Opinión
A medida que el régimen chino continúa tratando al mundo como trata a sus propios ciudadanos, la Unión Europea se está preparando para enfrentar a Beijing. Si no es un nuevo papel, es sin duda un nuevo nivel de compromiso de la UE contra la espantosa opresión que ejerce el régimen sobre su pueblo.
Las respuestas de la UE hacia China en el transcurso de este año son un avance positivo. Esto es especialmente cierto a la luz del liderazgo menguante de Estados Unidos y su aparente falta de voluntad para enfrentar a China y defender los intereses estadounidenses, de los cuales los derechos humanos han sido un pilar durante décadas. La ignominiosa salida del ejército de EE. UU. de Afganistán en medio de la noche de agosto perjudicó el prestigio y la credibilidad de Estados Unidos en el mundo, dejando un vacío que China espera llenar.
Los problemas de Beijing se multiplican
Sin embargo, a Beijing le está resultando más difícil reemplazar el papel de Estados Unidos en el mundo de lo que imaginaba. La realidad es que los cada vez mayores problemas internos de China son claros indicios de que su propio prestigio y poder también están disminuyendo. La pandemia contribuyó a ese proceso, pero ciertamente no ha sido el único factor.
Por ejemplo, el poder blando y la afinidad cultural por los que Beijing se esforzó tanto durante décadas para establecer y promover en todo el mundo prácticamente ha desaparecido. Pocos creen realmente que China sea una fuerza benévola en el mundo o un modelo económico a emular. Debido a las trampas de deuda de la Iniciativa la Franja y la Ruta (BRI, por sus siglas en inglés), el software espía de Huawei, el enfoque de propagandístico de los Institutos Confucio y más, la mayor parte de la buena voluntad hacia China se ha perdido. El virus del PCCh (comúnmente conocido como el nuevo coronavirus) y sus secuelas fueron el último remate en la campaña de relaciones públicas del Partido Comunista Chino.
Además, el sistema económico del capital estatal del PCCh está demostrando ser cualquier cosa menos confiable o eficiente. China está sufriendo actualmente apagones continuos, caída del PIB, escasez de alimentos, disturbios civiles, una salida de fabricantes extranjeros y una crisis financiera emergente. Como consecuencia, el PCCh ha considerado necesario imponer controles y abusos aún más estrictos al pueblo.
Es más, esos abusos en curso ya no pueden ocultarse detrás de un muro de silencio o negación. Existen relatos claros y verificados de varios incidentes de condiciones de trabajo esclavo, tortura y esterilizaciones forzadas llevadas a cabo por el PCCh contra poblaciones musulmanas y otras personas que se manifiestan o disienten de la dirección del Partido. Ellos niegan su culpabilidad, por supuesto, pero tanto en el contexto comercial como en el de los derechos humanos, los líderes del PCCh han perdido toda pretensión de credibilidad. Pocas naciones, si es que hay alguna, ven al PCCh como un gobierno que se preocupa en los mejores intereses de cualquiera que no sean de ellos mismos.
China se quita los guantes con Australia
Evidentemente, el PCCh también lo sabe. Ese conocimiento explica en gran medida sus amenazas de ataque nuclear contra Australia. Beijing es consciente de que debe aprovechar las fortalezas del país, el cual es su poder militar, porque es el único poder confiable que permanece intacto. Eso no es sorprendente, ya que la fuerza bruta es realmente el único lenguaje que los dirigentes chinos entienden o respetan.
La UE se quita los guantes con China
Por eso es gratificante ver que la UE está haciendo que Beijing pague un precio mucho mayor por su comportamiento inhumano que en el pasado. Recordemos que en marzo de este año, por ejemplo, después de casi una década de negociaciones, se suspendió el Acuerdo Integral de Inversiones (CAI, por sus siglas en inglés) UE-China.
La pausa en esas negociaciones está resultando un golpe muy significativo para China, porque consideraba al CAI como una acción estratégica para separar a los europeos de Estados Unidos en una variedad de contextos económicos e incluso militares. La UE le ha hecho saber a Beijing que eso no va a suceder. De hecho, cuando se trata de intereses comunes entre Bruselas y Beijing, el liderazgo de la UE entiende que en realidad hay menos de lo que parece.
La razón de esto es simple y clara. La UE opera y compite dentro del orden económico liberal existente, que es producto de Occidente y de las ideas occidentales.
El PCCh está fuera de contacto con el resto del mundo
Sin embargo, la visión chovinista de China para el mundo es bastante diferente. Bruselas y todas las naciones europeas que comercian con China ahora se dan cuenta ahora de que el objetivo final de Beijing, según su misión “Made In China 2025”, es vaciar los sectores tecnológicos de Occidente y Asia, haciendo que los estados clientes dependan de China para la producción e innovación tecnológica.
La UE no está dispuesta a permitir que eso suceda.
Como era de esperar, la visión de Beijing provocó una importante reacción del resto del mundo. Pero más reveladora es la arrogancia del PCCh por imaginar que podría declarar abiertamente tal objetivo y no esperar consecuencias. Al menos, es una demostración asombrosa de cuán fuera de contacto está la dirección del Partido con el resto del mundo.
Afortunadamente, la UE ahora está haciendo lo que debe hacerse y lo que Estados Unidos debería hacer más también. Es de esperar que continúe el rechazo de la UE contra el liderazgo chino.
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Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times
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