Opinión
El siete de octubre Hamás, dominante en la Franja de Gaza, realizó un ataque terrorista a gran escala en territorio israelí. Cientos de civiles fueron asesinados. Los hombres de Hamás cometieron innumerables atrocidades: violaciones masivas, hombres y mujeres quemados vivos, niños y bebés decapitados, según ha probado la prensa internacional.
Es necesario señalar este hecho, pues se trata fundamentalmente de un acto terrorista cuya trascendencia iguala a la destrucción de las Torres Gemelas en Nueva York el 11 de septiembre de 2001, pero cuya barbarie queda inscrita especialmente en la memoria oscura de la historia contemporánea.
Así no se hace justicia a la causa palestina que se sustenta en el acuerdo de los dos Estados para lograr la paz en la región. La previsible reacción de Israel, mediante bombardeos de represalia, ha provocado víctimas civiles que es siempre algo buscado por los terroristas de Hamás quienes así se escudan o buscan la justificación de sus acciones. De hecho Hamás rechaza el corredor propuesto por Egipto para la evacuación de civiles palestinos.
El embajador de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) en el Reino Unido, Husam Zomlot, asesor también del Presidente Abbas, cuyo gobierno se asienta en Cisjordania, declaró a la BBC de Londres: “La ANP no tolera la muerte de civiles. Somos muy claros. Rechazamos cualquier ataque o daño a civiles de cualquier lado”. Aun criticando a Israel, el diplomático palestino condenó el ataque de Hamás.
En México el tema ha sido muy controvertido, particularmente por las contradicciones de la postura oficial del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador. Primero la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) hizo una condena al ataque de Hamás y reivindicó la propuesta de los dos Estados como solución pacífica. Pero un día después el presidente mexicano dio un giro inesperado y declaró la neutralidad de México, habló de paz sin condenar el ataque terrorista de Hamás y le dio de manera implícita un reconocimiento oficial al grupo fundamentalista como si se tratase de toda Palestina.
Por tal motivo, la embajada de Israel hizo pública su inconformidad por las declaraciones del presidente López Obrador y señaló que una “posición neutral, implica, en última instancia, respaldar y apoyar al terrorismo”.
La virtual candidata oficial, Claudia Sheinbaum, guardó silencio lo cual fue interpretado como una concesión a la extrema izquierda morenista, abiertamente anti israelí. Su vocero, Gerardo Noroña, apoyó el ataque de Hamás como una defensa palestina legítima y condenó a Israel. Posteriormente Sheinbaum, de origen judío, hizo una declaración lamentando se maten inocentes, sin aclarar a cuáles se refería.
Por su parte, Eduardo Verástegui, que busca reunir las firmas requeridas para inscribirse como candidato independiente en la próxima contienda presidencial, y quien mantiene una postura conservadora y es apoyado por la nueva derecha, denunció el ataque de Hamás como terrorista y apoyó abiertamente a Israel.
La también virtual candidata del Frente Amplio por México (FAM), Xóchitl Gálvez, ha expresado varias veces un rechazo claro al terrorismo de Hamás, hizo referencia a la propuesta de los dos Estados y reclamó la postura del presidente López Obrador; finalmente exigió, desde el Senado de la República, que el gobierno mexicano repudiara el acto terrorista del 7 de octubre, señalando que no tenía nada que ver con la legitima causa palestina. Recordó también que dos mexicanos están secuestrados por Hamás y criticó la tardanza del gobierno mexicano para evacuar de esa zona a connacionales.
Mientras tanto, Hamás, apoyado por Irán, al igual que su grupo hermano, Hezbolá en Líbano, parece estar en un juego geopolítico. Uno de sus principales líderes, Ismael Haniyé, a quien se ha señalado como el cerebro del ataque del siete de octubre, se encuentra exilado en Qatar, país asociado en la exportación de gas con Irán y China.
Desestabilizar a Israel, un país apoyado por Occidente, conviene a los intereses del bloque que hoy compite contra Estados Unidos y sus aliados. Por lo pronto, la invasión de Ucrania por parte de Rusia ya incrementó en 20 por ciento el precio del gas de Qatar exportado a Europa.
Las opiniones expresadas en este artículo son las del autor y no reflejan necesariamente los puntos de vista de The Epoch Times.
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