Comentario
Durante la Guerra Fría, el gobierno de EE. UU., las grandes empresas y los ciudadanos estadounidenses comunes hicieron todo lo que pudieron para impedir la infiltración y el espionaje soviéticos. Para ser justos, a veces esto dio lugar a acusaciones infundadas —por ejemplo, las audiencias McCarthy.
Sin embargo, en su mayor parte, la sensación de alerta y sospecha crecientes ante la amenaza comunista soviética estaba bien fundada.
Hoy, Estados Unidos se enfrenta a una nueva amenaza comunista, que podría decirse que es mucho más peligrosa que la planteada por la Unión Soviética o sus estados satélites. Se llama Partido Comunista Chino (PCCh) y, lo creas o no, este nuevo enemigo, potencialmente más ominoso, ya ha echado profundas raíces en Estados Unidos.
Considera:
El PCCh se ha infiltrado fuertemente en el sistema educativo estadounidense, desde la enseñanza superior hasta las aulas del jardín de infancia.
Desde 2004, el PCCh ha financiado más de 100 «Institutos Confucio» en destacados campus universitarios estadounidenses. Según el Departamento de Estado estadounidense, los Institutos Confucio «imparten una formación cultural y lingüística china sesgada a los estudiantes estadounidenses como parte de los polifacéticos esfuerzos propagandísticos de Beijing». Por eso el Departamento de Estado los calificó recientemente de «misión extranjera de la República Popular China».
Tal vez sea aún más desconcertante que el PCCh también gestione «Aulas Confucio» en decenas de escuelas estadounidenses K–12. Como señala el Departamento de Estado, en 2020 «hay unas 500 Aulas Confucio en campus K-12».
El PCCh también se ha infiltrado en las redes sociales, principalmente a través de la popularísima aplicación TikTok. Como todas las empresas de China, ByteDance —propietaria de TikTok— está sometida al PCCh y debe cumplir sus órdenes. En 2020, el Departamento de Justicia declaró a TikTok «portavoz» del PCCh y reveló que su director ejecutivo estaba «comprometido a promover» la agenda del PCCh.
Aparte de adoctrinar a nuestros jóvenes en nuestras escuelas públicas y de atrapar a vastas franjas de la población estadounidense con una aplicación que les alimenta sin parar con videos estúpidos (que es totalmente diferente de la versión china de TikTok), el PCCh también se ha afianzado en Estados Unidos mediante la compra de enormes cantidades de tierras de cultivo, algunas de las cuales están situadas cerca de instalaciones militares sensibles.
Por ejemplo, en 2022, una empresa china compró 300 acres de tierras de labranza situadas a sólo 20 minutos de la Base de la Fuerza Aérea de Grand Forks, que, como reportó la CNBC, es «el hogar de parte de la tecnología militar de aviones no tripulados más sensible del país» y sirve como «la columna vertebral de todas las comunicaciones militares estadounidenses en todo el mundo», según un senador estatal. Según un informe de 2021 del Departamento de Agricultura de EE. UU. (pdf), China posee más de 384,000 acres de tierras de cultivo estadounidenses. Y lo que es más, esto está aumentando a un ritmo alarmante.
Otra amenaza que está aumentando a un ritmo alarmante es el gran número de jóvenes chinos que han cruzado ilegalmente la frontera entre Estados Unidos y México en los últimos años. Como declaró recientemente el representante Mark Green (R-Tenn.), presidente del Comité de Seguridad Nacional de la Cámara de Representantes, es «muy probable» que el PCCh esté enviando a innumerables «militares» a cruzar ilegalmente la frontera.
Mientras tanto, durante más de dos décadas, numerosas empresas estadounidenses han «vendido» Estados Unidos para poder hacer negocios en China.
«La mayor amenaza a largo plazo para la información y la propiedad intelectual de nuestra nación, y para nuestra vitalidad económica, es la amenaza de contraespionaje y espionaje económico de China», ha advertido el director del FBI, Christopher Wray.
Lo peor de todo es que parece más que probable que el PCCh haya tenido negocios indirectos con Hunter Biden.
Desde el final de la Guerra Fría, altos funcionarios del gobierno estadounidense, administradores de la educación, directores ejecutivos y un desfile de «expertos» han sostenido que Estados Unidos debería entablar relaciones con China, con la esperanza de que el capitalismo de libre mercado y los valores estadounidenses acabaran moldeando a la República Popular China en una dirección más democrática y libre.
Obviamente, eso no ha funcionado. De hecho, China se ha hecho más fuerte que nunca debido a «expertos» equivocados, directores ejecutivos sin escrúpulos, administradores de educación insensatos y políticos ingenuos.
Durante la Guerra Fría, habría sido inconcebible involucrarse con la Unión Soviética en el grado en que Estados Unidos se está comprometiendo ahora con China. Por aquel entonces, el mundo libre, incluido Estados Unidos, tenía los ojos bien abiertos cuando se trataba de la amenaza de infiltración y dominación comunista.
Al embarcarnos en la próxima Guerra Fría, haríamos bien en aprender las lecciones del pasado. Además, debemos reconocer que el PCCh es la mayor amenaza a la que nos enfrentamos, y es imperativo que acabemos con todos los esfuerzos de infiltración del PCCh antes de que sea demasiado tarde.
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Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times
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