El ajo, el «rey de la prevención del cáncer»

Por Ellen Wan
26 de mayo de 2023 3:14 PM Actualizado: 26 de mayo de 2023 3:14 PM

Conocido como el «rey de la prevención del cáncer», el ajo se considera desde hace tiempo una hierba curativa milagrosa. El Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos sitúa al ajo en la cima de la pirámide de las verduras contra el cáncer.

Estudios epidemiológicos han demostrado que el ajo tiene propiedades antitumorales, reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares y de Alzheimer, e incluso ayuda a eliminar del organismo metales pesados como el plomo. Ya en el año 1550 a.C., el Códice Ebers egipcio registraba el uso del ajo como remedio contra las enfermedades cardíacas, los tumores y los dolores de cabeza.

El principal compuesto activo del ajo es la alicina. La alicina estimula la secreción de jugos gástricos, mejora el apetito, facilita la digestión, posee propiedades antibacterianas y antiparasitarias y se sabe que previene el cáncer. Otros componentes del ajo son proteínas, grasas, hidratos de carbono, calcio, fósforo, hierro y oligoelementos como zinc, magnesio, cobre, selenio y yodo. El ajo también contiene vitaminas B1, B6 y C, caroteno y aceites volátiles. El ajo de piel morada se considera más eficaz que el de piel blanca cuando se consume crudo.

Siete beneficios del ajo para la salud

1. Prevención y tratamiento de tumores y cáncer

El Dr. Jianhua Li, practicante de medicina tradicional japonesa, declaró en una entrevista a The Epoch Times que el ajo encabeza la lista de plantas con mayor potencial anticancerígeno. Entre los beneficios para la salud del ajo figuran sus propiedades antibióticas naturales, que pueden inhibir el crecimiento bacteriano, y sus efectos antioxidantes y antiinflamatorios, todo lo cual contribuye a prevenir el cáncer.

Un estudio realizado en 1994 por la Universidad de Minnesota en el que participaron más de 40,000 mujeres de entre 55 y 69 años descubrió que el consumo regular de ajo, frutas y verduras reducía el riesgo de cáncer de colon en un 30 por ciento.

Un estudio publicado en Nutrients reveló que consumir ajo crudo al menos dos veces por semana se asociaba a un menor riesgo de cáncer de hígado en comparación con quienes consumían ajo menos de dos veces por semana o no lo consumían en absoluto.

Los análisis estratificados mostraron que la asociación protectora entre el consumo elevado de ajo crudo y el cáncer de hígado se observó entre los individuos negativos al antígeno de superficie de la hepatitis B (HBsAg), los bebedores frecuentes de alcohol, los individuos con antecedentes de consumo de alimentos contaminados por moho o de agua cruda, y los que no tenían antecedentes familiares de cáncer de hígado.

Estos hallazgos sugieren que el consumo regular de ajo crudo puede tener un efecto beneficioso en la reducción del riesgo de cáncer de hígado, particularmente en subgrupos específicos de individuos.

2. Prevención de enfermedades cardiovasculares

El ajo y sus derivados han sido ampliamente reconocidos como alimento medicinal para prevenir y tratar enfermedades cardiovasculares, aterosclerosis, hiperlipidemia, trombosis, hipertensión y diabetes.

Varios estudios han identificado los siguientes beneficios cardiovasculares del ajo:

Reduce la calcificación vascular. El extracto de ajo envejecido reduce la placa arterial o aterosclerosis, disminuyendo así la incidencia de enfermedades cardiovasculares.

Antiagregación plaquetaria. El ajoeno del ajo puede interferir con las proteínas de la sangre, reducir la formación de coágulos y prevenir la embolia de los vasos sanguíneos.

Reducción del colesterol. El ajo reduce eficazmente el colesterol total y el colesterol de lipoproteínas de baja densidad (LDL) en un 10 por ciento, reduciendo la probabilidad de endurecimiento vascular.

Vasodilatación. El ajo aumenta la producción de óxido nítrico por las células endoteliales, favoreciendo la relajación de los vasos sanguíneos.

Reducción de la tensión arterial. Un análisis exhaustivo publicado en The Journal of Nutrition en 2016, que incluyó 970 participantes y 20 ensayos, mostró una reducción significativa de la presión arterial sistólica en 8.7 ± 2.2 mm Hg y de la presión arterial diastólica en 2.5 ± 1.6 mm Hg.

Además, un metaanálisis de 2015 indicó que la ingesta de ajo ayuda a reducir la presión arterial (disminución de 3.39 mm Hg en la presión arterial diastólica y disminución de 3.75 mm Hg en la presión arterial sistólica), particularmente entre individuos con hipertensión.

3. Prevención de la enfermedad de Alzheimer

La enfermedad de Alzheimer provoca pérdida de memoria y de la capacidad de comunicación a medida que avanza.

Un estudio publicado en el Journal of Nutrition en 2001 por investigadores de Boston, Massachusetts, demostró que el extracto de ajo maduro contiene fitoquímicos antioxidantes que pueden prevenir el daño oxidativo. En experimentos realizados con ratones envejecidos, el extracto de ajo aumentó la función cognitiva, mejoró la memoria y prolongó la vida útil.

4. Eliminación del plomo del organismo

El plomo es un metal pesado que puede estar presente en el aire, el suelo, el agua y en ciertos objetos cotidianos del hogar, como tazas y platos. La exposición prolongada al plomo puede provocar diversas enfermedades, como problemas renales, infertilidad, deterioro cognitivo e hipertensión.

Un ensayo controlado aleatorizado ha demostrado que el ajo puede reducir eficazmente los niveles de plomo en sangre en un 19 por ciento y mejorar los síntomas asociados a la intoxicación por plomo, como inquietud, dolores de cabeza e hipertensión.

Así, el ajo parece clínicamente más seguro y tan eficaz como el medicamento contra la toxicidad por metales pesados, la d-penicilamina. El estudio concluyó que el ajo puede recomendarse para el tratamiento de la intoxicación por plomo de leve a moderada.

5. Protección del hígado

El hígado es el órgano más grande del cuerpo humano, responsable de funciones como el metabolismo, la desintoxicación y la síntesis de proteínas en la sangre.

La enfermedad del hígado graso no alcohólico (EHGNA) es una afección en la que la grasa se acumula en el hígado. La EHGNA abarca un espectro de enfermedades que van desde la esteatosis simple (retención anormal de grasa en una célula u órgano) a la esteatohepatitis no alcohólica. En la actualidad, no existe ningún tratamiento farmacéutico establecido para la EHGNA, y las modificaciones de la dieta se consideran un enfoque primario para controlar la enfermedad.

Un estudio publicado en el British Journal of Nutrition examinó los efectos de la suplementación con ajo en polvo en pacientes con EHGNA. Los resultados indicaron que la suplementación con ajo en polvo demostró mejoras en las características hepáticas y el perfil lipídico entre los individuos con EHGNA. Estos resultados sugieren que la incorporación de ajo en polvo como suplemento dietético puede ser prometedora para mejorar las características relacionadas con el hígado y las anomalías lipídicas asociadas con EHGNA.

6. Efectos antimicrobianos y antiinflamatorios

El ajo es un agente antibacteriano natural de amplio espectro que contiene compuestos de azufre con potentes propiedades antimicrobianas y antiinflamatorias. Puede inhibir y matar diversas bacterias, hongos, virus y otros patógenos, lo que lo convierte en uno de los agentes antimicrobianos naturales más potentes descubiertos hasta la fecha.

Un estudio publicado en el Journal of Medicinal Food ha identificado cuatro compuestos azufrados con propiedades antiinflamatorias en el ajo. Las estructuras químicas de estos compuestos se identificaron como Z-ajoeno, E-ajoeno y derivados sulfonilados oxidados del ajoeno.

Se descubrió que estos compuestos de azufre inhiben la producción de óxido nítrico y prostaglandina E2, así como la expresión de citoquinas proinflamatorias. Los hallazgos sugieren que los compuestos de azufre derivados del ajo tienen beneficios terapéuticos potenciales como agentes antiinflamatorios.

7. Prevención del resfriado

El ajo puede reforzar el sistema inmunitario del organismo para prevenir los resfriados. Un estudio publicado en Advances in Therapy informó que el consumo de extracto de ajo puede reducir eficazmente el riesgo de contraer un resfriado en un 63 por ciento e incluso reducir la duración de los síntomas del resfriado en un 70 por ciento, acortando el período de recuperación de cinco días a 1.5 días.

A pesar de los numerosos beneficios del ajo, es importante evitar su consumo excesivo. El ajo crudo puede irritar el tracto gastrointestinal, provocando malestar, hinchazón, diarrea y mal aliento.

Li también recomienda precaución a las personas con enfermedades graves o que estén tomando medicación. Según la medicina tradicional china, el ajo pertenece a una categoría de alimentos «inductores de calor», lo que significa que puede desencadenar fácilmente ciertas enfermedades o empeorar afecciones ya existentes. Sus posibles efectos secundarios no solo pueden agravar las afecciones existentes, sino también interferir en la eficacia de los medicamentos o provocar reacciones adversas que afecten a la salud en general.

Consulte con su médico las posibles contraindicaciones del ajo o de cualquier otra hierba con cualquier medicación que esté tomando.


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