Las bolsas estadounidenses abrieron con fuertes caídas el 3 de septiembre y siguieron bajando durante la jornada, después de que los débiles informes manufactureros y el descenso del gasto en construcción avivaron los temores a una desaceleración económica.
El índice de referencia, el S&P 500, perdía en torno a un 1.8% hacia las 14:00 horas (hora de Nueva York), tras ceder unos 100 puntos y situarse en 5.549 puntos, encaminándose a su peor jornada en casi un mes.
El Promedio Industrial Dow Jones cedió más de 550 puntos, o alrededor de un 1.4%, hasta los 40.991 puntos, retrocediendo desde su propio récord establecido el viernes antes del festivo del lunes por el Día del Trabajo. El índice compuesto Nasdaq bajó unos 334 puntos, hasta los 17.227 enteros.
Los rendimientos del Tesoro se hundieron, lo que sugiere que los inversionistas buscaban refugio en la seguridad percibida de los bonos, a medida que los datos de producción publicados por el Instituto de Gestión de Suministros (ISM) y S&P Global mostraban que la manufactura está inmersa en la debilidad, con algunos analistas que apuntaban a una fuerte desaceleración del crecimiento económico.
«Los inversionistas se preguntan si nos dirigimos a una recesión más rápido de lo que se pensaba o si la Reserva Federal tiene esto bajo control con los recortes de tasas en el futuro», dijo Robert Pavlik, gerente senior de cartera de Dakota Wealth en Fairfield, Connecticut, añadiendo que los datos manufactureros «ciertamente no ayudaron».
El sector manufacturero estadounidense registró un descenso de la producción por primera vez en siete meses, según el informe de S&P Global, que señaló una caída de la demanda, una nueva reducción del empleo y un fortalecimiento de las presiones inflacionistas.
«Unas ventas más lentas de lo previsto están provocando que los almacenes se llenen de existencias sin vender, y la escasez de nuevos pedidos ha llevado a las fábricas a recortar la producción por primera vez desde enero. Los productores también están reduciendo el número de nóminas por primera vez este año y comprando menos insumos en medio de la preocupación por el exceso de capacidad», declaró en un comunicado Chris Williamson, economista jefe de S&P Global.
«La combinación de la caída de los pedidos y el aumento de los inventarios envía hacia el futuro la más sombría indicación de las tendencias de producción vistas en un año y medio, con una de las señales más preocupantes presenciadas desde la crisis financiera mundial».
El informe del ISM presentó un panorama similar, señalando un debilitamiento de la demanda, una contracción del empleo y la permanencia de la actividad manufacturera en territorio de recesión por quinto mes consecutivo en agosto.
«La demanda sigue siendo débil, ya que las empresas se muestran reacias a invertir en capital e inventarios debido a la actual política monetaria federal y a la incertidumbre electoral», declaró en un comunicado Timothy Fiore, presidente del comité de encuestas a empresas manufactureras del ISM.
A pesar de la caída de la demanda y del descenso de la producción, los costos de las fábricas aumentaron, según el informe de S&P Global. El aumento de los salarios y las elevadas tarifas de transporte elevaron los costos de los insumos, que subieron en agosto al ritmo más rápido desde abril de 2023, lo que sugiere una posible tendencia estanflacionaria.
Los analistas de ING señalaron que los datos manufactureros sugieren que la producción económica se prepara para una desaceleración significativa.
«Hay un preocupante estrechamiento de los focos de fortaleza», escribió James Knightley, economista jefe internacional de ING, en una nota. «Solo el 22 [por ciento] de la industria está experimentando un aumento de los pedidos y solo el 17 [por ciento] está experimentando un aumento de la producción. Históricamente, esta debilidad en la producción y los pedidos apunta a una fuerte desaceleración del crecimiento del PIB».
Además de las sombrías cifras del sector manufacturero, otros datos publicados el 3 de septiembre mostraron que el gasto en construcción cayó un 0,3% intermensual en julio, frente a las previsiones del mercado de un aumento del 0,1%, según Knightley. Aunque las cifras de junio se revisaron al alza, pasando de un descenso del 0,3% a una cifra plana, la tendencia general apunta a una ralentización.
«La tendencia se está suavizando», escribió el economista, agregando que las perspectivas para la construcción residencial no son buenas, dada la debilidad de la confianza de los constructores, ya que la falta de asequibilidad sigue limitando la demanda».
También indicó que dos cifras mensuales negativas consecutivas sugieren un «notable enfriamiento» en la construcción no residencial.
El analista de ING añadió que el informe de gasto en construcción también sugiere que el apoyo de la Ley de Reducción de la Inflación se está agotando, con una actividad de la construcción vinculada a la fabricación de semiconductores que parece disminuir.
«Así pues, con la industria manufacturera languideciendo y la construcción enfriándose, va a haber una dependencia [cada vez mayor] del sector servicios para proporcionar crecimiento económico», dijo el Sr. Knightley.
Además del desplome del martes en Wall Street, las bolsas europeas también cayeron en su peor sesión en casi un mes, ya que los sombríos datos manufactureros estadounidenses volvieron a avivar la preocupación por una ralentización del crecimiento mundial.
El índice paneuropeo STOXX 600 cerró la sesión con una caída de casi el 1%, y el DAX alemán retrocedió más del 0.9% desde los máximos históricos alcanzados al inicio de la sesión. Las bolsas de Francia, España e Italia cayeron entre un 0.9% y un 1.3%.
Reuters colaboró en la elaboración de este informe.
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