Comentario
El colapso de la moneda china es el último de una serie de síntomas de declive económico que el liderazgo del Partido Comunista Chino (PCCh) se esfuerza por resolver, pero hasta ahora, con poco éxito.
Las razones de la caída del yuan y del fracaso de Beijing son tan predecibles como destructivas.
Una reacción en cadena económica
Una de las principales causas de la caída del valor del yuan se puede atribuir a la respuesta de tolerancia cero del PCCh a los continuos brotes del virus del PCCh en toda China. La política de confinamiento total de Beijing incluso para un pequeño número de casos, ciudad tras ciudad durante los últimos dos años y medio, ha interrumpido gravemente la actividad manufacturera de exportación.
Eso no solo ha provocado una desaceleración en las exportaciones manufactureras de China, sino también en la demanda y en el consumo interno. El consumo y la productividad manufacturera de China en julio pasado cayó muy por debajo de las expectativas. Además, las tasas de crecimiento de julio para ambos son más bajas que las de junio.
Con millones de trabajadores despedidos durante estos confinamientos aparentemente interminables, los ingresos y la confianza de los consumidores se han vuelto negativos.
Múltiples acontecimientos económicos negativos en casa
La caída de los ingresos por exportaciones, la desaceleración de la manufactura y la reducción de la demanda de los consumidores no son las únicas consecuencias negativas. Hay otro factor, el colapso del sector de desarrollo inmobiliario, que representa alrededor del 29 por ciento del PIB de China. Este también es muy perjudicial para el bienestar y el sentimiento del consumidor. Las inversiones en desarrollos inmobiliarios son una parte importante de las carteras de jubilación individuales en toda China.
Un estudio realizado por el Instituto Peterson de Economía Internacional (PIIE) afirma: “Casi el 60 por ciento del patrimonio total que poseen los hogares urbanos chinos son propiedades. Esa proporción es aún mayor para los hogares de bajos ingresos. Como resultado, una fuerte caída en el precio de las propiedades podría desencadenar disturbios sociales, algo que el gobierno chino quiere evitar a toda costa”.
La respuesta de los inversionistas nacionales no tiene precedentes. Millones de propietarios dejaron de pagar o amenazan con dejar de pagar las hipotecas de inversiones inmobiliarias no terminadas o demasiado devaluadas. Este boicot podría impactar 200 proyectos en 80 ciudades y traer consecuencias nefastas para el sector financiero.
Pero mientras los ingresos en China caen, la inflación aumenta. En resumen, los consumidores de China están siendo cortados por la espada de doble filo de ingresos más bajos y precios más altos. Si a ello agregamos los millones de inversionistas inmobiliarios enojados, la potencial consecuencia son los crecientes disturbios internos.
Amplios impactos negativos en el exterior
Pero las consecuencias negativas no se detienen en la frontera de China. La devaluación de la moneda china en curso, la crisis del desarrollo inmobiliario y la caída de la tasa de crecimiento están expulsando la inversión extranjera de China.
Los inversionistas globales están vendiendo la moneda de China y dejando los activos denominados en yuanes, como las acciones y los bonos. Ellos también están vendiendo activos en países emergentes que dependen en gran medida de China. Sus temores son razonables. Los continuos cierres en China están interrumpiendo las cadenas de suministro en otras naciones emergentes. Se espera que su deterioro económico se extienda a otras naciones del mundo, provocando la devaluación de otras monedas.
Per Hammarlund, estratega jefe de mercados emergentes de Skandinaviska Enskilda Banken AB, dijo recientemente: “Con el yuan a punto de debilitarse aún más, otros mercados emergentes enfrentarán una presión a la baja sobre sus monedas. El impacto lo sentirán más las naciones que compiten directamente con China en las exportaciones”.
Es esa reacción en cadena la que podría desencadenar una mayor fuga de capitales hacia dólares estadounidenses, no porque la economía estadounidense sea tan fuerte, sino porque otros están relativamente peor. Como señaló Karl Schamotta, estratega jefe de mercado de Corpay, en un artículo del Financial Times: «No deberíamos ver un rendimiento tan superior en el dólar, a menos que haya un gran movimiento de refugio».
¿Puede Beijing revertir la tendencia a la devaluación?
Los formuladores de políticas de China en el Banco Popular de China (PBOC) están tratando de detener o incluso revertir la depreciación del yuan con diferentes tácticas. Después de la caída actual del yuan a un mínimo de dos años, depreciándose frente al dólar un 8 por ciento en lo que va del año, el PBOC declaró que, a partir del 15 de septiembre, reduciría su coeficiente de reservas obligatorias de divisas (RRR) desde el 8 por ciento al 6 por ciento.
El Banco Popular de China dijo que la reducción tenía por objeto mejorar la «capacidad de las instituciones financieras para utilizar capital de las divisas». Pero queda por ver qué tan efectivo será esta medida. Bruce Pang, economista jefe de Jones Lang Lasalle, dijo que el anuncio “podría aliviar la presión de una rápida depreciación del yuan”.
Evitar una devaluación rápida puede ser el resultado más realista que Beijing puede esperar. Sin embargo, en algún momento, en lugar de tratar de mantener una tasa fija, el PCCh podría dejar que el yuan flote. Pero hacerlo quitaría el control del yuan de las manos del Partido. Algunos ven que es poco probable que suceda, ya que hay que considerar que el Partido tiene el control total de la economía de China y eso incluye su moneda.
Otros analistas, sin embargo, ven las causas de la depreciación del yuan no solo como una función de la política, sino como de naturaleza estructural, lo que probablemente sea el caso. En ese caso, es posible que Beijing tenga que dejar que el yuan flote, ya que no puede controlar la fuga de capitales de los inversores globales y su necesaria dependencia excesiva de empresas estatales (SOE) ineficientes pero políticamente leales para el crecimiento.
Simon White de Bloomberg está de acuerdo. “Las fuerzas que causan la caída del yuan son estructurales y existe una creciente probabilidad de que China eventualmente abandone el régimen de tipo de cambio fijo por completo”.
El desafío de dejar que el yuan flote será hacerlo gradualmente mientras se le da el giro político correcto.
¿Puede el PCCh gestionar eficazmente las malas noticias económicas?
Al centrar el estímulo en las empresas estatales a raíz de los continuos cierres, Beijing ha estado recompensando esencialmente a las empresas de propiedad del Partido a expensas del sector consumidor. Como resultado, el superávit comercial de China ha aumentado alrededor de 0.5 billones de dólares desde el año 2020.
Esta no es una compensación económicamente inteligente. El aumento de los ingresos por exportaciones no puede compensar la pérdida de la demanda de los consumidores, que se está reduciendo y se mantiene por debajo de los niveles anteriores al COVID-19. Además, los préstamos al consumo, que es un importante impulsor de las importaciones, se encuentran en su nivel más bajo en 13 años.
Con la inflación y el desempleo, ambos en aumento afectando especialmente a la generación más joven, junto con un sector inmobiliario colapsado, la gestión de la economía de Beijing está bajo amenaza.
¿Pondrá el gran colapso de la moneda de China en tela de juicio la capacidad del PCCh para manejar de manera efectiva las consecuencias de una economía en crisis?
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Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times
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