La economía china experimentó la menor expansión registrada en año y medio durante el último trimestre, según datos oficiales.
El producto interior bruto (PIB) creció un 4% en el último trimestre de 2021 con respecto al año anterior, según anunció el 17 de enero la Oficina Nacional de Estadística de China, lo que supone un descenso con respecto al aumento del 4.9% del tercer trimestre, una nueva desaceleración con respecto al crecimiento del 7.9% del segundo trimestre y la expansión del 18.3% del primero.
China registró una economía fuerte a principios de 2021, ya que la actividad se recuperó de una caída inducida por la pandemia el año anterior. Sin embargo, la tendencia se redujo cuando el país sufrió algunos contratiempos, como la escasez de energía, las restricciones de los reguladores, el declive del mercado inmobiliario y los brotes esporádicos de COVID-19.
El PIB creció un 8.1% a lo largo de 2021, un resultado mejor que el objetivo de crecimiento por encima del 6% que China se fijó a principios del año pasado. El crecimiento revisado de 2020 fue del 2.2 por ciento.
En términos trimestrales, el PIB aumentó un 1.6 por ciento de octubre a diciembre.
John Mac Ghlionn, investigador y ensayista, cuestionó los datos del PIB chino en su análisis para The Epoch Times en octubre del año pasado, calificándolos de «herramienta muy pobre» para medir la salud del país.
«El crecimiento de China parece estar construido sobre una base defectuosa», dijo Ghlionn, señalando un exceso de oferta de viviendas que impulsó la economía del país, bajo la sombra de los problemas de endeudamiento insostenible de los promotores.
Citó a Michael Pettis, experto en la economía china, señalando que «la relación oficial entre la deuda y el PIB de China se ha disparado en casi 45 puntos porcentuales» en los últimos cinco años. En comparación con otros países en vías de desarrollo, resulta ser uno de los ratios de deuda más altos del mundo.
El promotor más endeudado del mundo, Evergrande, vio caer sus ventas de 2021 en casi un 40%, y la crisis sigue creciendo. La empresa china se enfrenta a enormes vencimientos de deuda en 2022, incluyendo un total de 3500 millones de dólares en bonos que vencen en marzo y abril. A principios de este mes, Evergrande retiró su contrato y se mudó de su sede en Shenzhen.
Los reguladores chinos han tratado de dirigir la economía frente a los vientos en contra.
El 17 de enero, el banco central de China recortó los costes de los préstamos a mediano plazo por primera vez desde abril de 2020, lo que ha llevado a algunos analistas a esperar una mayor flexibilización de las políticas este año para amortiguar la desaceleración económica.
El Banco Popular de China dijo que estaba reduciendo el tipo de interés sobre 700,000 millones de yuanes (110,200 millones de dólares) de préstamos a mediano plazo a un año para algunas instituciones financieras en 10 puntos básicos, hasta el 2.85 por ciento desde el 2.95 por ciento de las operaciones anteriores.
También anunció en diciembre que iba a reducir la cantidad de efectivo que los bancos deben mantener en reserva por segunda vez el año pasado, desbloqueando 188,000 millones de dólares de liquidez a largo plazo para apoyar el lento crecimiento económico.
Mientras tanto, varias ciudades chinas entraron en alerta máxima por el COVID-19 antes de la temporada de viajes del Año Nuevo Lunar, ya que la variante ómicron llegó a más zonas, incluida Beijing.
La producción industrial, que aumentó un 4.3 por ciento anual en diciembre, se recuperó de un aumento del 3.8 por ciento en noviembre, dijo la NBS en un comunicado separado.
Los mercados financieros asiáticos se mostraron variados tras el recorte de los tipos de interés en China y la publicación de los datos el 17 de enero. El índice Shanghai Composite ganó un 0.6%, mientras que el Hang Seng de Hong Kong cayó un 0.6%.
Con información de Reuters y The Associated Press.
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