La gobernadora demócrata de Kansas, Laura Kelly, ha sobrevivido al intento del fiscal general republicano, Derek Schmidt, de desbancarla y pasará a su segundo mandato en Topeka.
Kelly obtuvo el 49% de los votos frente al 48% de Schmidt, con un 90% de los votos contados el 9 de noviembre. A lo largo del verano y el otoño, las encuestas mostraban a Kelly y Schmidt en una carrera de cuello a cuello.
La contienda entre Kelly y Schmidt fue una de las 36 elecciones a gobernador en todo el país este otoño. Kelly era uno de los 22 gobernadores demócratas que buscaban la reelección, pero la única que lo hacía en un estado que el expresidente Donald Trump ganó en 2020.
Kelly sirvió 14 años en el Senado estatal después de un período de 16 años como directora ejecutiva de la Asociación de Recreación y Parques de Kansas. Derrotó al exsecretario de Estado republicano de Kansas, Kris Kobach, por 5 puntos porcentuales en la elección por la gobernación de 2018.
Ella promocionó los logros bipartidistas durante su campaña, afirmando que «ha reunido a ambos partidos para lograr cosas para Kansas», como la reducción de impuestos en mil millones de dólares, la atracción de 14 mil millones de dólares en inversiones empresariales y la retención de más de 48,000 puestos de trabajo.
Schmidt, que sirvió en el Senado con Kelly antes de ser elegido fiscal general en tres ocasiones, mantuvo que era el líder conservador que Kansas necesita para garantizar la protección de las libertades individuales y la Constitución.
Su campaña arremetió contra Kelly por sus órdenes administrativas durante la pandemia de COVID-19 que provocó el cierre de negocios y escuelas, afirmando que nunca impondría su autoridad exagerada a los residentes de Kansas.
Schmidt vinculó a Kelly con el presidente Joe Biden y la inflación, mientras que Kelly vinculó a Schmidt con el exgobernador de Kansas, Sam Brownback, cuyos recortes masivos de impuestos provocaron problemas presupuestarios generalizados en el estado.
Schmidt también tuvo que enfrentarse a un tercer partido, el senador estatal Dennis Pyle (I-Hiawatha), cuya campaña independiente obtuvo el 2% de los votos.
Mientras que el apoyo a Kelly y a Schmidt se mantuvo estable, las cifras de apoyo a Pyle crecieron en octubre en un 50%, al presentarse el conservador como una alternativa al supuesto liderazgo liberal de Kelly y a las posturas moderadas de Schmidt.
American Center, un grupo demócrata nacional, invirtió 92,000 dólares en publicidad para impulsar la candidatura de Pyle como el verdadero conservador en la carrera.
La campaña de Kelly informó a la División Electoral de Kansas (KED) el 31 de octubre de que había recaudado más de 7.7 millones de dólares, un récord para una campaña a gobernador de Kansas y aproximadamente el doble de lo que recaudó Schmidt.
Durante un debate del 10 de septiembre con Schmidt, Kelly habló de los logros bipartidistas, como trabajar con la legislatura liderada por el GOP para equilibrar el presupuesto estatal, construir un fondo de mil millones de dólares para momentos en que los ingresos regulares se interrumpan, financiar completamente la educación pública, eliminar el impuesto estatal de 6.5 por ciento sobre las ventas de comestibles, asegurar una planta de baterías de Panasonic de 4 mil millones de dólares —el mayor proyecto de desarrollo económico del estado— e iniciar la construcción de más de 1000 proyectos de infraestructura desde 2019.
Schmidt dijo que el gasto bajo Kelly se ha disparado y que ella continuaría aumentando la carga impositiva de Kansans al respaldar las políticas de Biden.
«No debemos adoptar políticas gubernamentales que intenten convertir a Kansas en California», dijo Schmidt durante su debate del 10 de septiembre. «La gobernadora Kelly se equivoca en su filosofía».
Durante la campaña, Schmidt ha redoblado su oposición al aborto, afirmando que el hecho de que el 2 de agosto los residentes de Kansas rechazaran una propuesta de enmienda que eliminaba el acceso al aborto como derecho por 165,000 votos, o por un margen de 59 a 41 por ciento, no significa que los votantes conservadores del estado apoyen el acceso «sin restricciones».
Dijo que, si era elegido gobernador, apoyaría a la legislatura del estado, controlada por los republicanos, si imponía restricciones al aborto.
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