Los hospitales chinos llevan semanas desbordados de pacientes con infecciones de las vías respiratorias.
Mientras tanto, el Ministerio de Seguridad Nacional del régimen comunista chino hizo un llamamiento para sensibilizar sobre las amenazas de bioataques procedentes de países extranjeros.
Los observadores chinos creen que ha comenzado una nueva oleada de COVID-19 en China y el gobernante Partido Comunista Chino (PCCh) ha iniciado una campaña de propaganda para echar la culpa a otros.
Según los informes de los medios de comunicación chinos, un gran número de adultos y niños en China están mostrando síntomas de infecciones de las vías respiratorias como fiebre, tos, garganta irritada y pulmones blancos, y han inundado los departamentos ambulatorios pediátricos, las clínicas de fiebre y los centros de infusión de todo el país. La neumonía por micoplasma, la gripe, el COVID-19, el norovirus y otros virus están enviando a muchos pacientes a los hospitales al mismo tiempo.
Nanfang Daily, un medio de comunicación estatal de la provincia meridional china de Guangdong, informó el 28 de octubre de que la neumonía por micoplasma ha asolado la zona recientemente, y muchos niños se han infectado, lo que preocupa a los padres.
Los médicos pediatras y las enfermeras del Hospital Tiantan de Beijing se han visto desbordados por el repentino aumento del número de niños enfermos en los últimos tiempos, según informan los medios de comunicación chinos. Un pediatra del hospital dijo que el número de pacientes que esperan en el ambulatorio pediátrico puede ser de cuatrocientos a quinientos cada día, lo que supone un aumento de tres a cuatro veces en comparación con el pasado. «Aún no hemos llegado al punto de inflexión. En la actualidad, la principal infección es la neumonía por micoplasma, y algunos lactantes y niños pequeños son propensos a infecciones víricas y bacterianas combinadas. El virus sincitial, el adenovirus, el virus de la parainfluenza y el rinovirus están causando infecciones. También han aparecido recientemente infecciones por gripe A y B».
Lu Hongzhou, director del Tercer Hospital de Shenzhen, en la megaciudad sureña, dijo a los medios que el hospital ha visto un aumento de pacientes ambulatorios con fiebre en el último medio mes.
The Epoch Times informó la semana pasada que muchos niños chinos que presentan fiebres altas, tos e incluso síntomas de «pulmón blanco» han inundado los hospitales y contagiado a otros miembros de sus familias, según informes de los medios de comunicación chinos y publicaciones en las redes sociales.
Basándose en los síntomas notificados, la falta de transparencia de las autoridades y la falta de libertad de prensa en China, las sospechas apuntan a otro brote de COVID-19.
Después de que el gobernante Partido Comunista Chino (PCCh) abandonara repentinamente su draconiana política de cero COVID y sus restrictivas medidas de control en diciembre de 2022, China experimentó un brote masivo de COVID-19, que causó la muerte de innumerables personas, entre ellas un gran número de ancianos que desarrollaron «pulmones blancos» antes de morir.
Desde entonces, cada vez que los hospitales se llenan de pacientes con síntomas similares a los de la COVID-19, las autoridades del PCCh inventan un nuevo término como «gripe», «noro», «faringitis nacional» y, ahora, «neumonía por micoplasma», para explicar los brotes de la enfermedad, ya que se ha cancelado la prueba obligatoria de la PCR de la COVID-19.
COVID-19 se llamó originalmente «neumonía de Wuhan» en China, debido a sus síntomas cuando estalló por primera vez en Wuhan, provincia de Hubei, a finales de 2019.
El Ministerio de Seguridad Nacional advierte de la «bioseguridad
Mientras tanto, el Ministerio de Seguridad Nacional del PCCh publicó un artículo en su cuenta oficial en la plataforma de medios sociales chinos WeChat titulado «Cómo pequeños genes desencadenan un ‘tornado’ de bioseguridad» el 30 de octubre. En él se afirma: «Además de apuntar a los recursos genéticos humanos de nuestro país, algunas instituciones, organizaciones y personal de ultramar también tienen en el punto de mira nuestros recursos de especies como sus objetivos secretos de robo.»
El artículo del ministerio decía que la agencia de seguridad nacional descubrió que una organización no gubernamental extranjera no identificada estaba reclutando voluntarios en China con el pretexto de realizar investigaciones sobre especies biológicas, recopilando datos e información sobre la distribución de especies biológicas en diversos lugares y pidiendo a los participantes que cargaran los datos recopilados a través de un software especial para teléfonos móviles.
También afirmaba: «Entre el 99.7 por ciento y el 99.9 por ciento del ADN humano es el mismo, y las pequeñas diferencias son la clave para distinguir varias razas. Si hay un número suficiente de muestras genéticas humanas, los científicos pueden analizar y comprender las características genéticas únicas de cada nación y raza».
El ministerio advertía en el artículo «Si son utilizadas por individuos u organizaciones con segundas intenciones, las armas genéticas pueden incluso desarrollarse para matar a objetivos raciales predeterminados, atacando así selectivamente a objetivos con genes raciales específicos». El artículo hacía un llamamiento a la concienciación contra tales amenazas externas.
El artículo ha sido ampliamente difundido por los principales medios de comunicación chinos. Los principales medios de comunicación chinos también acusaron a Estados Unidos de ser el mayor recopilador de datos genómicos de chinos, árabes y europeos, citando la afirmación de un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores del PCCh en mayo.
El comentarista estadounidense de temas de actualidad Shi Tao dijo en su programa de entrevistas en YouTube que los brotes actuales en China y la repentina advertencia del PCCh mostraban que una nueva oleada mortal de COVID-19 ya ha comenzado en China y que el régimen comunista lo sabe, y «el PCCh está señalando primero a los países extranjeros en preparación para echar la culpa».
El mundo occidental sospecha desde hace tiempo que el COVID-19 fue causado por un virus filtrado desde el laboratorio P4 del PCCh en Wuhan. El laboratorio es conocido por sus conexiones con el régimen y su ejército, donde la destacada viróloga china Shi Zhengli y su equipo llevan más de una década experimentando con virus del tipo SARS-CoV-2 recogidos de murciélagos. Las variantes del virus SARS-CoV-2 causaron el brote de SARS en 2003 y la pandemia COVID-19 en 2019. Se informó que algunos técnicos del laboratorio P4 de Wuhan se infectaron por primera vez con COVID-19 a finales de 2019.
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