El gobierno de Biden envía a la FEMA a la frontera tras el flujo de niños no acompañados

Por Janita Kan
14 de marzo de 2021 8:34 AM Actualizado: 14 de marzo de 2021 8:34 AM

La Administración Biden anunció el sábado que ha destinado recursos de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) a la frontera suroeste de Estados Unidos en respuesta a la llegada de un «número récord» de inmigrantes ilegales, incluidos niños no acompañados.

La Agencia Federal para el Manejo de Emergencias apoyará al gobierno federal durante los próximos 90 días para recibir, albergar y trasladar a los niños no acompañados que crucen la frontera ilegalmente, según el Departamento de Seguridad Nacional (DHS).

«Estoy increíblemente orgulloso de los agentes de la Patrulla Fronteriza, que han estado trabajando las 24 horas del día en circunstancias difíciles para atender a los niños que están temporalmente a nuestro cargo. Sin embargo, como he dicho muchas veces, una instalación de la Patrulla Fronteriza no es lugar para un niño», dijo el secretario del DHS, Alejandro N. Mayorkas, en un comunicado.

«Estamos trabajando en colaboración con el HHS para atender las necesidades de los niños no acompañados, lo cual resulta aún más difícil debido a los protocolos y restricciones necesarios para proteger la salud pública y la salud de los propios niños. Nuestro objetivo es garantizar que los niños no acompañados sean trasladados al HHS lo antes posible, de acuerdo con los requisitos legales y en el mejor interés de los niños».

Esto se produce cuando la creciente crisis en la frontera entre Estados Unidos y México ha alcanzado nuevos máximos desde la última crisis de 2019. El número de cruces ilegales se está disparando a medida que el presidente Joe Biden comienza a aplicar su plan, con el que hizo campaña, para hacer retroceder las normas y políticas de inmigración de la era Trump destinadas a frenar el flujo de inmigración ilegal.

En febrero, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés) declaró que hubo 100,441 cruces en la frontera suroeste, lo que supone casi el triple que en febrero de 2020, cuando la CBP localizó a 36,687 individuos. También la cifra es significativamente mayor que los 76,545 cruces de febrero de 2019, que fue al comienzo de la última crisis fronteriza.

El número de cruces de la frontera suroeste ha aumentado de forma constante en los últimos meses. Entre octubre de 2020 y enero de 2021, el número de cruces fue de 296,259, un aumento del 79.6 por ciento respecto a los 164,932 del mismo periodo del año anterior, según los datos de la CBP.

El número de unidades familiares (19,246) y de menores no acompañados (9457) que cruzaron ilegalmente aumentó significativamente en febrero en comparación con los meses anteriores. Esto se compara con las 7294 unidades familiares y los 5585 menores no acompañados de enero; y con las 4404 unidades familiares y los 4993 menores no acompañados de diciembre de 2020.

La Casa Blanca sigue negándose a calificar la afluencia de inmigración ilegal como una «crisis», a pesar de la creciente presión. En su lugar, la secretaria de Prensa Jen Psaki pareció desestimar la presión, al decir que «no importa cómo se llame». Pero reconoció que el tema es «un enorme desafío» para la administración.

«Lo que he transmitido es que no importa cómo se llame, es un enorme desafío, es algo primordial para el presidente», respondió Psaki a un periodista durante una conferencia de prensa.

«Aunque no hay decisiones políticas definitivas, hay una variedad de acciones que se están considerando, incluyendo la identificación y evaluación de otras instalaciones autorizadas que pueden ayudar a añadir capacidad de seguridad para estos niños», añadió. «El presidente está muy centrado y muy metido en los detalles operativos aquí, y está presionando a su equipo para que tome todas las medidas posibles para abordar exactamente lo que usted señaló».

En un comunicado, Mayorkas instó a los migrantes a no emprender el peligroso viaje de intentar entrar ilegalmente en Estados Unidos.

«Nunca es seguro venir a Estados Unidos a través de canales irregulares, y esto es particularmente cierto durante una pandemia», dijo Mayorkas. «Para proteger eficazmente tanto la salud y la seguridad de los migrantes como nuestras comunidades de la propagación de la COVID-19, se sigue denegando la entrada a los individuos detenidos en la frontera y se les devuelve».

El fuerte aumento del flujo de menores no acompañados que llegan a la frontera en las semanas posteriores a la revocación por parte de la Administración Biden de varias políticas de inmigración de la era Trump ha hecho que ésta abra más albergues de desbordamiento para gestionar la afluencia.

Mayorkas dijo el 1 de marzo que en lugar de «expulsar a los niños pequeños» a México mientras se procesan sus solicitudes de asilo, como se hacía bajo la Administración Trump, el DHS está trabajando para entregar a los menores a familiares o tutores en Estados Unidos si los menores son de Guatemala, Honduras o El Salvador.

Biden también ha puesto fin temporalmente a la prohibición del expresidente Donald Trump de viajar desde países propensos al terrorismo, ha detenido el resto de la construcción del muro fronterizo y ha remitido al Congreso un amplio paquete migratorio que ofrece una vía de legalización a unos 11 millones de inmigrantes ilegales que ya están en el país.

Recientemente, el DHS anuló la norma de carga pública de Trump que exige que los futuros inmigrantes sean capaces de mantenerse económicamente si van a recibir sus visados.

Ivan Pentchoukov e Isabel van Brugen contribuyeron a la elaboración de este artículo.

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