El provocante vuelo del globo espía chino por territorio estadounidense

La violación del espacio aéreo por parte del globo chino, constituye el movimiento más atrevido de la República Popular China (RPC) en contra de Estados Unidos (EE. UU.)

Por Rafael Marrero
14 de febrero de 2023 1:52 PM Actualizado: 14 de febrero de 2023 1:52 PM

Ni accidental, ni con fines meteorológicos: el sobrevuelo del globo chino por territorio de Estados Unidos, en flagrante violación de nuestro espacio aéreo, es una provocación de la China comunista motivada por el propósito de recopilar información de inteligencia, conocer nuestro apresto operacional y constatar nuestra capacidad estratégica.

Que haya seguido una ruta específica, justamente sobre importantes instalaciones militares, corrobora que nunca se trató de un globo meteorológico “perdido”, arrastrado por el viento hacia un rumbo desconocido. No, señor. Por más que la República Popular de China (RPC) no quiera admitirlo, dudo que no sepa lo que se trae entre manos.

A pesar de que el Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) aún está haciéndole un examen forense al globo, para determinar sus verdaderas capacidades e intenciones, ya se conocen algunas de sus llamativas características y sus presuntas funciones de espionaje.

De 60 metros de altura y con una carga del tamaño de un avión comercial, el aparato ingresó a EE. UU. el 28 de enero, por Alaska; fue derribado por el Ejército el 5 de febrero, frente a la costa de Carolina del Sur, y posteriormente trasladado a las instalaciones del FBI, en Quántico, Virginia, a partir del 6 de febrero.

Logística de la recuperación y análisis de los restos

La recuperación, descontaminación e investigación de los restos del globo, constituyen una exigente tarea para los expertos del FBI, así como de todas las fuerzas involucradas: el Departamento de Defensa (DoD), el Servicio de Investigación Criminal Naval, la Marina y la Guardia Costera, entre otras agencias federales.

Un avión comercial deja una estela que pasa en la distancia (izq.) mientras un globo de gran altura, que el gobierno de EE.UU. ha declarado que es chino (der.), se ve mientras continúa su ruta de varios días a través del norte de Estados Unidos, en Charlotte, Carolina del Norte, el 04 de febrero de 2023. (EFE/EPA/Nell Redmond)

Hasta el momento de escribir este artículo, la evidencia recuperada consistía en el dosel del globo en sí, cables y componentes electrónicos. La “carga útil” restante sigue dispersa en el océano y será llevada a Quántico según vaya apareciendo. Por cierto, esta es la primera vez en la historia que el FBI responde a una amenaza de este calibre.

En su anuncio sobre el particular, este servicio de inteligencia dijo que «cuenta con expertos en la materia, incluidos equipos de buceo de respuesta a evidencia y equipos de respuesta a evidencia peligrosa, que contribuyen a la misión de recopilar, analizar y compartir información científico-técnica oportuna dentro del FBI, además de otras agencias federales y policiales». 

Hallazgos preliminares y capacidades del globo

Tras conocerse sobre el sobrevuelo y posterior derribo del globo, funcionarios de la Administración Biden dijeron que el «equipamiento de los globos de gran altitud claramente sirve para la vigilancia de inteligencia», confirmando, de paso, que este era «inconsistente con el equipo a bordo de globos meteorológicos».

«[El globo] tenía múltiples antenas con una matriz probablemente capaz de recopilar y geolocalizar comunicaciones. Estaba equipado con paneles solares lo suficientemente grandes como para producir la energía necesaria, a fin de operar múltiples sensores de recolección de inteligencia activa», dijo uno de ellos.

Un globo de gran altitud, que el gobierno de EE.UU. ha declarado que es de origen chino, se ve mientras continúa su ruta de varios días a través del norte de Estados Unidos, en Charlotte, Carolina del Norte, este 4 de febrero de 2023. (EFE/EPA/Nell Redmond)

Un reporte de CNN, que se hizo eco de las declaraciones de otro funcionario del Departamento de Estado, señaló que el globo «era capaz de realizar operaciones de recopilación de inteligencia de señales» y formaba parte de una flota que había sobrevolado «más de 40 países en los cinco continentes».

Aun así, fuentes oficiales han dicho que el aparato «obtuvo poca inteligencia nueva» por dos razones: primero, porque los chinos dejaron de transmitir información una vez que EE. UU. supo de él; segundo, porque nuestro país tomó las medidas necesarias «para proteger la inteligencia sensible a las operaciones de espionaje chinas».  

Instalaciones bajo riesgo en la trayectoria del aparato

Cuando el globo chino entró a nuestro espacio aéreo, oficiales de inteligencia nacional pensaron que no tenía ninguna “intención hostil”, sin embargo, tal postura cambió diametralmente cuando supieron que el aparato procedente del gigante asiático comenzó a desplazarse sobre los 48 estados inferiores.

Básicamente, el globo espía sobrevoló varias sedes principales de instalaciones estratégicas, entre ellas, las bases de la Fuerza Aérea de Malstrom (Montana), Ellsworth (Dakota del Sur), Offutt (Nebraska), Whiteman (Missouri), Scott (Illinois) y Pope (Carolina del Norte).

Asimismo, pasó por varias bases de la guardia nacional aérea y sedes de entrenamiento del Ejército, tales como Joe Foss Field (Dakota del Sur), Sioux City (Iowa), Camp Ashland y Lincoln (Nebraska), Fort Leonard Wood y St. Louis Army Human Resources (Missouri), y Fort Campbell, Nashville, Smyrna, Houston Barracks y McGhee Tyson (Tennessee). Otras instalaciones sobrevoladas por el globo fueron: Fort Bragg, Marine Corps Air Station New River y Camp Lejeune (Carolina del Norte).

Polémica partidista sobre el derribo del globo

Si bien Estados Unidos terminó derribando al globo, demócratas y republicanos han estado divididos en cuanto al mejor momento para abatirlo. Así, mientras los primeros respaldan la determinación tomada por Joe Biden, los segundos dicen que debieron derrumbarlo de inmediato.

Según el mismo reporte de CNN, «en las sesiones informativas secretas del Congreso, los funcionarios de la Administración argumentaron que Estados Unidos no se movió antes para derribar el globo, en parte, por temor a que pudiera provocar una escalada de las tensiones militares con China o, incluso, un conflicto militar».

La misma fuente puntualizó que «otra de las razones por las que el globo no fue derribado cuando ingresó al espacio aéreo de Alaska, es porque allí las aguas son frías y profundas, de ahí que fuera menos probable que pudieran haberlo recuperado».

De la otra parte, trascendió que Marjorie Taylor Greene, representante republicana de Georgia, dijo que el Pentágono hizo que el presidente luciera débil por sus acciones. Entretanto, el presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, señaló que «estuvo mal que la Administración Biden esperara para derribar al globo». Desde luego, el informe final al respecto, que se divulgará en un tiempo indeterminado, será el que diga la última palabra.

Acciones legales por la violación del espacio aéreo estadounidense

Teniendo en cuenta la evidencia preliminar, que señala que el globo chino operó con tecnología de vigilancia electrónica, y considerando que esta acción ha sido la más atrevida por parte de China, nuestro país podría sancionar al régimen comunista de Xi Jinping por ingresar al espacio aéreo estadounidense

Fuentes del Departamento de Estado dijeron que «el globo formaba parte de una flota china desarrollada para realizar operaciones de vigilancia, con un fabricante vinculado al Ejército Popular de Liberación (EPL)», por tanto, los chinos comunistas deberían ser castigados por violar la soberanía de EE. UU., así como el derecho internacional.

Según un reporte de la revista Time, «el globo se demoró deliberadamente sobre sitios militares «sensibles», incluida la base de la Fuerza Aérea Malmstrom, de Montana, una de las tres que alberga campos de misiles balísticos intercontinentales con ojivas nucleares». ¿Casualidad? Para nada.

De hecho, informes clasificados citados por The New York Times sugieren que los chinos están usando su programa de globos de vigilancia no solo para recopilar información sobre las bases estadounidenses en el Pacífico y las operaciones militares con los aliados, sino también para espiar y compilar datos sobre nuestro Ejército.

Medios de China para espiar a Estados Unidos

Por lo que ha trascendido hasta ahora, la República Popular China posee unos 260 satélites para uso militar. En el área del espionaje aéreo, en tanto, destaca con sus globos por su reducido costo, gran capacidad y ventajas operativas, al ser más difíciles de detectar por un radar.

En lo que concierne a la flota de los aparatos dirigibles, nuestro país desconoce su tamaño exacto, pero, en cambio, sí sabe que el gigante asiático los ha utilizado para realizar más de 20 misiones en cinco continentes, en los últimos años, según puntualizó CNN.

Desde luego, la nación asiática emplea varios medios para espiar, comercial y militarmente, a nuestro país: de acuerdo con The New York Post, en 2021, expertos del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, de Washington, DC, dieron a conocer 160 incidentes de espionaje chino ocurridos desde el año 2000.

Resulta que la actividad china en este aspecto ha ido creciendo con los años: de 2000 a 2009, tuvo lugar el 24 % de tales sucesos, mientras que de 2010 a 2021, ocurrió el 76 %. Algo que salta a la vista también es que del número total de incidentes, 89 sucedieron tras la llegada de Xi al poder.

Piratas informáticos, agentes secretos; planes de reclutamiento, como el Programa de los Mil Talentos, con nueve detenciones y procesamientos de 2018 a 2021; programas de idioma chino, como los Institutos Confucio (más de 60 en suelo estadounidense), satélites de uso militar y, por supuesto, globos de vigilancia, son los principales medios que ha usado la RPC para espiarnos.

Que nadie se engañe ahora con el supuesto uso civil del aparato derribado. Que nadie subestime las sempiternas intenciones del EPL. Sabemos que la vigilancia es crucial en una nueva era de guerra atmosférica. Ni nacimos ayer, ni nadie nos toma el pelo: a la China comunista la conocemos requetebién.


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Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times

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