Moscú está estudiando medios para responder a lo que califica de «provocaciones» de los drones estadounidenses que operan sobre el Mar Negro, según el Ministerio de Defensa ruso.
«El ministro de Defensa, Andréi Belúsov, dio instrucciones al Estado Mayor de las Fuerzas Armadas para que elabore propuestas que permitan dar una respuesta rápida a las provocaciones [estadounidenses]», declaró el ministerio en un comunicado del 28 de junio.
Asimismo, declaró que había detectado un reciente aumento de actividad de aviones no tripulados estadounidenses en la región, y añadió que se presumía que era para reconocimiento y recopilación de datos sobre posibles objetivos rusos.
«Esto indica la creciente implicación de Estados Unidos y los países de la OTAN en el actual conflicto de Ucrania, del lado del régimen de Kiev», declaró el Ministerio.
«También aumenta la probabilidad de incidentes potenciales con aviones militares rusos que operan en la región, aumentando así el riesgo de confrontación directa entre la OTAN y Rusia».
Este tipo de incidentes en los que se han visto implicados aviones militares estadounidenses y rusos ya se han producido con anterioridad.
En marzo del año pasado, un caza ruso Su-27 interceptó y dañó un avión no tripulado estadounidense MQ-9 Reaper, haciendo que se estrellara en el Mar Negro.
El incidente supuso el primer enfrentamiento directo entre fuerzas militares rusas y estadounidenses desde la Guerra Fría, que terminó en 1991 con el colapso de la Unión Soviética.
El Departamento de Estado y el Departamento de Defensa de Estados Unidos aún no han respondido a la petición de The Epoch Times de comentar la declaración del ministerio ruso.
ATACMS sobre Crimea
Las afirmaciones del Ministerio de Defensa de Rusia se producen cinco días después de que el ejército ucraniano protagonizara un ataque con misiles de largo alcance sobre la región de Crimea en el Mar Negro, anexionada de hecho por Rusia en 2014.
El ataque del 23 de junio, en el que se utilizaron misiles ATACMS (Sistema de Misiles Tácticos del Ejército), mató a cuatro civiles en una playa cercana al puerto crimeo de Sebastopol, que alberga la Flota del Mar Negro de Rusia.
Moscú se ha apresurado a culpar del incidente a Estados Unidos, que suministró a Kiev los misiles ATACMS supuestamente utilizados en el ataque.
El Ministerio de Asuntos Exteriores ruso también afirmó que «especialistas estadounidenses» eligieron los objetivos del ataque «basándose en datos de reconocimiento por satélite de Estados Unidos».
Además, aseguró que un avión no tripulado de reconocimiento estadounidense Global Hawk operaba en estado de alerta «en los cielos cercanos a Crimea» en el momento del ataque con misiles.
Al solicitarle que comentara las afirmaciones rusas, un portavoz del Departamento de Estado estadounidense dijo a The Epoch Times que la playa de Sebastopol donde se produjeron las bajas «no era el objetivo previsto».
«Creemos que un misil ruso de defensa aérea interceptó un misil ucraniano que se dirigía hacia un objetivo militar en Crimea», dijo el portavoz.
«La metralla de la interceptación es lo que cayó en la playa, hiriendo a civiles».
En cuanto a la supuesta participación de «especialistas estadounidenses» en la selección de objetivos, el portavoz declaró: «Ucrania elige sus propios objetivos militares y toma sus propias decisiones militares sobre qué atacar».
Kiev, por su parte, se ha abstenido en gran medida de hacer comentarios sobre el ataque con misiles del 23 de junio, al tiempo que ha negado que sus militares apunten a civiles.
No fue la primera vez que misiles estadounidenses ATACMS eran utilizados para atacar posiciones rusas en Crimea.
En abril, el Ministerio de Defensa ruso afirmó haber derribado seis misiles cerca de Crimea antes de que pudieran alcanzar sus objetivos.
Más tarde, Kiev confirmó que sus fuerzas habían disparado una andanada de misiles de largo alcance contra dos bases aéreas rusas situadas en la península.
Sin embargo, no se informó de víctimas ni daños por el ataque con misiles.
El ataque con misiles del 23 de junio, por el contrario, provocó amenazas de represalias por parte de Moscú.
«Tales acciones de Washington no quedarán sin respuesta», declaró el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso tras el incidente.
Las crecientes tensiones entre Moscú y Washington llevaron al secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, a solicitar una llamada telefónica con Belousov, su homólogo ruso, el 25 de junio.
Durante la llamada, Austin «hizo hincapié en la importancia de mantener las líneas de comunicación», según declaró posteriormente a la prensa un portavoz del Pentágono, sin dar más detalles.
Belousov, por su parte, transmitió al secretario de Defensa de EE.UU. «el peligro de una nueva escalada debido al suministro continuado de armamento estadounidense al ejército ucraniano», según el Ministerio de Defensa ruso.
La última vez que Austin habló con su homólogo ruso —entonces ministro de Defensa, el general Sergey Shoigu— fue en marzo de 2023.
En mayo de 2024, el Sr. Belousov sustituyó al general Shoigu, que había servido como jefe de defensa de Rusia desde 2012.
Con información de Reuters.
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