¿Es demasiado pronto para empezar a pensar en cómo afectará el brote global del coronavirus a la economía mundial? Dado que el Dow cayó 454 puntos para un descenso del 1,6% el 27 de enero, es razonable pensar que podrían haber más trastornos en el camino.
Y aunque todavía no sabemos la escala o duración de esta enfermedad mortal, si el brote de SARS de 2003 es una indicación, entonces las tensiones económicas son inevitables.
La pregunta es, ¿qué tan malo podría ser?
La sal del Coronavirus en la economía China ya herida
A medida que China aplica la mayor cuarentena de la historia, ya son 17 las ciudades paralizadas, un evento tan masivo no puede dejar de influir en la métrica económica. La obligación de millones de personas de mantenerse en casa como una forma de prevenir una mayor propagación del virus significa que la gente no está trabajando, ni está de compras. Eso añade sal a una economía china ya herida.
Además, aunque millones de personas se tomaron la semana libre para las celebraciones del Año Nuevo Chino, las autoridades chinas extendieron el tiempo de ausencia hasta el 9 de febrero. Las escuelas permanecerán cerradas por más tiempo y se cancelaron eventos deportivos y religiosos. Nadie en esas ciudades irá a alguna parte.
Por supuesto, el período de incubación de dos semanas del virus, cuando también es contagioso, hace que el retraso del regreso al trabajo sea una precaución sensata. Este también es un gran factor, porque el virus del SARS no fue contagioso durante su período de incubación. Como mínimo, China debería esperar una contracción en sus gastos de consumo por estas acciones.
El daño económico podría ser de hasta un 1 por ciento de caída del PIB de China en 2020, según las cifras de la Economist Business Intelligence Unit. Pero esa estimación se basa en el impacto que el brote del virus del SARS tuvo en una economía china mucho más pequeña. La economía de China es mucho más grande hoy en día; pero el Coronavirus también es más grande.
¿El Coronavirus será peor que el SARS?
La situación actual puede, de hecho, tener el potencial de ser mucho peor que el episodio de SARS. Por un lado, su capacidad para mutar se acelera para adaptarse mejor a los seres humanos. Nadie sabe aún cuánto aumentará su nivel de contagio o el peligro para la vida humana.
En segundo lugar, como se ha señalado anteriormente, es contagioso durante su período de incubación de dos semanas. Y, según el más famoso virólogo chino Yi Guan, ya perdieron la ventana dorada de la contención del coronavirus. Contenerlo será mucho más costoso y podría tomar mucho más tiempo.
En tercer lugar, China está trabajando sin descanso para añadir o poner a disposición 100.000 camas de hospital en la provincia de Hubei, que es la zona cero del brote, para hacer frente a la necesidad prevista.
Ninguno de estos factores augura una resolución rápida. De hecho, algunos ya están diciendo que la propagación del coronavirus llevará a una recesión mundial.
Hay grandes preguntas que necesitan respuestas
Ese podría ser el caso, aunque parece prematuro asegurarlo. Una de las razones por las que no lo sabemos es porque China no ha sido muy comunicativa en cuanto a proporcionar información relevante. Por ejemplo, todavía no han divulgado el número real de personas infectadas y el número de personas que han muerto realmente a causa del virus.
Hay otras grandes preguntas que necesitan respuestas. El Partido Comunista Chino (PCCh) todavía no ha proporcionado al mundo una fuente confiable del virus. ¿Fue por la proximidad de múltiples especies de animales salvajes en el gran mercado abierto de Wuhan o por el laboratorio de armas biológicas del Nivel 4 a 20 millas de distancia?
Economías regionales afectadas por noticias negativas
Al mismo tiempo, es probable que otras economías regionales dependientes de China sientan el dolor económico del brote. Algunos ya lo están sintiendo.
Desafortunadamente, las noticias positivas del acuerdo de Fase Uno con Estados Unidos ya han quedado en el olvido, eclipsadas por esta crisis sanitaria en desarrollo. Si la crisis continúa expandiéndose, el acuerdo de primera fase podría terminar antes de que empiece.
El impacto positivo de la reubicación de las cadenas de suministro fuera de China en los países vecinos también se ha visto afectado por la aparición de la propagación del coronavirus. Ante la confirmación de casos en Taiwán, Tailandia, Japón y Corea del Sur, el nivel de viajes y comercio se está reduciendo un poco en la región.
¿Un evento de Cisne Negro?
Al principio, mencioné la caída del 1.6% del Dow como un precursor potencial de lo que viene. Eso bien podría ser. El brote puede ser el último e imprevisto ladrillo que rompa la espalda -o solo la confianza- de la economía mundial.
Aún no hemos llegado, pero es posible que estemos en camino. Estamos viendo a los mercados de capital global asustados, se están poniendo en marcha restricciones de viaje y se está reteniendo información, especialmente de China. La incertidumbre crece en un clima así. Y a medida que el virus continúa ganando fuerza, aparecen nuevos casos en más países y las naciones están evacuando a su gente de las zonas infectadas, los socios comerciales de hoy pueden no ser socios del mañana.
No es un clima económico mundial positivo en el que se pueda promover el crecimiento. En tales casos, el miedo, infundado o no, supera la codicia, y eso significa que una economía mundial en desaceleración podría estar a la vuelta de la esquina. Nadie vio venir esto y en esta etapa, nadie ve que se termine, tampoco.
Para China, si no para el resto del mundo, el Año de la Rata, puede resultar ser el Año del Cisne Negro.
James Gorrie es un escritor y conferencista radicado en el Sur de California. Es el autor de «La crisis de China».
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Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times
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