WASHINGTON – La administración Trump está preparada para desplegar su fuerza a fin de convencer a sus socios comerciales de presionar a China. El reformado acuerdo con Canadá y México es una clara señal de que Washington está dispuesto a aislar a Beijing en un nuevo orden comercial mundial, al marginar a China de los acuerdos comerciales con sus aliados.
El nuevo Acuerdo México-EE.UU-Canadá (AMEC) incluye una cláusula que apunta a limitar a Beijing. La cláusula, que atrajo mucha atención y elogios, en esencia bloquea cualquier coqueteo comercial con China.
“Pensé que era una cláusula inteligente para poner en el acuerdo, porque eso cambia todos los parámetros”, declaró Patrick Mulloy, exmiembro de la Comisión de Revisión Económica y de Seguridad entre Estados Unidos y China y exsubsecretario del Departamento de Comercio de Estados Unidos.
Según el acuerdo, “la entrada de cualquiera de sus Partes en un acuerdo de libre comercio con un ‘país de no mercado’ permitirá a las otras Partes rescindir el presente Acuerdo con un preaviso de seis meses”.
El uso de la expresión “país de no mercado” es una clara referencia a China, ya que el año pasado Estados Unidos reafirmó que no era una economía de mercado. La Unión Europea también se opone al reconocimiento de China como economía de mercado.
“Si hay un país que no es una economía de mercado, como lo es China, y es capaz de subsidiar [sus empresas] y forzar la transferencia de tecnología, creo que es muy importante que haya una cláusula en el nuevo Acuerdo que cubra eso”, remarcó Mulloy.
Con un antecedente ya establecido, esta cláusula podría ser replicada en otros acuerdos comerciales, según el secretario de Comercio de Estados Unidos, Wilbur Ross.
“Es lógico, es una especie de píldora venenosa”, señaló Ross a Reuters. “La gente puede llegar a entender que este es uno de los requisitos previos para hacer un acuerdo”.
Estados Unidos se encuentra ahora en las primeras fases de las negociaciones para el libre comercio bilateral tanto con Japón como con la UE. Washington puede ganar más ventaja sobre Beijing si convence a sus socios para que se adhieran al mismo tipo de píldora venenosa que apunta a China.
Sería una señal de que los socios comerciales están plenamente alineados con Washington en sus esfuerzos por poner fin a las injustas políticas económicas y comerciales de Beijing.
En un artículo de opinión para La Gran Época, David Kilgour, exsecretario de Estado canadiense para Asia y el Pacífico, describió que la cláusula de la píldora venenosa “efectivamente otorga a Estados Unidos un veto sobre cualquier acuerdo de libre comercio que los otros socios quieran negociar con China”.
Estrategia arancelaria
Después de más de un año de negociaciones, el 30 de septiembre Estados Unidos, México y Canadá acordaron firmar un nuevo acuerdo comercial para “terminar y reemplazar” al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), de 24 años de antigüedad. El acuerdo es la primera gran victoria comercial del presidente Donald Trump, y se produce justo antes de las elecciones de mitad de período.
Trump también firmó un nuevo acuerdo el mes pasado que revisó el antiguo Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos y Corea (KORUS).
Desde su elección en 2016, Trump puso como prioridad la renegociación de acuerdos comerciales y la reducción de los déficits comerciales. Para cumplir con sus objetivos, comenzó a imponer aranceles sobre el acero, el aluminio y los productos chinos. Sus medidas dirigidas a los automóviles y a las piezas de automóviles siguen siendo objeto de estudio.
Este año, la administración Trump decidió adoptar una postura más firme con respecto a las políticas proteccionistas que distorsionaron el comercio con China durante décadas, e implementó una campaña arancelaria.
Según algunos expertos en comercio, los aranceles y las amenazas –por muy polémicas y a veces desagradables que puedan llegar a ser– están dando sus frutos.
“Creo que ciertamente llamó la atención de China de que hay un problema”, destacó Mulloy.
“Todos estos diálogos que tuvimos duraron de 15 a 16 años, y no se logró nada”.
“La manera en que la administración enfrenta estos temas hizo que la gente ciertamente piense que tenemos que resolver este asunto”.
Reforma de la OMC
Beijing recurrió a diversas tácticas, entre ellas la manipulación de su moneda, el espionaje industrial, el robo cibernético, obligar a las empresas privadas extranjeras a ser mixtas a cambio de tener acceso al mercado chino y la adquisición de empresas extranjeras para conseguir tecnologías sensibles.
Para enfrentar estos problemas, los jefes de comercio de Estados Unidos, Japón y la UE se reunieron el mes pasado en Nueva York y acordaron impulsar nuevas normas y herramientas para poner fin a las prácticas que perjudican el sistema de comercio mundial. Los socios trilaterales también acordaron reformar las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC) que ya no son efectivas.
La administración de Trump se ha sentido frustrada por la organización, por considerar que sus reglas son anticuadas e insuficientes para restringir el comportamiento distorsionador del mercado de China.
En el año 2000, el presidente Bill Clinton otorgó permanentemente el estatus de “nación más favorecida” a China, la cual se convirtió en miembro de la OMC un año después.
Desde entonces el déficit comercial de Estados Unidos con China se cuadruplicó, y de los 83.000 millones de dólares en elaño 2000 aumentó hasta los 375.000 millones de dólares del año pasado.
Debido al déficit comercial con China, se perdieron más de 3 millones de empleos entre 2001 y 2015, según el Instituto de Política Económica.
Trump advirtió que podría retirar a Estados Unidos de la OMC.
“Si no hay progresos, me retiraré de la OMC”, afirmó en una entrevista el 30 de agosto.
***
Mira a continuación
Los negocios son una guerra
Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando
¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en Estados Unidos y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.