El G-7 increpa al régimen chino sobre DD. HH. y exige investigación sobre los orígenes del COVID-19

Por Cathy He
13 de junio de 2021 2:45 PM Actualizado: 13 de junio de 2021 3:02 PM

El 13 de junio, los líderes del Grupo de los Siete (G-7) denunciaron al régimen chino por sus abusos a los derechos en Xinjiang y Hong Kong, prometieron contrarrestar las prácticas comerciales injustas de Beijing y exigieron una investigación exhaustiva sobre los orígenes de la pandemia de COVID-19 en China.

Tras discutir cómo llegar a una postura unificada sobre China, los líderes de las democracias más ricas del mundo emitieron un comunicado muy crítico que profundizó en una serie de preocupaciones que apuntan al comportamiento del régimen comunista a nivel nacional y en el extranjero.

«Promoveremos nuestros valores, incluso pidiendo a China que respete los derechos humanos y las libertades fundamentales, especialmente en relación con Xinjiang y dichos derechos, libertades y alto grado de autonomía para Hong Kong consagrados en la Declaración Conjunta Sino-Británica», dijo el G-7.

Las reacciones negativas globales a la agresión de Beijing han aumentado en los últimos tiempos, y el presidente Joe Biden se ha comprometido a reunir aliados para hacer frente a los abusos económicos del régimen y rechazar las violaciones de derechos humanos.

Hablando después de la cumbre en Inglaterra, Biden dijo que los líderes acordaron una propuesta para financiar proyectos de infraestructura en el mundo en desarrollo que contrarrestaría la Iniciativa de «la Franja y la Ruta» de Beijing. El proyecto de la Franja y la Ruta ha sido criticado como una forma de diplomacia de «trampa de deuda» que endosa a las naciones en desarrollo con niveles de deuda insostenibles, a la vez que refuerza la influencia política y económica de Beijing en estos países.

«Creemos que hay una forma más equitativa de satisfacer las necesidades de los países de todo el mundo», dijo Biden.

El presidente pidió también al régimen que cumpla con las normas globales. «China debe comenzar a actuar de manera más responsable en términos de normas internacionales y derechos humanos y transparencia», dijo Biden.

Él exigió a Beijing que brinde acceso a sus laboratorios para que el mundo pueda investigar los orígenes de la pandemia por COVID-19, incluyendo la posibilidad de que fueran el resultado de «un experimento que salió mal».

«El mundo necesita tener acceso», dijo Biden.

Mientras tanto, el G-7 pidió «un estudio de Fase 2 Orígenes de COVID-19 oportuno, transparente, dirigido por expertos y con base científica, convocado por la OMS, que incluya, según lo recomendado por el informe de los expertos, a China».

Antes de que surgieran las críticas del G-7, China advirtió deliberadamente a los líderes del G-7 que los días en que los «pequeños» grupos de países decidían el destino del mundo habían quedado atrás.

El G-7 dijo también que subrayó «la importancia de la paz y la estabilidad a través del Estrecho de Taiwán, y alentaron a la resolución pacífica de los problemas a través del Estrecho».

«Seguimos seriamente preocupados por la situación en los mares de China Oriental y el Mar del Sur de China y nos oponemos firmemente a cualquier intento unilateral de cambiar el status quo y aumentar las tensiones», dijeron.

El comunicado destacó además la preocupación por el trabajo forzado en las cadenas de suministro mundiales, incluyendo los sectores agrícola, solar y de confección. Estas industrias son las «principales cadenas de suministro de interés» en la región de Xinjiang, en el extremo occidental de China, señaló una hoja informativa de la Casa Blanca.

El régimen chino ha recluido a más de un millón de uigures y otras minorías musulmanas en una vasta red de campamentos en la región. Los habitantes y presos han sido sometidos a torturas, adoctrinamiento político, esterilización forzada, trabajo forzado y vigilancia masiva bajo la dura represión de Beijing.

Muchas marcas de moda, tecnología y otras empresas occidentales han estado bajo una presión creciente para demostrar que sus cadenas de suministro no están contaminadas por el trabajo forzado procedente de Xinjiang.

«Los líderes coincidieron en la importancia de defender los derechos humanos y las normas laborales internacionales, y se comprometieron a proteger a las personas del trabajo forzado», dijo la Casa Blanca en una hoja informativa.

Con información de Reuters. 

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