La Casa Blanca ha calificado de «profundamente preocupante» una evaluación del gobierno del Reino Unido según la cual Rusia está tratando de sustituir el gobierno de Ucrania por una administración prorrusa, y ha dicho que está del lado del gobierno ucraniano debidamente elegido.
«Este tipo de complot es profundamente preocupante», dijo la portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de EE. UU., Emily Horne. «El pueblo ucraniano tiene el derecho soberano de determinar su propio futuro, y estamos con nuestros socios democráticamente elegidos en Ucrania».
La ministra de Asuntos Exteriores del Reino Unido, Liz Truss, dijo en una declaración el domingo a primera hora: «Tenemos información que indica que el Gobierno ruso está buscando instalar a un líder prorruso en Kiev mientras considera si invade y ocupa Ucrania».
«El exdiputado ucraniano Yevhen Murayev está siendo considerado como un candidato potencial».
Murayev es el jefe del pequeño partido prorruso Nashi, que actualmente no tiene ningún escaño en el parlamento ucraniano.
El Ministerio de Asuntos Exteriores británico no aportó pruebas para explicar su valoración.
La oficina también nombró a cuatro políticos ucranianos que, según dijo, tienen vínculos con los servicios de inteligencia rusos. Entre ellos se encuentran Serhiy Arbuzov, Andriy Kluyev, Vladimir Sivkovich y Mykola Azarov, que anteriormente ocuparon cargos en la dirección de Ucrania.
«Algunos de ellos tienen contacto con oficiales de la inteligencia rusa actualmente involucrados en la planificación de un ataque contra Ucrania», alegó el gobierno del Reino Unido sobre los individuos.
«La información que se ha hecho pública hoy arroja luz sobre el alcance de la actividad rusa destinada a subvertir Ucrania, y es una muestra del pensamiento del Kremlin», dijo Truss en una declaración. «Rusia debe desescalar, poner fin a sus campañas de agresión y desinformación, y seguir un camino de diplomacia. Como el Reino Unido y nuestros socios han dicho en repetidas ocasiones, cualquier incursión militar rusa en Ucrania sería un enorme error estratégico con graves costes».
El gobierno británico dijo que «apoya inequívocamente la soberanía y la integridad territorial [de Ucrania] dentro de sus fronteras internacionalmente reconocidas, incluida Crimea».
En 2014, las tropas rusas tomaron y anexionaron la península ucraniana de Crimea. Poco después, Rusia comenzó a apoyar a los combatientes separatistas en el este de Ucrania; la guerra en curso ha matado a más de 13,000 personas desde entonces.
Los principales diplomáticos de EE. UU. y Rusia no lograron el 21 de enero un gran avance en las conversaciones para resolver la crisis sobre Ucrania, pero acordaron continuar las conversaciones.
Rusia ha enviado unos 100,000 soldados con tanques y otras armas pesadas a sus fronteras con el noreste de Ucrania —lo que hace temer una invasión— pero niega que esté planeando un ataque.
Occidente cree que la acumulación de tropas y armas es la preparación de una guerra para evitar que Ucrania se una a la alianza de seguridad occidental de la OTAN.
Rusia ha exigido recientemente garantías por escrito de que la OTAN renunciará a cualquier actividad militar en Europa Central y Oriental, así como la promesa de que Ucrania nunca se incorporará como miembro, pero los países miembros se han negado a hacer tales promesas.
El Reino Unido envió recientemente 2000 lanzadores de misiles antitanque en los puentes aéreos a Ucrania, junto con 30 tropas de élite para proporcionar entrenamiento, en un intento de apoyar al gobierno de Kiev contra un posible ataque ruso.
Varios otros miembros de la OTAN también han señalado su apoyo a la defensa de Ucrania en diversas iniciativas, desde el suministro de armamento y tropas, hasta el entrenamiento y el ofrecimiento de préstamos.
Con información de Associated Press.
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