Estados Unidos «tardó demasiado» en iniciar las labores de espionaje contra los funcionarios sanitarios chinos para saber más sobre la pandemia de COVID-19 desde sus comienzos, según los miembros demócratas del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes.
En un informe desclasificado (pdf) publicado el 14 de diciembre, los miembros del comité dan crédito a las agencias de inteligencia por sus advertencias tempranas de una posible pandemia, pero sostienen que la falta de recopilación clandestina de inteligencia a medida que el virus surgía a finales de 2019 y principios de 2020 fue perjudicial para la visión que el gobierno tendría sobre la situación.
«Los informes de la IC [comunidad de inteligencia] en el mes de enero ‘se basaron en informes de fuentes abiertas, informes diplomáticos’, y sus propias evaluaciones de expertos se formaron sobre la misma base», señaló el representante Adam Schiff (D-Calif.), presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara, en una introducción al informe. «Esto fue útil, pero mucho menos útil de lo que podría haber sido si los recursos se hubieran destinado rápidamente a información más difícil de obtener».
No fue hasta el 29 de enero de 2020 cuando se emitió una directiva formal para comenzar a «intensificar» la recopilación de inteligencia, dice el documento.
Mal preparados
Una de las principales conclusiones del informe es que la lentitud de los esfuerzos de recopilación de información de las agencias de inteligencia en 2020 indica que la comunidad de inteligencia no estaba preparada para hacer frente a una futura crisis sanitaria mundial.
«Aunque la Comunidad sigue estando bien posicionada para utilizar la información de salud pública de que dispone para advertir a los responsables políticos, no está suficientemente posicionada para recopilar inteligencia de valor único en apoyo de una respuesta a la crisis», sostiene el informe. «En opinión del Comité, la CI debe emprender cambios fundamentales para estar mejor preparado para la próxima pandemia —una que podría ser mucho más letal o devastadora que COVID-19».
Describiendo el enfoque típico de la comunidad de inteligencia a tales crisis como un «ciclo de ‘crisis y complacencia’, Schiff señaló que «después de cada acontecimiento ‘único en una generación’, se reclaman grandes inversiones y reformas, pero la atención suele ser efímera. También las inversiones y reformas prometidas no llegan a materializarse. Es un ciclo pernicioso que podemos estar condenados a repetir, si no hacemos caso a las advertencias de este informe».
Culpas
Aunque el informe afirma que su enfoque principal es la respuesta de la comunidad de inteligencia a la pandemia, los demócratas del Comité de Inteligencia de la Cámara también aprovecharon la oportunidad para criticar la respuesta de la administración Trump.
El comité señala que la «gran mayoría» de las acciones de la administración quedaron fuera del alcance de su revisión y afirma que «este informe no cubrirá el fracaso del gobierno de EE. UU. para desarrollar rápidamente una prueba de detección del virus efectiva contra COVID-19, su fracaso para crear un grupo de trabajo efectivo para dirigir la respuesta del gobierno de EE. UU., ni su fracaso para distribuir equipos de protección personal a médicos y enfermeras en el frente». De hecho, los errores de la respuesta de la administración tuvieron un papel más significativo en la lucha diaria de los estadounidenses contra el virus que cualquier cosa que la CI hiciera o dejara de hacer».
Uno de esos supuestos errores, dice el informe, fue la disparidad entre los primeros mensajes de la administración Trump y las advertencias que fueron emitidas por la comunidad de inteligencia.
«Las alarmas de la CI a la Casa Blanca y al anterior presidente fueron claras e inequívocas», afirma el informe. «Sin embargo, en los mensajes públicos y en la preparación para el impacto inminente, se restó importancia a COVID y se ignoraron las medidas que podrían haberse tomado para salvar vidas».
El 22 de enero de 2020, el entonces presidente Donald Trump comentó la reciente propagación del virus a Estados Unidos durante su participación en el Foro Económico Mundial de Davos (Suiza).
«Es una persona que viene de China, y lo tenemos bajo control», dijo entonces el entonces presidente. «Todo va a ir bien».
El informe del comité señala que Trump no fue informado sobre el asunto por funcionarios de inteligencia hasta el 23 de enero. Además, el régimen chino solo confirmó que la transmisión del virus entre humanos era posible dos días antes, el 20 de enero de 2020.
The Epoch Times se ha puesto en contacto con Trump para pedirle su opinión.
Orígenes de COVID-19
En un informe separado de la minoría del Comité de Inteligencia de la Cámara, los republicanos dijeron el miércoles que COVID-19 «puede haber estado vinculado» al programa de investigación de armas biológicas de China y que la comunidad de inteligencia había engañado al público en sus esfuerzos por minimizar esa posibilidad.
«Basándonos en nuestra investigación, que incluye una variedad de información pública y no pública, concluimos que hay indicios de que el SARS-CoV-2 puede haber estado vinculado al programa de investigación de armas biológicas de China y haberse extendido a la población humana durante un incidente relacionado con el laboratorio del Instituto de Virología de Wuhan (WIV)», dice el informe. «La CI no abordó adecuadamente esta información».
El informe de los republicanos también señala que, hasta el momento, el comité de inteligencia no ha visto ningún indicio de que el virus se liberara intencionadamente.
En su informe, los demócratas del comité, aunque no se centraron en los orígenes de COVID-19, sí destacaron la importancia de la preparación para todas las posibilidades en el futuro.
«Aunque no sabemos si el virus fue el resultado de un accidente de laboratorio o de una transmisión natural, una cosa está clara: una futura pandemia podría ser el resultado de cualquiera de los dos fenómenos y tenemos que prepararnos contra ambos o, peor aún, contra una liberación intencionada», afirma el documento. «Tenemos que reforzar nuestras defensas y permanecer alerta ante todas las posibles fuentes de infección y transmisión».
Un portavoz de la Oficina del Director de Inteligencia Nacional declinó hacer comentarios sobre ambos informes.
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