Estados Unidos y Rusia mantuvieron el 2 de marzo sus conversaciones cara a cara de mayor nivel desde la invasión a gran escala de Ucrania.
El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, se reunió brevemente con el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, al margen de la cumbre del G-20 celebrada el 2 de marzo en Nueva Delhi, India.
Sin embargo, no hay indicios de que haya disminuido la tensión entre ambas potencias. Asimismo, los países del G-20 no llegaron a ningún consenso sobre el intento de Rusia de conquistar Ucrania ni sobre cómo ponerle fin.
Aunque la reunión no produjo ningún beneficio tangible para ninguna de las partes, fue una muestra de que las comunicaciones entre ambas potencias no se han cerrado del todo. El intercambio se produjo en medio de un aumento de las tensiones mundiales en torno a las amenazas nucleares de Rusia.
Blinken declaró en una rueda de prensa posterior a la reunión que reiteraba el apoyo de Estados Unidos a Ucrania, y que Washington seguiría presionando para lograr una conclusión diplomática de la guerra en los términos de Kiev.
No obstante, Blinken reconoció que «el presidente [ruso] Putin ha demostrado un interés nulo en entablar conversaciones, diciendo que no hay nada de lo que hablar a menos que Ucrania acepte, y cito, ‘la nueva realidad territorial'».
Blinken también instó a Rusia a dar marcha atrás en «su irresponsable decisión» de suspender su participación en el nuevo tratado nuclear START, que limitaba el número y los tipos de cabezas nucleares que Estados Unidos y Rusia podían desplegar.
“El cumplimiento mutuo es de interés para ambos países”, dijo Blinken.
«Pase lo que pase en el mundo, en nuestra relación, Estados Unidos siempre está dispuesto a comprometerse y actuar en el control de armas estratégicas, como hicieron Estados Unidos y la Unión Soviética incluso en plena Guerra Fría», añadió.
A pesar de no haber logrado un consenso sobre Ucrania, Blinken dijo que el hecho de que 18 de las 20 naciones se hubieran puesto de acuerdo en una declaración pidiendo el fin de la guerra era una señal prometedora.
Por su parte, Lavrov afirmó que Rusia seguiría adelante con su campaña militar en Ucrania, acusó a Estados Unidos de llevar a cabo un «chantaje» y se burló del rechazo estadounidense a un llamado «plan de paz» emitido por China, que culpaba a Occidente de la invasión rusa.
La reunión era la primera vez que Blinken y Lavrov hablaban desde una llamada telefónica el año pasado en la que Estados Unidos y Rusia acordaron un polémico canje de prisioneros.
A cambio de la liberación de la jugadora de baloncesto Brittney Griner, Estados Unidos entregó a Rusia a Viktor Bout, uno de los traficantes de armas más infames de la historia.
La última vez que Blinken y Lavrov se reunieron en persona fue en Suiza, en enero de 2022. Las conversaciones de entonces no lograron disuadir a Putin de invadir Ucrania.
Con información de The Associated Press.
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