Opinión
China, Rusia e Irán son el nuevo «eje del mal», según el líder de la minoría en el Senado, el republicano Mitch McConnell. En una entrevista con Fox News el 22 de octubre, dijo que las agresiones de las tres dictaduras, incluso en Ucrania, Israel y el Mar del Sur de China, están «conectadas» y suponen una «amenaza inmediata para Estados Unidos».
El ataque más reciente de un apoderado iraní, Hamás, mató a más de 1400 personas, en su mayoría civiles, en Israel. Eso tuvo consecuencias previsibles para los civiles de Gaza, de los que casi 5800 murieron, según informó el Ministerio de Sanidad palestino el 24 de octubre.
En lugar de presionar a Irán para que libere a los rehenes y ayude así a detener la guerra, los dictadores más peligrosos del mundo, Rusia y China, están utilizando el conflicto para bruñir sus credenciales ante los países de mayoría musulmana del mundo, que tienden a apoyar a los palestinos frente a Israel.
Mientras Estados Unidos intenta ayudar a todos sus socios más amenazados, como Israel, Ucrania y Taiwán, el presupuesto estadounidense está bajo mínimos. Al hablar públicamente del «eje del mal», McConnell parece estar tratando de conseguir el apoyo de la opinión pública a un nuevo gasto que financie simultáneamente la defensa de Israel y Ucrania. Durante la entrevista eludió las preguntas sobre la separación de los votos para Israel y Ucrania, de modo que los miembros del Congreso tengan más control sobre lo que financian exactamente los dólares de los contribuyentes.
Algunos republicanos, como un grupo de la Cámara de Representantes asociado al expresidente Donald Trump, preferirían apoyar a Israel sin darle más dinero a Ucrania. Argumentan que durante un año y medio de crecientes costes en Ucrania, la falta de impresionantes ganancias territoriales y una creciente deuda federal estadounidense de 33 billones de dólares en medio de crecientes déficits anuales de casi 1,7 billones de dólares, es necesario tomar decisiones difíciles. Algunos argumentarían que cortar la financiación estadounidense a Ucrania obligaría a Europa a aumentar sus presupuestos de defensa, históricamente bajos, y a financiar las necesidades armamentísticas de Ucrania. Eso permitiría a Estados Unidos centrarse en Asia y Oriente Medio, que también necesitan estabilización.
No por casualidad, los recursos de Estados Unidos están disminuyendo en un momento de cooperación más robusta por parte del «eje del mal». El 18 de octubre, Vladimir Putin, de Rusia, se reunió con Xi Jinping, de China, en Beijing, para promover la Iniciativa del Cinturón y la Ruta de este último, de un billón de dólares. Beijing también promovió su nuevo enfoque de la gobernanza mundial bajo las tres «iniciativas globales» del Partido Comunista Chino: la Iniciativa de Desarrollo Global, la Iniciativa de Seguridad Global, la Iniciativa de Civilización Global, además de una nueva sobre inteligencia artificial.
El 24 de octubre, el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, viajó a Irán para reunirse con el presidente iraní en lo que el ministerio ruso describió como una «atmósfera de confianza tradicional«. El ejército ruso depende de las exportaciones iraníes de aviones no tripulados letales, incluso para su uso contra objetivos civiles en toda Ucrania. Lavrov visitó Irán poco después de visitar China y Corea del Norte.
Según Robert Clark, que anteriormente sirvió en el ejército británico y ahora es director de defensa y seguridad en el Instituto Civitas, proxies iraníes no sólo en Gaza, sino también en Irak, Siria, Yemen y Libia están atacando a las fuerzas estadounidenses e israelíes en lo que podría convertirse en una tercera guerra mundial.
«Las secuelas del ataque terrorista de Hamás contra Israel podrían ver ahora cómo se inflama Oriente Próximo», escribió para The Telegraph el 23 de octubre. El Oriente Medio inflamado está distrayendo a Estados Unidos de la guerra en Ucrania y de lo que amenaza con convertirse en una guerra por Taiwán. China podría aprovechar la escalada en Oriente Medio para atacar Taiwán, atrayendo a Estados Unidos y «sumiendo al mundo en una tercera guerra mundial», según Clark.
El Washington Post informó el 23 de octubre que Estados Unidos está planeando el «peor escenario posible» en Oriente Próximo, que requeriría la evacuación de 600,000 ciudadanos estadounidenses de Israel y Líbano. La administración Biden «está profundamente alarmada por la perspectiva de una escalada, y en los últimos días dirigió su atención en parte a la complicada logística de tener que reubicar bruscamente a un gran número de personas», según el informe.
Mientras Estados Unidos se ve envuelto en conflictos en Ucrania e Israel, Beijing parece estar empujando a sus aliados Rusia e Irán al frente de la lucha para que China permanezca al margen de la contienda. Pero Beijing al menos parece poner de su parte para sus socios del eje al aumentar la presión sobre Filipinas en el Mar de China Meridional con su barrera flotante en Scarborough Shoal en septiembre, y el 23 de octubre, su peligrosa intimidación de los buques que reabastecen los puestos militares filipinos en las islas.
A medida que aumenta la inestabilidad mundial, los recursos de Estados Unidos están cada vez más sobrecargados. Pero derrotar al «eje del mal» es lo suficientemente importante como para encontrar nuevas fuentes de ingresos que permitan mantener la fortaleza de todos nuestros socios democráticos, incluidos Israel, Ucrania y Taiwán.
Como bien señala el Sr. McConnell, China e Irán observan nuestra determinación. Si mostramos debilidad en algún sitio, como hicimos con la retirada de Afganistán en 2020, sólo envalentonaremos al «eje del mal» en ataques que podrían llegar a las costas estadounidenses.
Las opiniones expresadas en este artículo son opiniones del autor y no reflejan necesariamente los puntos de vista de The Epoch Times.
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