El gran salto en 5G de China plantea graves problemas de seguridad nacional para EE.UU.

Por Mark Tapscott
12 de septiembre de 2019 7:34 PM Actualizado: 12 de septiembre de 2019 7:35 PM

China está muy por delante de Estados Unidos en el desarrollo de la tecnología de comunicaciones digitales de quinta generación (5G) y para el año 2025 podría tener un poderoso panorama de inteligencia sobre la información y datos de los que depende la mayor parte de la población mundial en la vida diaria.

Esa es la advertencia de William Schneider Jr., investigador principal del Instituto Hudson, en un informe publicado el 5 de septiembre por el grupo de expertos conservadores con sede en Washington.

Schneider es un economista y analista de defensa que fue expresidente asignado en el Departamento de Estado de Estados Unidos y en la Oficina de Administración y Presupuesto (OMB).

“La tecnología 5G permitirá una transición mundial a las telecomunicaciones móviles con una transferencia de datos casi instantánea”, escribió Schneider en el informe. “Los analistas estiman que para el año 2025, tres cuartas partes de la población mundial (6000 millones de personas) estarán interactuando con datos en un promedio de una vez cada 18 segundos”.

“Estas interacciones tendrán lugar a través de capacidades 5G distribuidas de forma ubicua e integradas en los dispositivos cotidianos a través de la ‘Internet de las cosas’ (IoT, por sus siglas en inglés), así como con el negocio de datos que los gobiernos proporcionan y a menudo controlan”.

La IoT es el mundo digital que se está formando en la actualidad, en el que millones de dispositivos, -desde teléfonos inteligentes y hornos microondas hasta los controles de los ordenadores para automóviles y para “ciudades inteligentes”- están interconectados para intercambiar y procesar billones de bytes de datos en solo microsegundos.

Ya que 4G se comparó con 3G, según Schneider, estas nuevas capacidades hacen que 5G sea mucho más que simplemente el siguiente paso en las telecomunicaciones digitales para los sistemas Wi-Fi. Es el eslabón fundamental para crear la infraestructura digital mundial necesaria para la IoT.

Schneider estima que para el año 2030 los sectores comercial e industrial de la economía mundial por sí solos tendrán hasta 125.000 millones de dispositivos esenciales para la vida diaria y generarán datos distribuidos sobre sus usuarios.

Así, la 5G es “la puerta de entrada para controlar la infraestructura mundial de la información”, según Schneider. “El valor de inteligencia de esta información desde la perspectiva de seguridad nacional a la que se accede exclusivamente a través de un moderno sistema de comunicaciones dominado por China -5G- es inmenso y profundamente amenazador”.

Los expertos proyectan que China desplegará un estimado de 4,9 millones de estaciones base 5G para el 2030, mientras que invertirá otros 150.000 millones de dólares en esa tecnología para el 2025.

Beijing invirtió fuertemente en investigación y desarrollo 5G durante más de una década, una inversión que se refleja en el hecho de que “una infoesfera dominada por China es, de hecho, el componente de la ‘Ruta Digital’ de su infraestructura de ‘La Franja y la Ruta’ (OBOR, por sus siglas en inglés)”, escribió Schneider.

El proyecto OBOR es el plan a largo plazo del líder chino Xi Jinping para convertir a China en la superpotencia preeminente del mundo, en lugar de Estados Unidos.

Hacer de Beijing una importante fuente de préstamos para los países de todo el mundo, pero especialmente para los países en desarrollo, es una parte clave de ese plan. China ya cuenta con la mayor infraestructura de servicios financieros digitales del mundo, que presta servicios a 800 millones de personas.

Además, “China está posicionada para superar a Estados Unidos como el mercado de seguros más grande del mundo, una forma de servicio financiero que se propaga fácilmente mediante la moderna tecnología de las telecomunicaciones, particularmente la 5G”, escribió Schneider.

“Mientras tanto, la amplia disponibilidad de servicios financieros en los países en desarrollo [bajo el OBOR] sería una transformación masiva” en las relaciones de la balanza de poder mundial.

Estos desarrollos coinciden con el avance de las empresas de tecnología en el sector de los servicios financieros basado en sus vastos y crecientes recursos de procesamiento y redes digitales “fintech”, señaló Schneider.

Con las capacidades 5G de la iniciativa OBOR, China podría rastrear y analizar de manera continua y simultánea miles de millones de transacciones financieras individuales.

El gigante tecnológico estadounidense Google está trabajando con universidades y empresas chinas que tienen estrechos vínculos con los organismos militares y de inteligencia chinas.

Las aplicaciones de inteligencia artificial (IA) que resultan de tales colaboraciones también podrían mejorar la capacidad de China para analizar grandes cantidades de transacciones financieras en el incipiente sistema de “crédito social” de Beijing.

El sistema de crédito social se anunció en 2014 y se espera que se complete en su primera versión para el próximo año, según Forbes. El sistema consiste en un archivo digital de cada individuo y corporación en China, y calcula una “puntuación” individual actualizada continuamente para todos ellos.

El puntaje mide qué tan bien o mal cumple cada entidad con los mandatos y prohibiciones de comportamiento, políticos y económicos establecidos por el Partido Comunista Chino.

“Esta información transaccional es uno de los principales catalizadores del sistema de crédito social de China. Por ejemplo, en las zonas donde viven ciudadanos chinos que no son Han [etnía] (Tíbet y las regiones uigures de China occidental), una deficiente puntuación de crédito social impide que millones de personas compren billetes para el transporte público”, según Schneider.

Schneider advirtió además que “si China es capaz de dominar la próxima generación de servicios de telecomunicaciones a través de la propagación de 5G, apoyará su objetivo de convertirse en la primera potencia económica y militar del mundo en 2049, el centenario de la fundación de la República Popular China”.

“Es probable que continúen surgiendo iniciativas de China para obtener el control de la infoesfera global al vincularla a una red 5G global china”, escribió Schneider. “Las recientes iniciativas legislativas estadounidenses que intentan desarrollar ofertas competitivas a las iniciativas de infraestructura de China, incluida la 5G, siguen siendo embrionarias y no fueron probadas. Estados Unidos llega tarde al partido, y el tiempo para ponerse al día es corto”.

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