Opinión
El ChatGPT impulsado por la IA está intensificando la competencia entre Estados Unidos y China por el dominio de la inteligencia artificial.
No podría haber más en juego.
ChatGPT es una herramienta impulsada por IA que puede crear documentos, informes y otro contenido con solo una pregunta o unas pocas palabras clave. Fue creado por OpenAI, una empresa de tecnología del Área de la Bahía y fue impulsada por destacados expertos en tecnología como Elon Musk, Peter Thiel y otras luminarias tecnológicas.
La buena noticia es que ChatGPT ha vuelto a traer la carrera por el dominio de la IA a la conversación nacional. Es difícil exagerar el potencial de la tecnología de IA a la hora de alterar nuestro mundo, aunque la tecnología ChatGPT en sí misma apenas rasca la superficie de lo que realmente puede hacer la tecnología de IA.
La IA lo transformará todo
Tanto Estados Unidos como China están totalmente comprometidos con los esfuerzos para dominar la tecnología de IA en sus aplicaciones más poderosas, lo que incluye la creación de las llamadas «falsificaciones profundas» que ponen palabras en la boca de las personas y las colocan en lugares en los que nunca estuvieron. Incluso esas capacidades son meras sombras de lo que está por venir.
En unos pocos años como máximo, la forma en que hacemos incluso las tareas más comunes, desde la fabricación de bienes, su transporte y comercialización, cambiará radicalmente. Los medicamentos, las máquinas y las metodologías de investigación serán fundamentalmente diferentes bajo la IA. La IA cambiará cada actividad o industria a la que se aplique, y eso incluye los rápidos avances en biotecnología y su impacto transformador en la guerra.
La carrera de IA será la última
La actual carrera por el dominio de la IA no representa la primera vez que las naciones compiten para lograr el dominio tecnológico en el mundo. La carrera para llegar a la luna viene a la mente, pero fue una lucha tanto ideológica como tecnológica en su impacto. La carrera para desarrollar la primera bomba atómica durante la Segunda Guerra Mundial es una mejor comparación. Muchos observadores creen que la IA representa nada menos que un cambio de paradigma para todo el mundo y en todo el espectro de industrias y aplicaciones científicas.
Eso es lo que hace que la IA sea una tecnología cualitativamente diferente a todas las demás. Alterará para siempre la relación entre la humanidad y las máquinas. La gran innovación de la humanidad fue la reproducción y transformación del mundo natural en su mecanización y manipulación. Hace poco más de un siglo que la humanidad hizo la transición del caballo al automóvil, luego al vuelo y luego al vuelo espacial.
Al mismo tiempo, la revolución de las comunicaciones comprimió el tiempo y la distancia a la velocidad de la luz. Esto no solo hizo que el mundo fuera más pequeño y los eventos más impactantes, ya que se presenciaron en tiempo real, sino que también acortó los tiempos de reacción.
La revolución de la IA, sin embargo, es un salto cuántico en el avance tecnológico. La IA es la desmaterialización real de las máquinas y la separación del pensamiento de la humanidad, nada de lo cual había ocurrido antes. Por primera vez, la humanidad se ve amenazada no sólo por la destrucción procedente de un dispositivo creado por el hombre, sino por el hecho de que nuestras propias creaciones nos sustituyan por completo.
Big Data y vigilancia de China
No es una exageración. El filósofo Yuval Harari ha advertido que la IA vuelve a los humanos obsoletos e «inútiles». Harari no es el único que ve las banderas rojas. Elon Musk ha dicho que la IA está «invocando al demonio», lo que implica que una vez liberado estará fuera de nuestro control.
Eso aún está por verse. Pero ambas declaraciones son un guiño al poder que la IA bien puede otorgar a aquellos que primero adquieren el nivel requerido de habilidad y tecnología. En consecuencia, el presidente ruso, Vladimir Putin, afirmó que quien domine la IA será el dueño del mundo.
Probablemente tenga razón, y el Partido Comunista Chino (PCCh) tiene toda la intención de hacer ambas cosas.
A pesar del impresionante debut de ChatGPT, China está por delante de Estados Unidos donde realmente cuenta: En investigación. De acuerdo con su plan quinquenal más reciente, los planificadores chinos han establecido objetivos rigurosos para 2030 que incluyen invertir hasta USD 1.4 billones en nueva infraestructura de inteligencia artificial, como centros de datos, 5G, Internet industrial y otras tecnologías habilitadoras.
Su objetivo es alcanzar una posición inexpugnable en tecnologías impulsadas por IA y, en algunos aspectos clave, como el acceso a big data, están bien posicionados para alcanzar su objetivo. Con 1400 millones de personas y una de las poblaciones más vigiladas del mundo, los investigadores chinos tienen acceso a las bases de datos más grandes del mundo con pocas o ninguna restricción de privacidad.
China se apresura a crear fuerzas armadas superiores impulsadas por IA
El periodo comprendido entre 2025 y 2030 tiene enormes implicaciones en materia de defensa para Estados Unidos, ya que es entonces cuando está previsto que se haga realidad el liderazgo mundial de China en IA. De hecho, el plan de avance militar de China prevé la implantación de la IA para 2030, con una aplicación ambiciosa y exhaustiva en todo el espectro de activos militares.
El plan de China incluye la integración de redes neuronales a naves de planeo hipersónico con armas nucleares, reconocimiento automático de objetivos mejorado por IA, pilotaje automático, fusión de misiles, guía de precisión para plataformas hipersónicas, maniobrabilidad y más. Beijing también está buscando en la IA formas hasta ahora inimaginables de librar una guerra cibernética contra sus adversarios. El resultado es que, dentro de unos años, Beijing tiene como objetivo cambiar todo el cálculo de la dinámica de las armas estratégicas ofensivas a través de una integración profunda de la IA.
En última instancia, es posible que la carrera por el dominio de la IA entre Estados Unidos y China no se reduzca solo a comprometer inversiones y recursos intelectuales, sino más bien a qué tan rápido se puede poner en acción la tecnología.
También puede ser una cuestión de evitar que la propiedad intelectual tecnológica sea vendida o robada, algo que el gobierno de EE.UU. ha demostrado repetidamente que no puede evitar.
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Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times
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