Opinión
Las monedas digitales de los bancos centrales (CBDC) amenazan con sustituir el efectivo que utilizamos por fichas programables, rastreables y censurables controladas por los gobiernos. Tus opciones financieras podrían ser suprimidas y tu privacidad eliminada. Basándome en lo que he aprendido y experimentado directamente, esto podría ocurrir antes de las elecciones de 2024.
La mejor manera de detenerlo es a través de la acción directa, no a través de la política.
En mis 30 años como emprendedor en serie y activista de la libertad, nunca he encontrado una amenaza más significativa o urgente para la libertad humana que las CBDC. Mi experiencia directa con la criptomoneda, los conocimientos adquiridos en la investigación de mi libro sobre la amenaza de los CBDC, titulado «La cuenta regresiva final«, y la comprensión de las realidades políticas relativas a los CBDC a partir de mi experiencia como candidato en las primarias presidenciales republicanas de 2024, me han impulsado a dedicar el 100 por cien de mi tiempo y atención a hacer sonar la alarma sobre este tema. Estamos en DEFCON 1.
Cómo las CBDC podrían conducir al control total
Los CBDC son una forma de dinero digital que puede ser programado, controlado y censurado por el gobierno. Pueden servir como puerta de entrada a la tiranía total al permitir puntuaciones de crédito social, identificaciones digitales, pasaportes con vacuna y mucho más. Para ver cómo podría ser la vida bajo este tipo de tiranía digital, vea el primer capítulo de mi libro aquí.
Como he viajado a 20 estados y he hecho presentaciones sobre mi libro, me doy cuenta de que tengo que hacer más para capacitar a la gente a dar el primer paso para tomar el control de su propio dinero. Me preocupa más capacitar a la gente que vender libros. Para asegurarme de que la gente entiende las amenazas y las soluciones disponibles, estoy adoptando un enfoque práctico viajando por todo el país y organizando talleres de 4 horas basados en el contenido del libro. Al final, cada participante poseerá criptomonedas, oro y plata en autocustodia, junto con una comprensión detallada de la amenaza.
Mi objetivo es llegar a millones de personas y, en última instancia, hacer una versión disponible en línea de este curso. Sin embargo, he aprendido que nada supera la interacción cara a cara. Para minimizar los costes de los talleres presenciales, los estoy planificando con la mayor antelación posible. Si estás interesado en organizar, participar o patrocinar un taller, visita mi página de talleres.
En este artículo expongo por qué los CBDC constituyen una amenaza inminente que requiere la atención inmediata de todos, y ofrezco una visión general de lo que se tratará en el taller.
El panorama político de los CBDC en Estados Unidos
Estas son las razones por la que creo que un CBDC podría implantarse en Estados Unidos antes de las elecciones presidenciales de 2024.
1) El Presidente Biden ha autorizado la exploración de un CBDC, y no hay ninguna resistencia real en el Congreso
El 9 de marzo de 2022, el Presidente Joe Biden firmó la Orden Ejecutiva 14067. Esta OE concede «la máxima urgencia a los esfuerzos de investigación y desarrollo sobre las posibles opciones de diseño y despliegue de un CBDC de Estados Unidos». También aboga por un enfoque de todo el gobierno para regular los activos digitales. Como se verá más adelante, la tecnología para un CBDC estadounidense ya se ha desarrollado.
La represión de los activos digitales ha sido constante y agresiva, afectando directamente a personas que conozco personalmente y respeto por su activismo en favor de la libertad. Ian Freeman, un veterano activista por la libertad, presentador de radio y uno de los primeros impulsores del Proyecto Estado Libre, fue condenado a 8 años de prisión federal simplemente por vender bitcoin (mi mujer y yo asistimos a las vistas de sentencia). Manejaba varios cajeros automáticos y ayudaba a la gente a cambiar sus dólares por criptodivisas. El gobierno federal quería dar un escarmiento con Ian y tener un efecto amedrentador sobre los métodos de persona a persona para que la gente se introdujera en la criptodivisa. Otros servicios, como LocalBitcoins, también se han visto obligados a cerrar debido a la presión añadida del gobierno.
Otro activista por la libertad que conozco personalmente y que también forma parte del Proyecto Estado Libre, Jeremy Kaufmann, creó una empresa llamada LBRY (también conocida como Odyssey). La oferta de Jeremy ofrecía una versión descentralizada y resistente a la censura de YouTube utilizando la tecnología blockchain (la tecnología subyacente utilizada en Bitcoin y muchas otras criptodivisas). Fue demandado y acosado por la Comisión del Mercado de Valores (SEC). A pesar de que en muchos otros casos se violaban claramente las directrices de la SEC, Jeremy se convirtió en objetivo porque su oferta era un uso exitoso de la tecnología que también estaba en conflicto directo con los amplios esfuerzos del gobierno federal para censurar las interacciones de los medios sociales de Estados Unidos. Su negocio se vio obligado a cerrar en octubre de 2023.
En total, desde 2013, la SEC ha apuntado a 127 empresas para acciones de aplicación de cripto, y la friolera de 24 de ellas se produjeron solo en 2023. Además de las empresas individuales, han atacado agresivamente las bolsas de criptomonedas como Binance, Bittrex, Coinbase, Kraken y FTX, dificultando la compra y venta de criptomonedas.
Durante mi campaña presidencial, tuve la oportunidad de hablar con muchos miembros actuales del Congreso que están trabajando activamente para detener los CBDC. El senador Ted Cruz (R-Texas) ha liderado la batalla contra los CBDC en el Senado de Estados Unidos. En 2023, presentó un proyecto de ley para prohibir que la Reserva Federal emita un CBDC. Alarmantemente, Cruz me informó de que el proyecto de ley está muerto en el agua y que no hay votos en el Senado de EE.UU. para bloquear un CBDC. También expresó su preocupación por la posibilidad de que la Reserva Federal intente actuar unilateralmente y eludir al Congreso mediante la introducción de un CBDC.
Además, sugirió que si no se introduce un CBDC en esta legislatura, es muy posible que la senadora Elizabeth Warren ( D-Mass.) se convierta en la presidenta del Comité de Finanzas del Senado, que supervisaría el impulso de un CBDC. Warren ha expresado recientemente su entusiasta apoyo y defensa de los CBDC.
«Necesitamos una versión digital del dólar que cualquier persona pueda canjear de forma rápida y barata en cualquier lugar del mundo. Un CBDC facilitaría a la gente el acceso a su dinero y la participación en la economía», declaró.
También ha tomado el ángulo de la seguridad nacional, declarando: «Un CBDC podría ayudar a reducir los riesgos asociados a las criptodivisas, que a menudo se utilizan para actividades ilícitas y están sujetas a los cambios tecnológicos y a las condiciones del mercado».
También he hablado con la senadora Cynthia Lummis (R-Wyo.), el senador Ron Wyden (D-Ore.), el exsenador Cory Gardner (R-Col.), y el representante Warren Davidson (R-Ohio) y puedo informar que aunque hay cierta oposición a CBDC, no es ni de lejos lo necesario para detener CBDC antes de las elecciones.
En el frente de los candidatos presidenciales, tuve la oportunidad de hablar con numerosos candidatos y presentarles mi libro. En junio de 2023, tuve mi primera conversación con Vivek Ramaswamy. Le di un ejemplar de mi libro y me sorprendió gratamente que lo leyera.
Tuve tres conversaciones posteriores con él sobre el tema y le presioné agresivamente sobre la cuestión del CBDC, explicándole que era mi única razón para presentarme a la presidencia y que existe el riesgo de que se aplique antes de las elecciones.
Lo primero que hizo Vivek tras abandonar la carrera después del Caucus de Iowa fue convencer al expresidente Donald Trump de que debía oponerse a los CBDC. El 17 de enero, en mi estado natal de New Hampshire, inmediatamente antes de las primarias presidenciales, el presidente Trump hizo la siguiente declaración: «Quiero dar las gracias a mi amigo Vivek por llamar mi atención sobre esta importante cuestión. Ha sido de gran ayuda para comprender los peligros de los CBDC, y le agradezco su orientación. Juntos, nos aseguraremos de que estos dólares digitales nunca vean la luz en Estados Unidos».
También he entregado ejemplares de mi libro a Robert F. Kennedy Jr. y he recibido compromisos de los candidatos presidenciales libertarios Mike Ter Maat y Michael Rectenwald, que confirman su total oposición a los CBDC.
Dicho esto, el presidente Biden sigue adelante a toda máquina. Con la preocupación de Cruz sobre la acción unilateral de la Reserva Federal, no me gustaría confiar únicamente en el compromiso de los candidatos que pueden o no ganar la carrera. En mis décadas de experiencia con políticos, he encontrado pocos que realmente hayan cumplido sus promesas, por lo que tomo sus posiciones declaradas con un grano de sal.
El tema principal que escucharás de mí una y otra vez es que la única manera en que podemos garantizar que los CBDCs sean detenidos es por la acción directa de las personas que boicotean el dólar y se mueven a la criptomoneda de auto-custodia, el oro y la plata, y el uso de esas alternativas como dinero en efectivo en una economía paralela antes de que el fiat de todo el mundo se convierta obligatoriamente en CBDC, y no tengamos otra opción.
2) La tecnología para un CBDC estadounidense ya ha sido desarrollada y podría ser desplegada rápidamente
La Reserva Federal ya ha completado tres pilotos con éxito. La tecnología funciona y solo está pendiente del giro creativo «legal y de marketing» antes de su despliegue. En este artículo describo en detalle los programas piloto, junto con la participación del MIT Media Lab y sus vínculos con Jeffrey Epstein.
La exploración de las CBDC a través de proyectos como el Proyecto Hamilton, el Proyecto Cedar y la Red de Responsabilidad Regulada (RLN) suscita importantes preocupaciones sobre la privacidad, la autonomía y la consolidación del poder en manos de unas pocas entidades centralizadas. Estos proyectos piloto, aunque impresionantes desde el punto de vista técnico, se adentran en un terreno peligroso, socavando potencialmente las libertades individuales y permitiendo niveles de vigilancia y control sin precedentes por parte de gobiernos y organizaciones globalistas.
El Proyecto Hamilton, una colaboración entre el Banco de la Reserva Federal de Boston y el MIT, demuestra un salto en las capacidades de procesamiento de transacciones con su concepto de dólar digital. Sin embargo, la capacidad de procesar 1.7 millones de transacciones por segundo no solo subraya la viabilidad técnica de sustituir el efectivo tradicional, sino que también sugiere un futuro en el que cada transacción puede ser supervisada y controlada. La participación del MIT Media Lab, con sus turbias conexiones financieras con figuras controvertidas, empaña aún más el proyecto, sugiriendo agendas subyacentes que pueden priorizar el control y la vigilancia sobre el beneficio público.
El proyecto Cedar se centra en el mercado mayorista, explorando el uso de un dólar digital entre las instituciones financieras. Aunque afirma perseguir la eficiencia y la seguridad en las transacciones de alto valor, la realidad es que podría conducir a un sistema financiero en el que el público tenga aún menos visibilidad y voz en las operaciones monetarias que sustentan su economía. La participación de grandes bancos y del MIT Media Lab en este proyecto no contribuye a disipar los temores sobre la creciente influencia de las poderosas élites financieras y tecnológicas a la hora de dictar los términos de nuestro futuro económico.
La RLN, por su parte, representa un paso más hacia un futuro distópico en el que cada activo, desde tu casa hasta tu coche, podría ser tokenizado y rastreado en un libro de contabilidad controlado por el gobierno. Este proyecto de prueba de concepto no solo amenaza la idea fundamental de la propiedad tal y como la conocemos, sino que también abre la puerta a posibilidades escalofriantes como inhabilitar a distancia el acceso a tus propias posesiones en función de tu comportamiento o tu crédito social. No se puede exagerar la implicación de organizaciones globalistas y el potencial de abuso de estas tecnologías para el control político o social.
En esencia, estos proyectos piloto de CBDC, aunque envueltos en el lenguaje de la innovación y la eficiencia, bien podrían ser caballos de Troya para un mundo en el que la libertad individual y la privacidad son reliquias del pasado. Los avances que proponen tienen un coste demasiado alto cuando el precio es nuestra autonomía y el derecho a vivir sin que cada transacción y movimiento sea escudriñado y controlado por un poder centralizado.
3) La mayoría de los estadounidenses desconocen qué son los CBDC y podrían ser fácilmente manipulados en caso de emergencia
En un artículo publicado en Forbes el 8 de marzo de 2023, el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, afirmaba: «Dada la muy modesta y sesgada cobertura de los principales medios de comunicación sobre este tema, la mayoría de los estadounidenses son bastante complacientes sobre el tema.» El Instituto Cato realizó recientemente una encuesta sobre el tema, y aunque muestra que el 34 por ciento se opone a una «moneda digital del banco central», la mayoría aún no sabe lo suficiente como para tener una opinión.
La Patriot Act se aprobó con el apoyo del público tras el 11-S. Sospecho que si la cuestión se hubiera encuestado antes del 11-S, la mayoría se habría mostrado en contra. Ahora, más de dos décadas después, la mayoría de los estadounidenses se opone a ella.
La cuestión de la CBDC está volando intencionadamente bajo el radar y probablemente no recibirá la atención general hasta después de una emergencia, de modo que la gente tomará la decisión de luchar o huir por miedo.
4) En la historia reciente, las emergencias han impulsado leyes importantes que nos despojan de nuestros derechos
Ha habido una tendencia reciente a aprobar leyes de emergencia cada vez mayores en plazos cada vez más cortos y con menos escrutinio a lo largo del tiempo. Winston Churchill afirmó: «Nunca dejes que una buena crisis se desperdicie», y el Congreso y el Senado de Estados Unidos no han desaprovechado esta oportunidad de utilizar una emergencia para despojar a los ciudadanos estadounidenses de sus libertades.
De hecho, hoy en día hay algunos en el Congreso, como Mitch McConnell, Chuck Schumer y Nancy Pelosi, cuyo afán por aprobar proyectos de ley monumentales bajo el pretexto de la urgencia atraviesa varias administraciones y crisis. Los tres, junto con muchos otros, votaron a favor de la Ley Patriota, el TARP y la Ley CARES.
Por eso me preocupa profundamente que podamos ver la introducción de la CBDC y de una Ley Ciberpatriota en un abrir y cerrar de ojos.
La Patriot Act, promulgada precipitadamente solo 45 días después del 11-S, amplió el estado de vigilancia hasta proporciones orwellianas, burlándose de la privacidad y el debido proceso.
El TARP, una reacción instintiva al colapso financiero de 2008, canalizó USD miles de millones de los contribuyentes a las arcas de las mismas instituciones cuya incompetencia impulsada por la codicia hizo necesario el rescate, todo ello en 18 días.
Y luego la Ley CARES, promulgada en un frenesí de 16 días mientras el COVID-19 se apoderaba de la nación, no solo aplastó a las pequeñas empresas en beneficio de las grandes corporaciones multinacionales, sino que también abrió las compuertas para un potencial mal uso de los fondos y amplió el estado de vigilancia, todo ello bajo el cómodo velo de la emergencia.
Siguiendo esta tendencia, podríamos ver aprobada una CBDC en menos de dos semanas.
Entendiendo que una legislación de este tipo suele aprobarse durante una emergencia, la estrategia consiste en incorporar ahora a los primeros adoptantes (para autocustodiar criptomonedas, oro y plata) y preparar un taller en línea que pueda ampliarse a millones de personas para que, cuando se declare la emergencia, se pueda presentar una opción a los estadounidenses.
Es probable que pongan en marcha un CBDC utilizando el enfoque problema-reacción-solución. Problema-reacción-solución es un concepto utilizado a menudo para describir un patrón de manipulación y control que puede darse en diversos aspectos de la sociedad. Sugiere que quienes ocupan posiciones de poder o influencia pueden crear o exacerbar deliberadamente un problema o una crisis (la etapa del «problema») para provocar una fuerte reacción emocional o miedo entre el público (la etapa de la «reacción»). Una vez desencadenada esta reacción, resulta más fácil aplicar una solución predeterminada (la etapa de la «solución») que puede no haber sido aceptada en circunstancias normales. Este proceso se ha observado en la política, los medios de comunicación e incluso el marketing. Lamentablemente, siempre funciona.
Dado el precario estado de la situación geopolítica mundial, puedo ver muy fácilmente un atentado terrorista o un ciberataque utilizados como el «problema» antes mencionado. La reacción sería el miedo. La solución sería un CBDC, que se comercializaría como una forma de mantenernos a salvo del terrorismo y el blanqueo de dinero. El objetivo, entonces, es tener una solución alternativa que pueda escalar en el momento de una emergencia.
No dejemos que el pirómano se convierta en bombero. Salgamos del fiat antes de que lo conviertan en CBDC.
No te creas el bombo publicitario
Debes saber que los promotores de los CBDC (los bancos centrales, las Naciones Unidas, el Foro Económico Mundial, el Banco de Pagos Internacionales y otros) han perfeccionado sus mensajes y presentarán una campaña propagandística completa ensalzando las virtudes de los CBDC. He preparado un cuadro rápido para que puedan entender sus argumentos y los argumentos en contra.
Estos puntos de discusión abordan la narrativa oficial, aunque está claro que el principal objetivo de los CBDC es el control, un hecho que apenas se oculta. A continuación se incluyen citas directas de los defensores de los CBDC:
Agustín Carstens, director general del Banco de Pagos Internacionales, declaró: «No sabemos quién utiliza hoy un billete de USD 100, y no sabemos quién utiliza hoy un billete de 1000 pesos. La diferencia clave con el CBDC es que el banco central tendrá el control absoluto sobre las normas y reglamentos que determinarán el uso de esa expresión de la responsabilidad del banco central, y también dispondremos de la tecnología para hacerla cumplir».
Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo, comentó: «Sin el CBDC, corremos el riesgo de perder el papel de ancla».
Neel Kashkari, presidente del Banco de la Reserva Federal de Minneapolis, observó: «La CBDC no resuelve ningún problema real, aparte de permitir a los banqueros centrales controlar todas las transacciones y deducir impuestos directamente de las cuentas de la gente».
El plan para derrotar a los CBDC
Escribí mi libro, «La cuenta regresiva final», para proporcionar una visión global de la magnitud y la urgencia de la amenaza de las CBDC, así como para ofrecer una guía paso a paso sobre las medidas que todos podemos tomar para detener las CBDC antes de que se implanten.
Aunque el libro está concebido como un recurso independiente, he descubierto que la gente se beneficia significativamente de un taller presencial. Al final de estos talleres, cada participante se irá con cripto, oro y plata de autocustodia. No recibo ninguna compensación por vender cripto, oro o plata. Estoy ofreciendo asesoramiento imparcial basado en mi propia experiencia.
Para maximizar nuestro alcance y mantener la asequibilidad, actualmente estoy evaluando el interés en asistir al taller y explorando la capacidad de la comunidad para apoyar o patrocinar diversos aspectos del evento. Si está interesado en participar o contribuir al éxito del taller, inscríbase y comparta su interés. Mi objetivo es crear un impacto significativo y llegar a millones de personas, por lo que tengo previsto desarrollar una versión en línea del taller. A pesar de ello, creo firmemente en el valor inigualable de las interacciones en persona. Por lo tanto, incluso después de iniciar el curso en línea, seguiré ofreciendo talleres en vivo para preservar la poderosa experiencia del compromiso y el aprendizaje directos.
Las opiniones expresadas en este artículo son las del autor y no reflejan necesariamente los puntos de vista de The Epoch Times.
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