Las antenas parabólicas simples instaladas en los hogares de las personas son particularmente populares en las zonas rurales de China debido a su bajo costo y a su capacidad de recibir numerosos canales. En el año 1993, el Consejo de Estado promulgó los Reglamentos sobre la administración de instalaciones receptoras terrestres de radiodifusión y televisión por satélite, prohibiendo la instalación de receptores de satélite en los hogares. Aún así, la mayor parte de los Gobiernos locales nunca implementaron efectivamente la orden, permitiendo que las personas conservaran e instalaran nuevas antenas parabólicas.
No obstante, en los últimos años, a medida que el régimen comenzó a intensificar los esfuerzos para censurar toda la información consumida por la población, se ordenó el bloqueo de los programas de televisión transmitidos a través de antenas parabólicas desde el extranjero, principalmente los que critican al Partido Comunista Chino (PCCh). En consecuencia, las autoridades locales comenzaron a exigir más estrictamente la eliminación de los receptores de satélite personales, considerados «peligros ocultos» en la labor ideológica sobre los ciudadanos. Muchos en China creen que esta campaña está relacionada con las crecientes críticas de los países extranjeros a las políticas del PCCh.
El 30 de abril, el Grupo Líder para la Labor de Rectificación de Satélites del Extranjero de Zhuanghe, una ciudad a nivel de condado de la provincia nororiental de Liaoning, emitió una orden en la que exigía el desmantelamiento de todos los receptores de satélite instalados de forma privada antes del 30 de junio. La purga se lleva a cabo en nombre del «mantenimiento de la seguridad ideológica». Los que no implementen la orden a tiempo podrán ser legalmente responsabilizados.
En el mes de mayo, una ciudad de la provincia oriental de Zhejiang exigió que se retiraran todos los receptores de ese tipo, afirmando que era una medida importante para bloquear los programas de televisión procedentes del extranjero y así garantizar la seguridad ideológica.
Un trabajador de una empresa encargada de retirar receptores de satélite privados en Jilin, una ciudad a nivel de prefectura de la provincia del mismo nombre situada en el noreste de China, reveló que se habían eliminado más de 700 antenas parabólicas en más de 1000 hogares.
Las personas que protestaron por la remoción fueron amenazadas con ser multadas o con la anulación de sus beneficios estatales. «El secretario del Partido de la aldea afirmó que, si me negaba a demoler mi antena parabólica, mi pensión sería cancelada», recordó una anciana que vive sola en la ciudad de Jiaohe de la provincia de Jilin.
Un anciano de etnia coreana, de aproximadamente 70 años, fue amenazado por un funcionario con una multa de 3000 yuanes (aproximadamente 430 dólares) si no demolía su receptor de satélite.
Los medios de comunicación oficiales de China continental publican informes de propaganda «positivos» sobre la eliminación de las antenas parabólicas, enfatizando que es necesario para evitar que caigan rayos o se produzcan lesiones accidentales cuando los equipos caen sobre los transeúntes. Otro tema de propaganda popular es que los programas del extranjero perjudican a los menores.
Independientemente de los esfuerzos llevados a cabo por los medios de comunicación, muchas personas aún creen que el objetivo principal de la campaña es bloquear la información relacionada con asuntos locales e internacionales.
«El Gobierno teme que algunos programas extranjeros no sean favorables a su régimen, razón por la cual quieren eliminar todas las antenas parabólicas existentes en los hogares de las personas», le dijo a Bitter Winter el jefe de un departamento político de una aldea de la provincia de Liaoning. El mismo añadió que numerosos programas procedentes de Hong Kong y Taiwán, o los producidos por grupos espirituales, tales como Falun Gong (una práctica que forma parte de la vida de millones de personas en todo el mundo. Arraigada en la tradición budista, sus enseñanzas animan a los estudiantes a soltar apegos poco saludables mientras se esfuerzan por armonizar sus vidas con las características fundamentales del universo: Verdad, Benevolencia y Tolerancia), están prohibidos en China continental.
Otro infiltrado en el Gobierno de Liaoning explicó que las antenas parabólicas pueden recibir programas extranjeros que les revelen «las atroces y malvadas acciones del PCCh a la gente de China continental». “Sería más difícil para el Gobierno gobernarlos. Esa es la razón por la cual lo están haciendo”, añadió el mismo.
Las autoridades de la ciudad de Hangzhou, en Zhejiang, les encomendaron a los administradores de la red que investigaran cuántas personas en sus jurisdicciones tienen antenas parabólicas «sin pasar por alto ningún caso». Uno de ellos reveló que, en una comunicación interna, sus superiores habían manifestado que las antenas parabólicas están siendo retiradas debido a su capacidad de recibir programas de televisión extranjeros. “Los comentarios del mundo exterior sobre el PCCh son desfavorables, por lo que el Gobierno teme que el pueblo escuche la verdad”, explicó el administrador de la red.
Este artículo fue publicado originalmente en Bitter Winter, una publicación sobre libertad religiosa y derechos humanos en China.
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