El candidato demócrata a la gobernación, Beto O’Rourke, cuidó su lenguaje en una parada de campaña en un pueblo del este de Texas el sábado después de decir una grosería a un abucheador la semana anterior.
O’Rourke fue recibido con una casa llena y un grupo de manifestantes en el Centro de Recreación Reecy Davis en Greenville, Texas. La policía estimó que la multitud era de unas 600 personas, y unas 200 se vieron obligadas a esperar fuera.
Su parada en la localidad rural formaba parte de una campaña de siete semanas por el Estado de la Estrella Solitaria en 254 condados. Se enfrenta al gobernador republicano Greg Abbott en noviembre.
O’Rouke impulsó un programa liberal de ampliación de la atención médica, la defensa del aborto, la legalización de la marihuana y la adopción de las fronteras abiertas y el acceso a los procedimientos transgénero para los niños.
«Estoy cuidando mis insultos», bromeó en un momento, en referencia a un incidente en una parada de campaña en Mineral Wells el 10 de agosto. O’Rourke utilizó groserías cuando un partidario de Abbott se rió cuando describió los AR 15 como armas de guerra en referencia al tiroteo masivo en una escuela de Uvalde, Texas.
Si es elegido, O’Rouke quiere leyes de bandera roja, que permitan a las autoridades retirar las armas a cualquier persona que se considere una amenaza para sí misma o para los demás en base de una denuncia anónima, y que se realicen controles de antecedentes universales. También quiere elevar la edad legal para comprar un arma de fuego a 21 años.
Ron Haight condujo desde la ciudad vecina de Terrell para escuchar a O’Rouke. Aprueba a O’Rouke porque está «a favor del pueblo» y apoya el aborto y los derechos de los homosexuales.
Para él, las recientes políticas republicanas de enviar a Washington a los inmigrantes ilegales atrapados en el estado y de pedir a la Guardia Nacional de Texas que patrulle su frontera sur son «extremas».
«El Partido Republicano se ha desviado», dijo.
O’Rouke se ha enfrentado a detractores en varias paradas de la campaña, incluida Greenville. Un grupo de ruidosos partidarios de Abbott se quedó fuera, agitando banderas y llamando a O’Rouke «falso mexicano» y a sus partidarios «ovejas».
«No serás gobernador», gritó una partidaria latina de Abbott. «No te queremos».
La hispana, que no quiso dar su nombre, dijo que otros latinos han abierto los ojos y están votando por los republicanos. Los reclamos de la opresión de los blancos y los mandatos de las mascarillas la hicieron temer que el socialismo tomara el poder.
La mujer añadió que su padre era un inmigrante ilegal, pero que está en contra de una frontera abierta que ha dado lugar a un tráfico desenfrenado de personas y drogas.
Bajo el gobierno de Abbott, Texas ha dado un paso adelante en la construcción de un muro fronterizo, ha prohibido la teoría crítica de la raza y ha hecho frente a la sexualización de los niños y a las teorías de género radicales. Abbott también ha promocionado su éxito a la hora de atraer empresas a Texas, al mismo tiempo que ha luchado contra los progresistas desfinanciando a las ciudades liberales que desfinancian a la policía.
Hablando a la multitud en el interior, O’Rouke reconoció el problema de la frontera de Texas. Dijo que no aprueba la inmigración ilegal, pero que la entiende. O’Rouke afirmó que muchos de los que llegan a Estados Unidos huyen de la persecución, mientras que otros quieren trabajar en empleos que los estadounidenses no quieren.
«La inmensa mayoría de los que buscan venir a este país ahora mismo quieren poder trabajar en empleos que muy a menudo nadie en este país está dispuesto a tomar», dijo O’Rouke.
Una multitud, en su mayoría de mediana edad, entre la que se encontraban varios maestros, aplaudió cuando O’Rouke expuso un plan para aumentar el salario de los maestros, eliminar las pruebas estatales estandarizadas y proteger el statu quo de los distritos escolares de la elección de escuela. Por otro lado, Abbott quiere vincular los dólares de la educación a los estudiantes en lugar de a las escuelas.
O’Rouke trazó un marcado contraste con Abbott en materia de política energética, atacando al gobernador republicano por la capacidad de la red eléctrica de Texas para mantener el ritmo de la demanda, aunque los problemas están relacionados con la energía eólica poco fiable, de la que O’Rourke ha sido un gran defensor. Quiere que Texas dependa de la red nacional.
Abbott defiende la industria petrolera de Texas. Si O’Rourke gana, Abbott dijo que su oponente reduciría la producción de combustibles fósiles mientras aumenta la energía alternativa. Abbott dice que su oponente destruiría el petróleo y el gas de Texas, aumentando los precios en las gasolineras.
O’Rourke apuesta por atraer a los texanos rurales para ganar en noviembre. Asimismo, debe ganarse a algunos independientes y republicanos.
Abbott, con un enorme fondo de campaña, está gastando millones de dólares en anuncios televisivos y digitales. Los republicanos necesitan una fuerte participación en noviembre para asegurarse la victoria. Los candidatos acordaron recientemente un único debate televisado el 30 de septiembre en el Valle del Río Grande.
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