El ‘grotesco comercio’ de China que involucra órganos humanos debe terminar: Experto

Por Frank Fang
29 de julio de 2021 4:17 PM Actualizado: 29 de julio de 2021 4:17 PM

¿Qué haría usted si un día, Dios no lo quiera, necesitara un trasplante urgente de órganos?

Hay una realidad inquietante: hoy en día existen servicios de órganos a la carta, en los que los pacientes pueden dirigirse a intermediarios de órganos para reservar sus trasplantes, dijo el exdiputado canadiense, David Kilgour, en un seminario web celebrado el 28 de julio y organizado por el Equipo de Acción Anticomunista (ACAT).

Un paciente críticamente enfermo en Nueva York pronto podría ser trasladado en avión a Shanghai. En poco tiempo, se encontraría un donante del tipo de sangre compatible y se le diría al paciente que pronto recibirá su nuevo órgano vital de un «donante voluntario».

Pero sin que ellos lo sepan, lo más probable es que el órgano provenga de un preso de conciencia, aquellos considerados infrahumanos por el régimen comunista chino.

La persecución a los presos de conciencia en China impulsa una operación a escala industrial en la que participan cientos de hospitales para suministrar, al mercado de trasplantes, órganos extraídos a la fuerza. Kilgour dijo que este «comercio grotesco» debe terminar y dijo que el gobierno de Estados Unidos y todos los demás gobiernos responsables deben tomar medidas.

«Si tuviéramos otras democracias que mostraran más compromiso con nuestros valores fundamentales, este comercio despreciable… terminaría, creo, más rápidamente», dijo Kilgour.

El diputado ofreció algunas sugerencias, incluida la forma en que los países pueden aplicar las sanciones Magnitsky a los funcionarios del Partido Comunista Chino (PCCh) responsables de la sustracción de órganos.

«Cualquier acuerdo con China sobre cualquier asunto debe pedir que se ponga fin inmediatamente a esta práctica salvaje, junto con un mecanismo mediante el cual se pueda verificar que tales prácticas se han dejado de llevar a cabo», agregó Kilgour.

Durante décadas, el régimen chino obtuvo órganos de prisioneros ejecutados antes de anunciar que esa práctica terminaría en enero de 2015. Ahora, Beijing afirma que se basa en un sistema de donaciones voluntarias para el trasplante de órganos en el país.

Sin embargo, un tribunal independiente con sede en Londres refutó la afirmación del PCCh en un informe de 2019. Concluyó que la práctica sancionada de la extracción forzada de órganos estaba ocurriendo a una «escala significativa» en China, siendo los practicantes de Falun Gong la principal fuente de órganos.

Los practicantes de Falun Gong, una práctica de meditación que incluye enseñanzas morales, han sido objeto de persecución por parte del régimen chino desde 1999. Desde entonces, millones de practicantes de Falun Gong han estado recluidos en prisiones, campos de trabajo, hospitales psiquiátricos y otros centros de detención en China.

Jennifer Zeng, practicante de Falun Gong, presentadora de YouTube y colaboradora de The Epoch Times, también habló en el seminario web. Describió cómo estuvo a punto de ser víctima de la sustracción de órganos en China mientras estaba detenida en un campo de trabajo, a principios de la década de 2000, debido a sus creencias.

Zeng recordó que ella y otros seguidores de Falun Gong fueron sometidos a repetidos chequeos físicos, incluyendo radiografías y análisis de sangre. Dijo que nunca supo de los resultados de estas pruebas y cuestionó todo el dinero y el esfuerzo invertido en estos exámenes en ese momento.

Según Zeng, sólo después de 2006, año en que salieron a la luz las acusaciones de extracción forzada de órganos de practicantes de Falun Gong detenidos, se dio cuenta de que los exámenes físicos se hacían para crear una base de datos de órganos vivos, y que ella se había «librado por poco» de convertirse en una víctima de la extracción de órganos.

Zeng especuló que sus órganos no fueron extraídos porque les dijo a los médicos durante su encarcelamiento que tenía hepatitis C, lo que la hacía no apta como donante de órganos. Zeng huyó de China en 2001 a Australia y ahora vive en Estados Unidos.

El fundador de ACAT, Chris Wright, dijo en el seminario web que las personas pueden tomar medidas para «garantizar que Estados Unidos enfrente y no avale la atroz práctica de la sustracción forzada de órganos en China».

Una de las medidas propuestas es firmar una petición online en la que se pide al Congreso de Estados Unidos que apruebe rápidamente una legislación que combata la extracción forzada de órganos y el tráfico de personas. Los dos proyectos de ley se presentaron en marzo.

Si se aprueban, la legislación autorizaría al gobierno estadounidense a denegar o revocar los pasaportes a las personas que se dediquen a la compra ilegal de órganos. Además, también prohibiría la exportación estadounidense de dispositivos de cirugía de trasplante de órganos a entidades extranjeras implicadas en ese delito.

«Están buscando más copatrocinadores para los proyectos de ley en la Cámara y el Senado», dijo Wright. El proyecto de ley del Senado (S.602) fue presentado por Tom Cotton (R-Ark.) y Chris Coons (D-Del.), mientras que el proyecto de ley de la Cámara (HR1592) fue presentado por Chris Smith (RN.J.) y es ahora copatrocinado por 17 republicanos y dos demócratas.

«Así que hable con su representante sobre el copatrocinio» a estos proyectos de ley, agregó Wright.

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