Opinión
Los ejecutivos de las corporaciones multinacionales están observando atentamente el baile de cuerda floja cada vez más peligroso del HSBC. Dios sabe que pueden ser los siguientes en la línea para actuar.
Con disculpas a Standard Chartered, el HSBC, con sede en Londres, es la cara de la industria financiera de Hong Kong y es una de las mayores corporaciones multinacionales de la ciudad. En una incómoda pero inevitable incursión en la política, el HSBC recientemente dio su apoyo a la «ley de seguridad nacional» de Beijing impuesta a Hong Kong.
Con eso, el HSBC, que es la abreviatura de Hong Kong Shanghai Banking Corporation, ha recibido duras críticas por todos lados. Por parte de los gobiernos de EE.UU. y de Reino Unido, por su apoyo a aplastar la disidencia política en Hong Kong. Y por parte del Partido Comunista Chino (PCCh), por su apoyo reacio y tardío, así como por los esfuerzos previos del banco en cooperar con EE.UU. (más sobre esto luego).
Es una situación verdaderamente sin salida. Y una situación en la que muchas corporaciones, que quieren una gran parte del mercado de China continental, podrían llegar a encontrar.
Un camino inevitable
Durante años, el HSBC se ha adherido a la larga tradición de las grandes compañías de decir lo menos posible sobre política de modo público. En privado, los ejecutivos dan garantías a las autoridades gubernamentales de que sus intereses están alineados.
Pero esa táctica ya no funciona hoy en día. Los bancos controlados por China continental que operan en Hong Kong han pedido a su personal que firmen peticiones en apoyo de la «ley de seguridad» de China. El HSBC (y el Standard Chartered) cedieron luego de enfrentarse a intensas críticas por parte de la prensa del PCCh por no respaldar la «ley de seguridad».
Esa decisión ha provocado la reprimenda de los políticos de EE.UU. y Reino Unido. El martes, el secretario de Estado, Mike Pompeo, llamó a la decisión del HSBC un «doblegamiento corporativo». Los políticos del Reino Unido, especialmente los parlamentarios conservadores, también han criticado el movimiento del HSBC.
También hay que señalar que el HSBC es solo una de las piezas de ajedrez en un enfrentamiento cada vez más tenso entre Beijing por un lado, y Washington y ahora Londres por el otro. El PCCh sin duda tiene como rehén la franquicia del HSBC en China continental como una herramienta de negociación a cambio de la construcción del 5G en Reino Unido, lo cual Huawei aspira obtener. Para ser justos, el HSBC no tenía ninguna oportunidad en esta lucha.
Pero la situación desesperada del banco es en gran parte auto-impuesta. Hace años, el HSBC decidió apostar por Hong Kong y China para aumentar sus ingresos. Hace quince años, las contribuciones de ingresos del HSBC se diversificaron, siendo Europa el mayor impulsor, seguido de Norteamérica y Asia, según una investigación del Financial Times. También tenía una pequeña franquicia en América del Sur. Era un verdadero banco global. A partir del año pasado, Asia—en su mayoría la Gran China—representa ahora más del 50 por ciento de sus ingresos, seguida de Europa, y su presencia en América del Norte y del Sur ha disminuido drásticamente.
«Lejos de estar seguro»
Pero la actitud servil del HSBC hacia el PCCh puede que aún no dé resultado.
Beijing ve al HSBC como un enemigo por haber cooperado con las autoridades de EE.UU. en el caso de Meng Wanzhou. La investigación interna del banco sobre la directora financiera de Huawei descubrió los tratos de Huawei con Irán lo cual finalmente resultó en el arresto de Meng.
Los fiscales de Estados Unidos alegan que Meng estafó al HSBC y a otros bancos al tergiversar la relación de Huawei con varias compañías ficticias que se crearon para hacer negocios con Irán, en violación de las sanciones de Estados Unidos.
Ahora, el PCCh afirma que el HSBC puede haber «tendido trampas» para atrapar a Meng, según un artículo de opinión del Global Times, un portavoz del PCCh en inglés. El artículo especula que si esos cargos son verdaderos, entonces el HSBC está «lejos de estar seguro» y puede «enfrentar sanciones bajo la ley china».
Lo que sucedió no es importante para los fiscales de China continental. Pero los líderes corporativos deben entender que el PCCh buscará castigar a cualquier compañía o individuo que quiera, incluso a aquellos que han apostado por Beijing.
Cada vez está más claro que el caprichoso gobierno chino y la falta de un sistema judicial justo en China presentan enormes riesgos para las empresas multinacionales que hacen negocios en China.
La actual saga del HSBC ofrece una advertencia.
Las opiniones expresadas en este artículo son las opiniones del autor y no reflejan necesariamente las opiniones de The Epoch Times.
Apoye nuestro periodismo independiente donando un «café» para el equipo.
A continuación
El Método del PCCh: El plan mundial del Partido Comunista Chino
Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times
Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando
¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en Estados Unidos y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.