El líder de China, Xi Jinping, cimentó su autoridad el 11 de noviembre al ordenar al Partido Comunista Chino que aprobara una resolución histórica que pretendía situar a Xi como una de las figuras más influyentes de la historia del régimen.
«Establecer la posición central de Xi Jinping ante el Comité Central y todo el Partido», así como el «papel de guía» de la ideología de Xi Jinping, «tiene una importancia decisiva para impulsar a la nación china hacia un gran rejuvenecimiento», dijeron altos funcionarios del Partido al final de una reunión de cuatro días a puerta cerrada de más de 300 miembros de élite del Partido en Beijing, según una reseña de los medios de comunicación estatales.
La resolución aprobada el 11 de noviembre fue la tercera de este tipo que el régimen ha adoptado durante sus 100 años de historia, colocando a Xi junto a dos de sus más poderosos predecesores: Mao Zedong, el primer líder del régimen comunista, y Deng Xiaoping, que supervisó la relajación de parte de la rígida planificación central que permitió la recuperación de la economía china a finales de la década de 1970.
En la reunión, conocida como Sexto Pleno, Xi, que lleva casi una década presidiendo el régimen, recibió el crédito de haber creado su propia escuela de pensamiento, que los funcionarios alabaron como la «esencia» del «marxismo contemporáneo» y como el «espíritu de la nación china».
Se espera que Xi consiga otro periodo de cinco años en 2022 durante el 20º Congreso Nacional del Partido, una medida que rompería una tradición de casi tres décadas de limitar los líderes del Partido a solo dos.
En los últimos meses, Xi ha supervisado una creciente campaña de reformas políticas y económicas que ha afectado a toda una serie de sectores de la sociedad china, una medida que, según los expertos, ha servido como uno de los pasos para asegurar su aspiración a otro periodo.
El comunicado al final de la reunión fue en parte un efusivo homenaje a Xi. Decía que el Partido, bajo su liderazgo, había «vencido una serie de grandes riesgos y desafíos» y había hecho avanzar al país hacia una «transformación histórica»; los ejemplos que daba eran la amplia campaña anticorrupción de Xi, la reconstrucción de Hong Kong y la «posición dominante» del régimen en relación con Taiwán.
El texto, de más de 7000 palabras, dividía la historia del Partido en cuatro fases, en las que Xi se definía como el líder clave de la «nueva era» del régimen, a medida que el Partido superaba sus primeros 100 años, tras haber cumplido un siglo en 2021. Esta sección que describe la última fase era más larga que las tres secciones anteriores juntas.
Los delegados del partido votaron unánimemente a favor de la resolución con una votación a mano alzada, según muestra un video de la cadena estatal CCTV.
Yeau-tarn Lee, un académico taiwanés sobre el desarrollo nacional y la China contemporánea, dijo que tal resultado no es sorprendente bajo el dominio del régimen, donde «solo una voz puede ser escuchada».
«Nadie se atreve a plantear objeciones», dijo a The Epoch Times.
Aunque el único énfasis de la reunión parece ser sobre «los gloriosos logros del PCCh», el comunicado muestra algunos signos de ansiedad entre los altos dirigentes del Partido, según Lee, citando el llamado de los funcionarios a la unidad y a que el Partido «no olvide el corazón con el que empezó».
El Partido se encuentra ahora en una situación difícil.
A nivel nacional, Xi se enfrenta a una crisis energética, al aumento de los precios de las materias primas, a los problemas financieros del sector inmobiliario chino y a una economía en declive. Fuera de las fronteras chinas, hay una creciente presión internacional que cuestiona la represión del régimen en Hong Kong y Xinjiang, así como el escrutinio sobre su presunto encubrimiento de los orígenes de la pandemia.
«El punto principal es que el partido comunista no renunciará al liderazgo, y en el centro está Xi Jinping», dijo Lee.
Con información de Luo Ya.
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