La Casa Blanca anunció esta semana que restaurará las regulaciones ambientales que se inhabilitaron durante la administración Trump.
En 2020, el entonces presidente Donald Trump tomó medidas para revertir las disposiciones de la Ley de Política Ambiental Nacional (NEPA) de la era de Nixon en un esfuerzo por reducir la burocracia y facilitar la finalización de proyectos de infraestructura.
“Estados Unidos no puede competir y prosperar si un sistema burocrático nos impide construir lo que necesitamos”, dijo Trump en ese momento, calificando el proceso de aprobación federal como algo “escandalosamente lento y engorroso”.
La administración Biden finalizó el martes una regla que restablece un requisito para que las agencias federales evalúen rigurosamente todos los impactos ambientales de sus decisiones, incluidos los grandes proyectos de construcción como carreteras, oleoductos y pozos petroleros.
El Consejo de Calidad Ambiental de la Casa Blanca (CEQ) dijo que la nueva regla, que entrará en vigencia a fines de mayo, resolverá los desafíos de las agencias gubernamentales y la confusión para el público en general creada por la política de la era Trump.
«Restablecer estas salvaguardias básicas para la comunidad proporcionará certeza regulatoria, reducirá los conflictos y ayudará a garantizar que los proyectos se construyan correctamente la primera vez», dijo la presidenta del CEQ, Brenda Mallory, en un comunicado. «Parchear estos agujeros en el proceso de revisión ambiental ayudará a que los proyectos se construyan más rápido, sean más resistentes y proporcionen mayores beneficios a las personas que viven cerca».
El cambio de regla también restaura la autoridad del gobierno para determinar el «propósito y la necesidad» de un proyecto propuesto y establece las regulaciones de la NEPA «como un piso en lugar de un techo», según el comunicado de la Casa Blanca.
El CEQ dice que también planea proponer una segunda fase de cambios a las reglas de la NEPA para “brindar más mejoras a la eficiencia y eficacia de los procesos de revisión ambiental y reflejar el compromiso de la administración para lograr la justicia ambiental y enfrentar el cambio climático”.
La medida de la administración Biden ha encontrado el apoyo de grupos ambientalistas.
“Nos alienta ver que la administración Biden tome medidas para restaurar esta protección ambiental fundamental. La NEPA juega un papel fundamental para mantener nuestras comunidades y nuestro medio ambiente saludables y seguros, y los intentos de Donald Trump de debilitar la NEPA claramente no fueron más que un regalo para los contaminadores corporativos”, dijo Leslie Fields, directora nacional de políticas del Sierra Club, en un comunicado.
Sin embargo, los republicanos en el Congreso expresaron sus preocupaciones. El representante Bruce Westerman (R-AR), miembro del Comité de Recursos Naturales de la Cámara de Representantes, dijo que la acción de la Casa Blanca «convertiría la NEPA en un arma» al hacerla más difícil de manejar y más burocrática.
“En un momento en el que deberíamos unirnos en torno a formas bipartidistas para reducir los precios de la gasolina, controlar la inflación vertiginosa y solucionar la crisis de la cadena de suministro, el presidente Biden lamentablemente está restableciendo las regulaciones arcaicas de la NEPA que solo generarán demoras y trámites burocráticos y alimentarán los litigios de los activistas”, dijo Westerman.
El cambio de regla se produce cuando la administración Biden está ocupada planificando proyectos y asignando fondos de la ley de infraestructura de USD 1.2 billones, la cual fue firmada por Biden el otoño pasado.
Tom Ozimek contribuyó a este artículo.
Con información de Associated Press.
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