Comentario
El sorpresivo ataque terrorista contra Israel por parte de Hamas ha creado una nueva crisis geopolítica con muchas implicaciones inesperadas. No podemos olvidar a los cientos de personas que han muerto en este ataque: una terrible pérdida de vidas inocentes. En los mercados, los índices bursátiles clave de Tel Aviv cayeron alrededor de un 7 por ciento y los bonos soberanos se desplomaron un 3 por ciento después del ataque más sangriento contra Israel en muchos años.
Este conflicto tiene ramificaciones importantes. Irán ha apoyado a Hamás en su ataque y esto podría generar nuevas tensiones con Estados Unidos. Además, esta guerra contra Israel puede crear una división aún mayor entre las dos mayores potencias militares y económicas, Estados Unidos y China. Es difícil pensar que China apoyará a Hamás e Irán, pero también es difícil verlos a ellos apoyando a Israel.
Es probable que el impacto en el mercado del petróleo sea fuerte, pero quizá de corta duración. Cualquier tensión geopolítica que pueda conducir a nuevos recortes de la oferta en un mercado ajustado probablemente genere una fuerte reacción en el frente de los precios de las materias primas. Sin embargo, debemos recordar que los precios del petróleo han caído a 82.79 dólares por barril después de que la semana pasada se hicieran evidentes los signos de una débil demanda en Estados Unidos. La débil situación de la demanda puede verse compensada por un creciente riesgo geopolítico y mantenga los precios elevados por más tiempo.
Este conflicto puede mantener la prima geopolítica sobre los precios del petróleo durante un período prolongado. También puede acelerar la ralentización económica mundial a medida que el viento de cola de los bajos costos de importación deje de funcionar para las economías desarrolladas.
El conflicto tiene más que solo implicaciones energéticas. Ignorar el impacto macroeconómico de este conflicto sería irresponsable. Tiene importantes implicaciones financieras, ya que es probable que desencadene más sanciones y restricciones financieras para aquellos países que apoyan a Irán y Hamás. Esto no debería ser una sorpresa. Además, el conflicto puede ser una buena razón para que muchas naciones desarrolladas aumenten las medidas proteccionistas y de vigilancia. Los riesgos para la seguridad se van a disparar y debemos reconocer que los gobiernos siempre están interesados en imponer medidas proteccionistas a otras economías.
Si miramos este ataque como algo distante e irrelevante, lo estaremos viendo erróneamente. Esto tendrá fuertes implicaciones para la seguridad, el comercio global y el crecimiento económico. De hecho, este ataque ha llegado en un momento en el que el mundo está sufriendo una grave ralentización tras el inexistente efecto multiplicador de los planes de estímulo multimillonarios. Por lo tanto, un menor crecimiento y más cargas sobre el comercio significarán una mayor deuda y presiones inflacionarias persistentes.
Espero que este desastre termine pronto y que Hamás libere a los rehenes, pero debemos reconocer las implicaciones económicas. Todos los ingredientes de una desaceleración global significativa ya están presentes, incluidos los índices de gestores de compras débiles y el debilitamiento de la confianza de los consumidores. Las implicaciones geopolíticas de este horrible ataque, incluso si termina pronto, durarán muchos años.
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Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times
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