Elon Musk, un autodenominado “absolutista de la libertad de expresión”, selló un acuerdo la semana pasada para adquirir Twitter por USD 44,000 millones. El acuerdo, que será una de las adquisiciones más grandes de los últimos años, ha ocasionado que algunos digan en broma que el hombre más rico del mundo está gastando miles de millones de dólares para comprar la libertad de expresión.
El CEO de Tesla y SpaceX ha criticado repetidamente a la red social por restringir la libertad de expresión.
Según Musk, la libertad de expresión es «la base de una democracia efectiva» y Twitter sirve como «la plaza de la ciudad digital» donde se discuten temas importantes.
El Media Research Center ha identificado alrededor de 3600 casos de censura en grandes plataformas tecnológicas con contenido conservador como objetivo principal. Twitter estuvo involucrado en más de la mitad de los casos de censura, descubrió el grupo de control de medios de tendencia derechista. La lista incluye la suspensión de las cuentas del presidente Donald Trump en enero de 2021 y la censura de los artículos sobre Hunter Biden del New York Post.
The Babylon Bee, un sitio conservador de noticias de sátira, parodió la oferta de Musk en Twitter en un artículo titulado «Debido a la inflación, el costo de la libertad de expresión ha aumentado considerablemente a USD 43,000 millones». El sitio fue suspendido de Twitter luego de nombrar a un funcionario transgénero de la Casa Blanca como «Hombre del año» en una publicación en marzo.
The Washington Times informó que Musk se había comunicado con Seth Dillon, el director ejecutivo de Babylon Bee, para confirmar la suspensión. Y fue durante su conversación que Musk reflexionó que podría necesitar comprar Twitter.
En diciembre del año pasado, el hombre más rico del mundo concedió una larga entrevista al sitio de noticias satíricas.
“No sugeriría que The Babylon Bee es la única razón por la que Musk decidió tomar medidas”, dijo Dillon a The Washington Times, y agregó, sin embargo, que la suspensión del sitio por parte de Twitter pudo haber influido en su decisión.
“Quizás fue la gota que colmó el vaso”.
El 25 de abril, Twitter aceptó la propuesta del empresario multimillonario de USD 54.20 por acción en efectivo, lo que sitúa el valor de la empresa en unos USD 44,000 millones.
Musk obtuvo USD 25,500 millones en préstamos, según el anuncio, respaldados en parte por una parte de su participación en Tesla Inc. También prometió proporcionar casi USD 21,000 millones en efectivo, pero no está claro cómo recaudará esa cantidad.
Si se concreta el acuerdo, sería el mayor acuerdo de adquisición privada desde que Dell adquirió el gigante de almacenamiento de datos EMC por USD 67,000 millones en 2016, según PitchBook.
El precio ofrecido por Musk representa una prima del 38 por ciento con respecto al precio de cierre de las acciones de Twitter el 1 de abril, que fue el último día de negociación antes de que Musk revelara su participación de casi el 9 por ciento en Twitter.
Debido al alto precio, algunos han cuestionado si Musk puede cambiar la empresa y generar valor a partir de este mega acuerdo.
“No me importa en absoluto la economía”, dijo el multimillonario en una conferencia TED en Vancouver un día después de que ofreciera adquirir el 100 por ciento de la empresa.
Los inversionistas de capital privado promueven principalmente la privatización como una forma para que las empresas realicen un cambio lejos del ojo público. Esta estrategia puede brindar una oportunidad para que las empresas públicas en dificultades se reestructuren y realicen ajustes operativos con la perspectiva de volver a cotizar en bolsa en el futuro LUEGO que se resuelvan los problemas.
La actividad de privatización alcanzó su punto máximo en 2007 y no ha logrado recuperarse a los niveles anteriores a la crisis financiera mundial.
Musk consideró privatizar Tesla por USD 420 por acción en 2018, valorándolo en USD 72,000 millones. Sin embargo, Musk fue acusado más tarde por la Comisión de Bolsa y Valores de engañar a los inversores al afirmar falsamente en un tuit que había obtenido fondos para privatizar la empresa.
Como resultado, Musk pagó al regulador USD 20 millones y renunció a la junta directiva de Tesla. Con el valor de mercado del fabricante de automóviles ahora rondando el billón de dólares, privatizar la empresa habría sido un movimiento rentable para Musk, según Pitchbook.
Se espera que el acuerdo de Twitter finalice antes del 24 de octubre, según el acuerdo de fusión entre Musk y la empresa.
Algunos accionistas están pidiendo a Musk que los acepte como inversores en la corporación privada.
Musk declaró durante la conferencia de Ted que tiene la intención de mantener tantos accionistas como permita la ley en la empresa privada.
“Intentaremos traer tantos accionistas como se nos permita”.
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