El 25 de mayo, la Administración Biden dio a conocer una estrategia nacional para combatir el antisemitismo, describiendo el plan como el «esfuerzo más ambicioso y completo dirigido por el gobierno estadounidense para luchar contra el antisemitismo en la historia de Estados Unidos».
La administración anunció 100 nuevas acciones (pdf) y más de 100 peticiones de acciones para combatir el antisemitismo, incluidas nuevas acciones en los campus universitarios y en Internet en su Estrategia Nacional de Estados Unidos para Combatir el Antisemitismo.
El presidente Joe Biden, en un discurso de presentación del plan, comenzó con comentarios que hacían referencia a la muerte de una joven en un mitin político en Charlottesville, Virginia, en 2017, diciendo que los participantes estaban «vomitando» lo que «se oyó en toda Europa en la década de 1930».
El presidente denunció esas acciones, afirmando que se ha dado demasiado «oxígeno» al antisemitismo en este país.
«El silencio es complicidad. No podemos permanecer en silencio», dijo Biden. «Yo no permaneceré en silencio. Ustedes tampoco deberían. Por eso hoy doy a conocer la primera estrategia nacional contra el antisemitismo».
Dirigido por el Consejo de Política Interior y el Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, el Comité Interinstitucional de Política sobre Antisemitismo, Islamofobia y Formas Conexas de Prejuicio y Discriminación ha recibido el encargo de elaborar la primera estrategia nacional contra el antisemitismo.
La Casa Blanca citó datos de la Oficina Federal de Investigación, según los cuales los judíos estadounidenses representan el 63% de los delitos de odio por motivos religiosos denunciados, a pesar de constituir sólo el 2.4% de la población.
Para recabar un amplio apoyo, la Administración Biden-Harris anunció compromisos de diversos sectores, como el sector privado, la sociedad civil, las comunidades religiosas y multirreligiosas y la enseñanza superior.
Destacadas organizaciones como la Liga Antidifamación, el Comité Judío Estadounidense y el Consejo de Relaciones Estadounidenses-Islámicas se han unido a la causa. La administración también instó a otras organizaciones a participar en la puesta en marcha de iniciativas de impacto contra el antisemitismo.
El Departamento de Seguridad Nacional organizará talleres sobre la lucha contra la violencia antisemita, mientras que el Departamento de Justicia colaborará con grupos comunitarios afectados por delitos motivados por el odio.
La administración también planea ampliar los esfuerzos de prevención comunitarios y reforzar el intercambio de información sobre amenazas entre las fuerzas policiales y las plataformas online, presionando a las empresas tecnológicas para que hagan cumplir sus normas comunitarias y no amplíen el contenido antisemita publicado en línea.
El gobierno de Biden también pide al Congreso que responsabilice a las plataformas de redes sociales de la violencia alimentada por el odio, promulgue leyes para aumentar la transparencia y permita la investigación de interés público sobre la propagación del antisemitismo.
El Departamento de Educación lanzará una Campaña de Concienciación sobre el Antisemitismo para concienciar y equipar a maestros, alumnos, padres y comunidades escolares para combatir el preocupante crecimiento del antisemitismo.
La Unión Ortodoxa se pronunció, elogiando la acción del presidente y el «compromiso de la administración de aplicar rápidamente esta Estrategia Nacional estableciendo plazos concretos para sus acciones propuestas y encargando a un Grupo Interinstitucional que prosiga su aplicación», según su comunicado de prensa enviado a The Epoch Times.
El rabino Moshe Hauer, vicepresidente ejecutivo de la Unión Ortodoxa, declaró: «Aplaudimos al presidente Biden por iniciar este esfuerzo crítico para combatir el antisemitismo y apoyar el derecho de los judíos estadounidenses a practicar nuestra fe libres de temor».
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