El Departamento de Defensa indicó el martes que no considerará el pago retroactivo a las tropas dadas de baja que se negaron a vacunarse contra el COVID-19 tras los mandatos que se eliminaron recientemente.
En una rueda de prensa, un periodista le preguntó al portavoz del Pentágono, el general de brigada Patrick Ryder, si el Pentágono seguía «explorando activamente» la posibilidad de pagar retroactivamente o reincorporar a los miembros del servicio separados.
“En términos de pagos retroactivos, ¿está hablando específicamente de la vacunación contra el COVID? Lo que le diría es que, en este momento, no consideramos pagos retroactivos para los miembros del servicio que fueron despedidos por negarse a vacunarse contra el COVID”, respondió Ryder.
No proporcionó ningún comentario sobre la reincorporación de las tropas. The Epoch Times se había comunicado previamente con el Pentágono para preguntar sobre las posibilidades de reincorporación de las tropas dadas de baja, pero el Pentágono no respondió.
Más de 8000 miembros del servicio han sido dados de baja por rechazar la vacuna.
Marcha atrás
Los comentarios de Ryder son una actualización que da marcha atrás a lo que el Pentágono había comunicado a los medios de comunicación solo unos días antes. El mayor Charlie Dietz, otro portavoz del Pentágono, le había dicho a The Epoch Times el 13 de enero que el Pentágono “todavía está explorando [el pago atrasado] y dará su opinión sobre la legislación de esta naturaleza en el momento apropiado y a través del proceso apropiado». En ese momento, no proporcionó un calendario sobre cuándo podría considerarse el pago retroactivo.
El 10 de enero, el secretario de Defensa Lloyd Austin rescindió formalmente los mandatos de vacunación contra el COVID-19, que habían estado vigentes desde agosto de 2021 para las Fuerzas Armadas, y desde noviembre de 2021 para la Guardia Nacional y la Reserva Enlistada.
Los mandatos se produjeron después de que la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) concediera la autorización de uso de emergencia a la vacuna de Pfizer. Documentos recientemente revelados mostraron que la FDA se desvió del proceso normal de aprobación de vacunas al tratar con la vacuna Pfizer COVID-19, informó The Epoch Times el 7 de enero.
En su memorando por el que rescindía el mandato de la vacuna COVID-19 (pdf), Austin citaba una ley de gastos de defensa -la Ley de Autorización de Defensa Nacional (NDAA) para el año fiscal 2023- que exigía el cambio. A finales de diciembre de 2022, el Pentágono dejó de separar a los miembros del servicio que optaron por no someterse a la vacuna COVID-19.
Austin dijo en el memorando del 10 de enero que se han administrado vacunas COVID-19 a más de 2 millones de miembros del servicio y que el 96 por ciento de las fuerzas activas y de reserva están completamente vacunadas contra COVID-19.
Él y otros líderes de la defensa argumentaron que durante décadas las tropas, en particular las desplegadas en el extranjero, debían recibir hasta 17 vacunas diferentes, incluidas las inyecciones contra el ántrax. Ningún otro mandato de vacunación se vio afectado por las nuevas reglas.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, le dijo a la prensa en diciembre de 2022 que la administración Biden cree que eliminar el mandato fue un “error”, repitiendo las afirmaciones de Austin de que la vacuna “asegura que nuestras tropas estén preparadas y listas para el servicio”. El presidente Joe Biden finalmente firmó el proyecto de ley de gastos de defensa a fines de diciembre de 2022 cuando fue aprobado por el Congreso.
Hasta la aprobación de la NDAA FY 2023, los mandatos militares de COVID-19 se mantuvieron vigentes, incluso tras la caída en picada de la eficacia de la vacuna contra infecciones y enfermedades graves desde la propagación de la variante ómicron a fines de 2021. Investigaciones sugieren que la inmunidad natural podría ser más eficaz que la vacunación.
Los mandatos encontraron resistencia entre las tropas y los estadounidenses en general, incluidos los legisladores del Congreso, quienes argumentaron a favor de la autonomía corporal libre de coerción.
Incluso antes de los mandatos, el representante Thomas Massie (R-Ky.) en julio de 2021 expresó que los militares dijeron que renunciarían en lugar de recibir una vacuna contra el COVID-19. Para octubre de 2022, solo dos meses antes de que el Congreso aprobara la NDAA, The Epoch Times informó que los oficiales militares que resultaron afectados por la vacuna contra el COVID-19 pidieron que se anulara el mandato.
Las fuerzas armadas notoriamente han emitido rechazos masivos a solicitudes religiosas de exenciones al mandato, lo que ha desencadenado múltiples impugnaciones judiciales. Los jueces habían impedido que tres de las cuatro ramas militares despidieran a la mayoría de los miembros que buscaban exenciones religiosas a la vacuna, lo que según los jueces violaba la Ley de Restauración a la Libertad Religiosa.
Solo el 0.5 por ciento de las solicitudes de adaptaciones religiosas han sido aprobadas por los marines, seguidas por el 1 por ciento de la Armada, el 2.3 por ciento de la Fuerza Aérea y el 6 por ciento del Ejército. Miles de solicitudes todavía no habían sido adjudicadas antes de que se retirara el mandato.
Los miembros del servicio que fueron dados de baja únicamente por negarse a recibir la vacuna recibieron una baja honorable o una baja general bajo condiciones honorables.
Una baja general es un escalón inferior a una baja con honores y se suele conceder a tropas que han prestado un servicio satisfactorio, pero han cometido faltas leves. Aquellos que recibieron una baja general pueden solicitar a las juntas de revisión de bajas de su departamento militar una «corrección de los registros militares o navales» para solicitar una corrección de la caracterización de su baja, dijo Austin en el memorando.
Jack Phillips y Zachary Stieber contribuyeron a este artículo.
Únase a nuestro canal de Telegram para recibir las últimas noticias al instante haciendo click aquí
Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando
¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en Estados Unidos y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.
