El poder curativo de Stewie

Hace casi un año, mi marido y yo adquirimos un pequeño y asustadizo perro de rescate. Stewie es una mezcla de terrier blanco de cinco kilos que llegó a nuestra casa sin saber cómo funcionaban las escaleras o cómo caminar con correa. Al principio no quería que lo tocaran y se escondía cuando nos acercábamos a él. Durante sus primeras semanas en nuestra casa, Stewie aprendió a confiar en nosotros lo suficiente como para acurrucarse y jugar con juguetes y pedir salir a pasear. Aunque al principio dudábamos de tener un perro, tanto mi marido como yo estamos de acuerdo en que adoptar a Stewie fue una de las mejores decisiones que hemos tomado en mucho tiempo.

Stewie me hace reír a carcajadas. Me hace reír cuando se desliza por el suelo de madera o cuando descubre un nuevo juguete y juega a atraparlo. Me hace reír cuando salta a la cama, pero falla y luego actúa como si intentara hacerlo de nuevo. Me hace reír a primera hora de la mañana cuando se despierta lleno de energía y excitado porque ¡hoy es el día! ¡Es hora de levantarse! ¡Vamos a dar un paseo! Me hace sonreír porque su amor es incondicional. No le importa si llevo un pantalón de chándal raído o si tengo un mal día con el cabello. Soy su dueña y siempre se alegra de verme.

Durante la pandemia de Covid, tener un perro ha sido un salvavidas. Stewie nos saca de casa varias veces al día; momentos en los que normalmente estaría frente a mi computadora o agazapada sin hacer nada. Me ha mantenido centrada en algo que no sea todo el caos del mundo. Y nos ha mantenido cuerdos durante una época en la que hemos estado mirándonos el uno al otro y a las mismas paredes durante los últimos seis meses. No es de extrañar que muchas de las organizaciones de rescate de perros y las Sociedades Humanitarias tengan muy pocos perros, si es que hay alguno, disponibles para su adopción en este momento. He hablado con varias personas a las que les gustaría adoptar un perro, pero han estado esperado durante meses o no han tenido suerte a la hora de encontrar un cachorro para llevarlo a su casa.

Y aunque sé que tener a Stewie en mi casa es bueno para mí, hay muchas investigaciones que respaldan los beneficios curativos de tener una mascota. Por ejemplo:

• Tener una mascota es bueno para la salud. Según los CDC, tener una mascota puede reducir la presión arterial y los niveles de colesterol.

• Las mascotas ayudan a reducir el estrés.

• Tener una mascota disminuye los sentimientos de soledad y aumenta las interacciones sociales.

• Tener una mascota puede mejorar su inmunidad. Lo exponen a todo tipo de suciedad y gérmenes que no lo enferman, pero fortalecen su sistema inmunológico. Los científicos han descubierto que los niños que crecen con mascotas tienden a tener menos alergias que los niños que no están expuestos a las mascotas.

• Tener un perro promueve el ejercicio en forma de caminatas regulares, con todos los beneficios para la salud que lo acompañan.

Además de los beneficios para la salud física y mental, tener una mascota puede enseñarnos lecciones de vida. Viven en el momento presente. Lo que sucedió hace media hora se les olvidó hace mucho tiempo. Nos enseñan a tener compasión, a divertirnos y, una vez unidos, son leales de por vida. Stewie siempre está feliz de verme y no tiene otra agenda que comer, jugar, pasear, abrazar. La conclusión es que adoptar un perro es lo mejor que he hecho en mucho tiempo tanto para mi salud física como mental, y creo que Stewie estaría de acuerdo.

Republicado de AcupunctureTwinCities.com

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