El presidente del Banco Mundial, David Malpass, afirmó que una recesión mundial parece casi inevitable, ya que la guerra en Ucrania continúa, avivando el aumento de los precios de los alimentos y de la energía, que mantienen altas las presiones inflacionistas en general.
Malpass hizo estas declaraciones en un debate virtual celebrado el 25 de mayo y organizado por la Cámara de Comercio de Estados Unidos, en el que se abordaron varias crisis mundiales superpuestas, como las actuales interrupciones de la cadena de suministro y la inflación.
«Si miramos el PIB mundial… es difícil ahora mismo ver cómo evitamos una recesión», dijo Malpass. «La idea de que los precios de la energía se dupliquen es suficiente para desencadenar una recesión por sí misma».
El jefe del Banco Mundial dijo que las grandes economías —incluyendo Alemania y Estados Unidos— ya han visto un crecimiento más lento.
Malpass añadió que tanto Rusia como Ucrania están a punto de ver cómo su producción económica se contrae bruscamente debido a la guerra.
«Es un panorama muy difícil y desafiante para las economías avanzadas, pero aún peor para los países en desarrollo», dijo, repitiendo las conclusiones de un reciente informe del Foro Económico Mundial (FEM) en el que destacados economistas afirmaban que el mundo se enfrenta a una compleja combinación de retos, como la alta inflación y una mayor inseguridad alimentaria que podría provocar disturbios sociales en algunos países en desarrollo.
Sus declaraciones se produjeron el mismo día en que la agencia estadística alemana publicó datos que mostraban que la mayor economía de Europa logró esquivar la recesión en el primer trimestre, a pesar de enfrentarse a las presiones relacionadas con la pandemia y la guerra.
«La guerra en Ucrania y la persistente pandemia de COVID-19 han intensificado las distorsiones existentes, incluyendo las interrupciones en las cadenas de suministro y el aumento de los precios», dijo Georg Thiel, presidente de la Oficina Federal de Estadística, en un comunicado.
«A pesar de las difíciles condiciones marco de la economía mundial, la economía alemana comenzó 2022 con un ligero crecimiento», añadió Thiel.
La economía alemana se contrajo un 0.3% en el cuarto trimestre de 2021, aunque logró un ritmo de crecimiento del 0.2% en el primer trimestre de 2022, esquivando por poco la recesión.
Una recesión se define normalmente como dos trimestres consecutivos de contracción intertrimestral.
Las conversaciones sobre la recesión se han extendido entre los analistas, con un coro creciente de expertos y ejecutivos que señalan la posibilidad de una recesión.
El director de Wells Fargo, Charlie Scharf, dijo recientemente que «no hay duda» de que la economía sufrirá una recesión en un futuro próximo, mientras que el exdirector ejecutivo de Goldman Sachs, Lloyd Blankfein, ha descrito un riesgo «muy, muy alto» de recesión.
Los analistas de Goldman Sachs situaron recientemente en un 35% las posibilidades de una recesión en Estados Unidos en los próximos dos años.
En sus declaraciones, Malpass no predijo cuándo cree que comenzará una recesión mundial.
El mes pasado, el Banco Mundial redujo su previsión de crecimiento mundial para 2022 en casi un punto porcentual, hasta el 3.2% desde el 4.1%, citando las repercusiones del conflicto entre Rusia y Ucrania.
El temor a una desaceleración económica ha provocado fuertes ventas en los mercados.
El Dow y el S&P 500 han perdido un 11.6% y un 16.5% en lo que va de año, mientras que el Nasdaq, con un alto componente tecnológico, ha caído casi un 27%, ya que los valores de alto crecimiento se han visto afectados por la subida de las tasas de interés.
Con información de Reuters.
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