha desprendido a partir de noviembre de 2021. Sin embargo, en el informe anual de BHR de 2021, publicado en junio, Skaneateles sigue figurando como accionista.
El abogado de Hunter no ha respondido a las preguntas de The Epoch Times sobre Skaneateles.
«Como si Biden no pudiera haber liado más esta crisis energética, este último acontecimiento de enviar nuestras reservas estratégicas de petróleo a una empresa petrolera china conectada con Hunter Biden alcanza un nuevo nivel», dijo a The Epoch Times el representante Byron Donalds (R-Fla.), quien firmó la carta.
«En primer lugar, esta administración nunca debería haber explotado estas reservas. En segundo lugar, estas reservas nunca deberían haber salido de las costas de Estados Unidos, y en tercer lugar, Estados Unidos no debería hacer tratos con empresas relacionadas con el hijo del presidente», dijo Donalds, añadiendo que las «continuas acciones comprometedoras de la familia Biden requieren una estricta supervisión del Congreso».
El representante James Comer (R-Ky.), miembro principal del Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes que encabezó la carta, señaló que sus anteriores consultas al Departamento de Energía sobre la venta de petróleo habían quedado sin respuesta.
«Bajo ninguna circunstancia debería el Departamento de Energía tomar decisiones que beneficien económicamente a Hunter Biden o a cualquiera de los socios comerciales de la familia Biden», declaró Comer a The Epoch Times.
«Si los funcionarios de la Administración siguen ignorando una supervisión significativa», los republicanos «utilizarán el mazo para obtener respuestas en enero», dijo el legislador, en referencia a la esperada toma de posesión de la Cámara de Representantes por parte del GOP en las elecciones de mitad de mandato, que daría a los republicanos el poder de citación como líderes de los diversos comités de la cámara.
«El pueblo estadounidense necesita respuestas para determinar si se trata de otro intento de la familia Biden de traficar con el acceso a los niveles más altos del gobierno para enriquecerse», indicó Comer.
El congresista Ralph Norman (R-S.C.), que también respaldó la petición del Comité de Supervisión, dijo que la venta demuestra la «incompetencia absoluta» de la actual administración.
«La Casa Blanca de Biden obviamente no vio ningún problema en cargar millones de barriles de nuestras reservas estratégicas en buques cisterna con destino a países extranjeros, lo que probablemente explica por qué no ven ningún problema en vender nuestro crudo de emergencia a una empresa de gas china con vínculos con la firma de inversiones de Hunter Biden», dijo Norman a The Epoch Times.
La Casa Blanca se defiende
Ian Sams, asistente especial de Biden y portavoz de la Oficina del Consejero de la Casa Blanca, respondió a las acusaciones republicanas el 22 de julio, diciendo que eran «ridículas y falsas».
El Departamento de Energía está «obligado por ley a venderlo ‘en una subasta competitiva al mejor postor’, independientemente de que ese postor sea una empresa extranjera», dijo Sams a Fox News, señalando que la administración Trump, en 2017, también vendió medio millón de barriles de crudo de la reserva a la estatal china PetroChina International a través del mismo «proceso de licitación competitiva».
Sams también subrayó que Biden «no tuvo ninguna participación personal en este proceso».
Pero la declaración de Sams puede no haber presentado la imagen completa, según Daniel Turner, fundador y director ejecutivo de Power the Future, un grupo sin ánimo de lucro que defiende a los trabajadores del sector energético.
«La Casa Blanca ha replicado diciendo que en el pasado hemos vendido a los chinos comunistas y eso es cierto. Nosotros vendimos cuando nuestra Reserva de Petróleo estaba casi llena y el petróleo no estaba en máximos históricos y el mundo estaba en relativa paz», dijo Turner a The Epoch Times. «Los tiempos cambian, y gracias a este Presidente, no solo han cambiado sino que han empeorado y nuestras políticas deben cambiar con ellos».
The Epoch Times no obtuvo respuesta del Departamento de Energía al cierre de esta edición sobre su plan de recompra y las preocupaciones de los legisladores republicanos.
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