Los medios estatales de China no pueden evitar que el Partido Comunista Chino (PCCh) enfrente las consecuencias por haber restado importancia a la gravedad de COVID-19 cuando surgió por primera vez en la ciudad de Wuhan el año pasado y se extendió por todo el mundo. Muchos chinos en el continente y personas de todo el mundo quieren hacer responsable al PCCh de la pandemia.
Una encuesta llamada «COVID-SCORE-10» se llevó a cabo alrededor del mundo para calificar la respuesta de los gobiernos a la pandemia de COVID-19, en asuntos como la provisión de equipo de protección personal a los trabajadores del área médica, test accesibles de COVID-19 y servicios de salud mental, incluyendo la cooperación de socios internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS). Fue realizada por el Instituto Barcelona de Salud Global junto con la Escuela de Posgrado de Salud Pública y Política de Salud de la City University de Nueva York.
El medio de comunicación estatal chino El Diario del Pueblo citó los resultados de la encuesta en un artículo reciente y se jactaron de que «China es el país cuya respuesta fue calificada de manera más positiva» [por sus propios ciudadanos], mientras que «Estados Unidos ocuparon el noveno lugar».
La encuesta fue explotada por los medios de comunicación portavoces del PCCh y utilizada para encubrir el flagrante mal manejo de la pandemia por parte del régimen y promover su narrativa.
En total se encuestaron a 712 chinos, según el informe de la encuesta. ¿Qué probabilidad hay de que este pequeño número sea representativo de los 1400 millones de habitantes y de que se les haya permitido expresar realmente sus verdaderas opiniones bajo una estricta censura?
Lo que el pueblo chino realmente dice
El 24 de enero, una enfermera de Wuhan, provincia de Hubei —el epicentro de la pandemia— dijo a sus amigos y parientes en un vídeo que el brote era en realidad mucho más aterrador que lo que se había informado en televisión. «Hay muchos pacientes», dijo. «Un médico estimó que había 100,000 infectados».
El 31 de enero, un médico de Wuhan publicó en las redes sociales que muchos pacientes estaban muriendo en un hospital local y que muchos cadáveres fueron dejados en el pasillo. «No necesito que me animen [refiriéndose al lema político «Wuhan, mantente fuerte» que se usaba en todo el país en ese momento], solo necesito que toda la nación sepa lo que está pasando en Wuhan», dijo.
A su vez, Yan Cheng, un joven de 17 años con parálisis cerebral, se quedó solo en su casa en la ciudad de Huanggang, en la provincia de Hubei. El 22 de enero, las autoridades locales se llevaron a su padre y lo aislaron después de que desarrolló los síntomas de COVID-19. A pesar de la desesperada petición de ayuda del padre en las redes sociales, las autoridades locales no proporcionaron la atención adecuada al adolescente que fue encontrado muerto en su casa unos días después.
El 1 de febrero, Caijing, una revista independiente de Beijing, publicó un largo informe en internet, titulado «Personas fuera de las estadísticas: ¿murieron de neumonía común?». El documento cuestionaba la narrativa oficial de la pandemia del PCCh y evocaba una fuerte respuesta de los lectores. Pero el informe fue eliminado por el departamento de propaganda del régimen.
El 7 de febrero, Fang Bin, un ciudadano periodista y residente de Wuhan, publicó su video viral «Reporte desde Wuhan» en YouTube, diciendo: «Esta neumonía no es solo un desastre natural, sino también un desastre provocado por el hombre. El PCCh comenzó a encubrir y acallar al Dr. Li Wenliang. Después de que las autoridades no pudieron encubrir las cosas, impusieron un bloqueo en la ciudad, causando aglomeraciones en hospitales, aeropuertos y tiendas. Los que ya habían contraído la neumonía se quedaron junto con los que no, así que también se infectaron. Entonces entre 300,000 y 400,000 personas pudieron huir del epicentro [Wuhan], y propagaron el virus a toda China y al mundo».
El 29 de febrero, un residente de Wuhan, conocido en las redes sociales como «Ershui Grapefruit Tea», fue testigo de cómo los hospitales locales de Wuhan rechazaban a los pacientes. Escribió en una entrada de blog: «En la mañana del 19 [de febrero], mi madre fue finalmente llevada en ambulancia a la sala de emergencias del Hospital Popular de la Universidad de Wuhan. Era la última vacante en la sala de emergencias. Allí fui testigo de una crisis humanitaria: no importa cuán grave esté [el paciente], no importa lo mucho que suplique, el médico no admite a nadie porque no hay camas. Llorando, suplicando, arrodillándose y doblándose, uno por uno fueron llevados a la sala de emergencias, y luego uno por uno fueron expulsados —una fila interminable de víctimas».
«Demasiados pacientes como mi madre fueron sacrificados. No se cuentan en las estadísticas y no serán anunciados. Afuera hay muchos elogios de que la situación es muy buena, como si [estuviéramos sufriendo de] amnesia colectiva (…). La gente común es toda una hormiga ante esta catástrofe. La ayuda de emergencia [llegó a Wuhan] de todo el país, pero nunca hemos visto ni un céntimo».
El 13 de marzo, otra persona, un hombre de la provincia de Hubei criticó al PCCh y se lamentó en Internet: «No se pueden imaginar qué clase de gobierno es este y ¿qué es exactamente lo que está haciendo este gobierno? ¿Por qué nosotros, los chinos, estamos tan malheridos y viviendo una vida tan miserable?».
El 15 de abril, Tan Jun, un funcionario público de la ciudad de Yichang, en la provincia de Hubei demandó al gobierno provincial por encubrir el brote de virus, convirtiéndose en la primera persona en el continente en presentar una demanda contra las autoridades por la pandemia.
Tan le dijo a The Epoch Times que el PCCh usaba la maquinaria del estado para tratar con la gente. «Alguien debe asumir la responsabilidad de esto. Este asunto es muy serio. Como un nativo de Hubei, creo que es importante levantarse y apelar. Que el gobierno provincial de Hubei asuma la responsabilidad». Más tarde la policía le ordenó no hablar del asunto, según un informe de la agencia de noticias AFP.
El 23 de septiembre, Yang Min, residente de Wuhan, presentó una demanda contra las autoridades locales para hacerlas responsables de la muerte de su hija, que murió de un coronavirus el 6 de febrero.
El PCCh ha ignorado el dolor y el sufrimiento de muchas víctimas de la pandemia china y sus familias. El número oficial de muertos, alrededor de 4600, es engañoso y los ciudadanos afirman que las cifras podrían ser mucho más altas.
El régimen chino no solo ocultó la pandemia, sino que además llevó a cabo una campaña de propaganda antiamericana para distraer y confundir a la gente sobre los hechos del origen del virus.
Editor del Global Times lanza propaganda antiestadounidense
Hu Xijin, el editor en jefe de los medios de comunicación vocales del PCCh, Global Times, publicó algunos comentarios en Twitter, distorsionando los hechos y trasladando la culpa de la pandemia a Estados Unidos.
El 2 de octubre, después de que se supiera que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y la primera dama, Melania Trump, habían dado positivo en el test de COVID-19, Hu tuiteó que «el presidente Trump y la primera dama han pagado el precio de su apuesta por restarle importancia al COVID-19».
Hu sugirió además que la infección de Trump «impondrá un impacto negativo en la imagen de Trump y de los EE.UU., y también puede afectar negativamente a su reelección».
El posteo, que más adelante fue eliminado, se publicó una hora después de que Trump anunciara por primera vez los resultados del test.
«China va a pagar un gran precio”
El 7 de octubre, solo unos días después de dar positivo para el virus del PCCh, el presidente Trump publicó un video en Twitter diciendo que «fue culpa de China, y China va a pagar un gran precio por lo que le han hecho a este país. China va a pagar un gran precio por lo que le han hecho al mundo. Esto fue culpa de China, y recuerden eso».
El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, se hizo eco del mensaje de Trump en Newsmax TV el 9 de octubre, diciendo que el PCCh eligió ocultar información al mundo y por lo tanto causó «no solo la pérdida de vidas aquí que es tan trágica, sino toda la destrucción de empleos y oportunidades que le ha sucedido. El Partido Comunista Chino es directamente responsable de esto (…). El mundo se ha vuelto contra ellos. Las personas han llegado a comprender la amenaza que representa (…) El Partido Comunista Chino ya ha empezado a pagar un precio de muchas maneras».
Actualmente, más de cien países solicitaron investigaciones independientes sobre el origen del nuevo coronavirus y la actuación de la OMS durante la pandemia.
El personal del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes de Estados Unidos y el grupo asesor científico del Reino Unido, la Sociedad Henry Jackson, ambos publicaron informes de investigación. «Es un hecho innegable que el PCCh ocultó información, manipuló a la OMS y causó una pandemia mundial», declararon.
La pandemia es un enorme desastre infligido por el PCCh, y la presión aumenta en todo el mundo para que el régimen rinda cuentas.
La propaganda y las mentiras difundidas por los medios de comunicación del PCCh tienen por objeto encubrir el número real de muertes causadas por el coronavirus en el continente y la verdad expuesta por muchos valientes ciudadanos y activistas.
Un régimen que no se preocupa por la vida humana y distorsiona la verdad no debería tener derecho a permanecer en el poder.
Tian Yun, M.A., se especializa en gestión de la educación e investigación histórico-cultural. Ha publicado artículos sobre temas de actualidad relacionados con China en The Epoch Times desde 2018.
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Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times
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