El mundo se enfrenta al riesgo de una recesión a medida que la economía global sigue experimentando un «cambio radical», advirtió Kristalina Georgieva, directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI).
En solo tres años, el mundo ha vivido «un impacto, tras otro, tras otro», dijo Georgieva durante un discurso en la Universidad de Georgetown, en Washington, el 6 de octubre. El mundo tuvo que hacer frente a la pandemia de COVID-19, a la invasión rusa de Ucrania y a los «desastres climáticos en todos los continentes», afirmó Georgieva, señalando que esas conmociones han causado un «daño inconmensurable» en la vida de las personas.
El efecto combinado ha sido un aumento de los precios de los bienes, especialmente de la energía y los alimentos, creando una crisis en el costo de la vida, añadió.
El mundo está asistiendo a un «cambio radical» en la economía global, pasando de un mundo de relativa previsibilidad —que contaba con un marco de cooperación económica internacional basado en normas, baja inflación y bajas tasas de interés— a un mundo de mayor fragilidad, mayor incertidumbre, enfrentamientos geopolíticos, mayor volatilidad económica y desastres naturales devastadores más frecuentes, dijo Georgieva.
Para evitar que este período de mayor fragilidad se convierta en una «nueva y peligrosa normalidad», el mundo debe centrarse en estabilizar la economía mundial, revitalizar la cooperación y transformar la economía para que sea resistente a cualquier impacto futuro, dijo a continuación.
La incertidumbre sigue siendo «extremadamente alta» en el contexto de la pandemia y la guerra de Rusia en Ucrania. Georgieva planteó la posibilidad de que se produzcan «aún mayores» impactos económicos, indicando que los riesgos para la estabilidad financiera están aumentando.
La directora del FMI pidió que los responsables políticos se centren en reducir la inflación y pongan en marcha una política fiscal responsable que proteja a las personas financieramente vulnerables.
«Las causas más profundas de la fragilidad del mundo solo pueden ser abordadas por los países trabajando juntos», agregó Georgieva.
Descenso en el crecimiento y recesión en EE. UU.
En su discurso, Georgieva señaló que el FMI había proyectado una fuerte recuperación tras la pandemia del COVID-19 y que los economistas del organismo habían pensado que la inflación remitiría rápidamente.
«Pero esto no fue lo que ocurrió. Múltiples impactos, entre ellos una guerra sin sentido, cambiaron completamente el panorama económico. Lejos de ser transitoria, la inflación se ha vuelto más persistente», dijo la directora del FMI.
«Hemos rebajado ya tres veces nuestras previsiones de crecimiento, hasta solo el 3.2% para el año 2022 y el 2.9% para el 2023, y como verán en nuestra actualización de Perspectivas de la economía mundial la semana que viene, rebajaremos el crecimiento para el año que viene».
Todas las principales economías del mundo se están «desacelerando», incluyendo Estados Unidos, China y la zona del euro, dijo Georgieva. Esto acaba afectando también a los países en desarrollo y emergentes, ya que tendrán que hacer frente a una menor demanda de exportaciones, así como a los altos precios de la energía y los alimentos.
El FMI cree que los riesgos de recesión están aumentando, porque se prevé que las naciones que representan un tercio de la economía mundial verán «por lo menos» dos trimestres consecutivos de caídas económicas en 2022 o 2023. Estados Unidos ya ha tenido dos trimestres negativos consecutivos en 2022.
Incluso si hay un crecimiento positivo, «se sentirá como una recesión» debido al aumento de los precios y la reducción de los ingresos, dijo Georgieva. El FMI prevé una pérdida de producción mundial de unos 4 billones de dólares de aquí a 2026.
El inversionista multimillonario, Stanley Druckenmiller, había advertido recientemente de que la posible recesión económica en Estados Unidos podría ser peor que una recesión «normal».
En una cumbre de inversionistas celebrada a fines de septiembre, dijo que será imposible que la economía estadounidense experimente un «aterrizaje suave». En su lugar, espera que la economía haga un «aterrizaje duro» a finales de 2023 debido a las agresivas alzas de tasas de interés de la Reserva Federal en respuesta a la creciente inflación.
«Nosotros estamos en graves problemas», dijo Druckenmiller.
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