Ejercicio naval de India indica que la política de Trump hacia China mejoró la seguridad del Indo-Pacífico

Por Austin Bay
06 de noviembre de 2020 8:38 PM Actualizado: 06 de noviembre de 2020 8:39 PM

Tal vez dentro de cinco años, un historiador honesto publique una historia honesta que evalúe los efectos diplomáticos positivos de la decisión del gobierno del presidente Donald Trump de desafiar el espionaje omnipresente de la dictadura del Partido Comunista Chino (PCCh), el engaño económico y su desprecio absoluto del derecho internacional.

La administración Trump empleó duras iniciativas diplomáticas y legales y aplicó políticas económicas y militares que redujeron la libertad de acción del PCCh. Rechazó las reivindicaciones territoriales expansionistas de China.

Creo que la respuesta concreta de Estados Unidos ha tenido un poderoso efecto moral en las naciones del Indo-Pacífico que se sintieron vulnerables y víctimas del acoso económico y militar cara a cara (bilateral) de Beijing. La gran China contra un pequeño vecino era la lucha preferida del PCCh.

El ejercicio Malabar 2020 de la Marina India, que comenzó esta semana en el Océano Índico, es un ejemplo revelador de un cambio importante en la actitud pública de la India hacia China.

Los marineros se refieren a las maniobras de la flota «Malabar» de la India como ejercicios marítimos de alto nivel. El primer Malabar se realizó en 1992, cuando la India invitó a Estados Unidos a participar en un entrenamiento naval bilateral.

Los preparativos diplomáticos y la campaña de información de la India indican que Malabar 2020 está diseñado para enviar un mensaje.

En octubre, el Departamento de Defensa de la India se aseguró de que todo el mundo supiera que, por primera vez en 13 años, los buques de guerra australianos participarían en un ejercicio Malabar, junto con la India, Japón y Estados Unidos. Ese anuncio llamó la atención sobre el Quad, abreviatura del Diálogo Cuadrilateral de Seguridad, que está formado por la India, Japón, Australia y Estados Unidos.

En 2007, impulsadas por Japón, las cuatro naciones celebraron una reunión informal. En esa reunión, Japón sostuvo que las cuatro naciones consideraban a China como un agente perturbador en el Océano Índico y el Océano Pacífico. Para hacer frente a China de manera eficaz se requería cooperación. La India, anticipando acuerdos económicos con China, se mostró reacia. Nueva Delhi no quería ofender a Beijing.

Las muestras estadounidenses de fuerza contra la agresión china en el Mar de la China Meridional son definitivamente anteriores a la administración Trump, gracias a Dios. China, sin embargo, tendía a interpretar estas acciones como actuaciones mediáticas del Pentágono que no demostraban la voluntad política de EE. UU. de resistir a China. Durante la administración del expresidente Barack Obama, las maniobras económicas chinas en Estados Unidos y Europa continuaron sin cesar.

En 2015, los espías chinos penetraron en la Oficina de Administración de Personal de Estados Unidos y adquirieron información personal de 20 millones de empleados del gobierno, incluyendo personal militar. La administración Obama respondió débilmente.

Así que China siguió luchando en las guerras de barcos pesqueros con Vietnam y Filipinas.

En la última década, las disputas territoriales de la India en el Himalaya con China se han vuelto más frecuentes y agresivas. Sin duda, esos enfrentamientos moldean profundamente la percepción india. También lo hace la constante adquisición por parte de China de instalaciones portuarias en el Océano Índico. El puerto de Gwadar en Pakistán se parece mucho a una base naval china.

Sin embargo, el resurgimiento económico interno de la administración Trump y sus duros acuerdos comerciales con China demostraron que EE. UU. podía y quería contrarrestar la hegemonía económica de China. Washington utilizó instrumentos legales, financieros y diplomáticos para penalizar el robo de propiedad intelectual de China. También se atacó al espionaje chino, penalizando a empresas lucrativas chinas vinculadas al espionaje, como Huawei.

La economía china compra las armas que permiten la expansión territorial y paga los sobornos que potencian su dominio económico.

La administración Trump es la primera administración estadounidense que se enfrenta activa e implacablemente a China utilizando abogados, armas y dinero —sanciones legales, operaciones militares y políticas económicas.

Los medios de comunicación estadounidenses se perdieron la historia, pero las mentes inteligentes de todo el mundo se dieron cuenta.

Lo que nos lleva de nuevo al mensaje de Malabar 2020. Los funcionarios indios lo llaman sin vacilar un «ejercicio cuadrilateral» que demuestra «altos niveles de sinergia y coordinación» entre las marinas del Quad. Los medios de comunicación indios informan que los escenarios del ejercicio reflejan el objetivo mutuo de contrarrestar el aumento de la agresión china en la región del Indo-Pacífica.

El gobierno indio preparó el guión de Malabar 2020 para enviar un mensaje definitivo: El Quad se ha convertido en una coalición militar en funcionamiento, con la India como miembro comprometido.

Los líderes del PCCh y los almirantes chinos entienden el mensaje.

Austin Bay es un coronel (retirado) de la Reserva del Ejército de Estados Unidos, autor, columnista sindicado y profesor de estrategia y teoría estratégica en la Universidad de Texas-Austin. Su último libro es «Cocteles del infierno: Cinco Guerras que moldean al siglo XXI».


Apoye nuestro periodismo independiente donando un «café» para el equipo


A continuación

¿Por qué demandar al Partido Comunista Chino por los daños del COVID-19?

Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times

Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando

¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en Estados Unidos y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.