Los precios de la gasolina en EE. UU. han registrado una nueva subida, y la media nacional ha alcanzado un nuevo máximo de siete años.
A fecha del 27 de octubre, la media nacional del galón de gasolina normal subió a 3.394 dólares, frente a los 3.389 dólares del día anterior, y por encima de la media de hace un mes de 3.189 dólares, según la AAA.
«Dado que la economía de EE. UU. se está recuperando lentamente de lo peor de la pandemia, la demanda de gasolina es robusta, pero la oferta es escasa», dijo en una declaración Andrew Gross, portavoz de la AAA. «No hemos visto precios tan altos desde septiembre de 2014».
Los 5 mercados más caros del país eran, a fecha del 27 de octubre: California (4.56 dólares), Hawái (4.29 dólares), Nevada (3.93 dólares), Washington (3.87 dólares) y Oregón (3.78 dólares).
Los precios de la gasolina en San Francisco, que según la AAA el martes alcanzaron una media de 4.73 dólares por un galón de gasolina normal sin plomo, parecen estar a punto de alcanzar un récord histórico.
El analista jefe de petróleo de GasBuddy, Patrick De Haan, dijo en un tuit a última hora del lunes que los precios de la gasolina en San Francisco estaban a solo 1.2 céntimos de un nuevo máximo histórico.
«Será la primera ciudad que establezca un nuevo récord de #preciosdelagasolina desde 2012», predijo De Haan.
La Administración Biden se ha enfrentado a fuertes críticas por el aumento de los precios de la gasolina, pero no tiene «ningún plan inmediato» para recurrir a las reservas de emergencia o para limitar las exportaciones de energía fuera de Estados Unidos, según dijo el Departamento de Energía a la CNBC esta semana.
El principal plan de la Administración Biden para aliviar los crecientes precios de la gasolina era persuadir a la OPEP+ para que acordara aumentar la producción de forma más acusada para reducir la escasez de suministro, pero, hasta ahora, ese plan ha fracasado.
«Hay limitaciones a lo que un presidente puede hacer, en lo que se refiere a los precios de la gasolina», dijo la secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, a varios periodistas el 22 de octubre, añadiendo que la administración seguía dialogando con la OPEP+ sobre el aumento de los suministros.
Hace unas semanas, la OPEP+ anunció que se aferraría a los términos de un acuerdo anterior para aumentar la producción de petróleo de forma gradual —en 400,000 barriles por día (bpd) para el mes de noviembre— ignorando los llamamientos de la Administración Biden para bombear más crudo.
Mientras tanto, los precios del petróleo cayeron alrededor de un 1 por ciento el 27 de octubre después de que los datos de la industria mostraran que las reservas de crudo aumentaron más de lo previsto y que los inventarios de combustible aumentaron inesperadamente la semana pasada en Estados Unidos.
La Administración de Información Energética de EE. UU. (EIA) dijo en su más reciente perspectiva energética a corto plazo que espera que los precios de la gasolina al por menor bajen a una media de 3.05 dólares por galón en diciembre, una señal alentadora para los conductores que esperan un alivio en el surtidor.
Al mismo tiempo, la EIA prevé que los precios del crudo WTI se sitúen en una media de 68.24 dólares por barril en 2022, solo ligeramente por debajo de los 68.48 dólares de 2021 y muy por encima de los 39.17 dólares de 2020 y los 56.99 dólares de 2019.
Se prevé que los precios del crudo Brent suban a una media de 71.91 dólares por barril en 2022 desde los 71.38 dólares de este año, frente a los 41.69 dólares de 2020 y los 64.34 dólares de 2019.
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