La ministra de la Industria, Ciencia y Tecnología de Australia, Karen Andrews, espera impulsar el sector manufacturero mientras las empresas se enfrentan a las consecuencias del virus del PCCh.
A su vez el experto en defensa, Michael Shoebridge, cree que las empresas australianas tendrán que reevaluar su dependencia del mercado chino.
Innovación en la industria manufacturera
Andrews dijo que espera que los fabricantes tradicionales puedan seguir la ruta de las empresas tecnológicas de reciente creación, que se han centrado en la innovación y el cierre.
Según Andrews, la pandemia ya ha demostrado que los fabricantes pueden ser rápidos y pueden adaptarse a las condiciones comerciales cambiantes. Muchos han cambiado sus operaciones para producir equipos de protección personal (PPE) y desinfectantes de manos.
«Los fabricantes australianos están dando un paso adelante para asegurarse de que tengamos suficientes suministros para nuestros trabajadores sanitarios de primera línea durante la pandemia de coronavirus», escribió Andrews en su cuenta de Twitter el 1 de abril.
«Estamos aumentando el número de mascarillas que se fabrican en Australia de unos pocos millones al año a hasta 200 millones», añadió.
Aussies manufacturers are stepping up to make sure we have enough supplies for our frontline health workers during the coronavirus pandemic. We’re increasing the numbers of masks being made in Australia from a few million a year to up to 200 million. pic.twitter.com/J00KqUQNgZ
— Karen Andrews MP (@karenandrewsmp) April 1, 2020
La ministra también espera ver en el país más trabajo de valor agregado, diciendo que el virus obligará a las empresas a pasar de un «enfoque rápido, desechable y de venta al por menor» a un enfoque donde está «la calidad por encima de la cantidad», dijo al Club Nacional de Prensa, el 20 de mayo.
Sin embargo, Andrews citó el exceso de reglamentación como el mayor problema, destacando la necesidad de simplificar las regulaciones.
«Manufacturing Australia cita el hecho de que una fábrica puede ser propuesta, aprobada, construida y puesta en funcionamiento en Estados Unidos, en menos tiempo del que se tarda en saltar el primer obstáculo de aprobación en Australia. Eso simplemente no es lo suficientemente bueno», destacó.
«Cosas que normalmente tomarían años, se pueden lograr en semanas cuando la voluntad está ahí», dijo.
La economía de China no puede revivir a Australia
Michael Shoebridge, del Instituto Australiano de Política Estratégica, dijo a The Epoch Times el 18 de mayo que la economía de China en dificultades y las recientes acciones del régimen obligarán a las empresas a reevaluar su enfoque del mercado.
Actualmente, el 26,4 por ciento del comercio bilateral de Australia es con China, seguido por el 9,9 por ciento con Japón y el 8,6 por ciento con Estados Unidos.
China es también el mayor mercado de cebada de Australia, con casi el 50% de las exportaciones de cebada (por un valor de 917 millones de dólares) que van a dicho país cada año.
Según Shoebridge, ha habido un «pensamiento vacilante» por parte del gobierno y las empresas que esperan que el mercado chino reviva la economía australiana como lo hizo después de la Crisis Financiera Global (CFG) de 2008.
El economista fue pesimista en cuanto a que el propio régimen chino pudiera recuperarse del virus y dijo que China estaba demasiado endeudado como para replicar el amplio gasto en infraestructura (USD 584,000 millones) que impulsó durante la CFG.
«Ahora tienen su propio problema económico pospandémico, que es que su demanda de consumo está deprimida, sus mercados mundiales de fabricación están deprimidos y las herramientas de estímulo con las que ‘salieron de la prisión’ durante la crisis financiera global están prácticamente agotadas. Así que eso es un triple golpe para China», dijo.
Según Shoebridge, los estrategas de las empresas y los propietarios de negocios ahora tienen que hacer frente al debilitamiento del gasto de los consumidores en China, y también a la posible intervención del Estado, que se ha traducido por parte del régimen, en la aplicación de aranceles a la cebada australiana y la prohibición de las importaciones de cuatro mataderos australianos.
Planes para desvincularse de China
La senadora Concetta Fierravanti-Wells declaró a The Epoch Times el 11 de mayo, que estaba impulsando un «Plan de Desacoplamiento» económico y un «Plan de Reparaciones» con el régimen chino.
Fierravanti-Wells señaló que Australia necesitaba desarrollar y mantener una sólida base de manufactura para proporcionar «bienes y servicios estratégicos», incluido el equipo médico y farmacéutico esencial.
«Tenemos que depender menos de China para nuestro desarrollo económico y bienestar y recurrir a nuestros vecinos democráticos regionales para construir nuestras relaciones comerciales y nuestra prosperidad», dijo.
La senadora afirmó que el régimen chino había utilizado la pandemia para reforzar su poder sobre su pueblo, en lugar de trabajar para frenar la propagación del virus.
«El centro de la filosofía subyacente del Partido Comunista Chino (PCCh) no es el pueblo… sino el poder».
«Si el PCCh estuviera centrado en la gente no estaría encarcelando a más de un millón de uigures en ‘campos de reeducación’; encarcelando a millones de practicantes de Falun Gong (Falun Dafa) y utilizando sus cuerpos para la extracción de órganos; encarcelando a activistas de derechos humanos; así como sofocando la democracia en Hong Kong; y las agresiones contra Taiwán», dijo Fierravanti-Wells a The Epoch Times.
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