Comentario
En este momento, los opositores de Donald J. Trump no pueden creer lo que están viendo.
Hace apenas unos meses, los habitantes del «pantano» de Washington respiraban aliviados. Lo habían conseguido. Habían derrotado al horrible Trump, entregado la Casa Blanca a Joe Biden, y ahora podían empezar a implementar todos sus preciados planes para una América post-Trump.
Y entonces ocurrió algo sorprendente.
Un expresidente dos veces impugnado que presuntamente había incitado una «insurrección» en el edificio del Capitolio el 6 de enero ha regresado, y parece más fuerte que nunca.
En la noche del sábado 5 de junio, Trump salió a dar su segundo discurso público desde que dejó la Casa Blanca el pasado enero. Trump fue invitado a dar un discurso frente a una entusiasta multitud en la Convención estatal del GOP en Greenville, Carolina del Norte.
Esto no estaba en el guión que había sido cuidadosamente escrito. Se supone que el expresidente Trump debería ser una nota histórica a pie de página en este momento. Se supone que está totalmente destruido, que es completamente irrelevante, tan radiactivo que nadie se acercará a él.
Trump no solo no está enfurruñado en solitario en la más absoluta desgracia, sino que ahora está ejerciendo un control más directo sobre el Partido Republicano de lo que nunca hizo cuando estaba en la Casa Blanca.
Controla el dinero, controla el partido
Las cifras de recaudación de fondos del primer trimestre revelaron que Trump está en proceso de recaudar un enorme cofre de guerra para utilizarlo en las elecciones de 2022 y 2024. El Save America PAC de Trump superó en recaudación al GOP casi 2 a 1 en el trimestre, 85 millones de dólares frente a 44 millones.
¿Cómo ha sucedido esto?
En su gran discurso en la CPAC a finales de febrero y luego en una declaración publicada el 9 de marzo, Trump pidió a sus partidarios que comenzaran a enviar sus donaciones directamente a él en lugar de al GOP. Mientras que muchos comentaristas de los medios de comunicación y los principales políticos del Partido Republicano se burlaron y descartaron el discurso de Trump en Orlando como los desvaríos de un mal perdedor, pronto se hizo evidente que la base de Trump lo escuchó y respondió a su petición. Ese dinero le da a Trump una inmensa cantidad de influencia.
Y el multimillonario del sector inmobiliario no tardó en empezar a ejercer esa influencia. Trump contribuyó a que la representante Liz Cheney (R-Wyo.) fuera expulsada de su puesto en el liderazgo del Partido Republicano y sustituida por la representante Elise Stefanik (R-N.Y.).
Trump también hizo un movimiento clave durante su discurso en la convención. Después de que el actual senador de Carolina del Norte, Richard Burr, declarara que no se presentará a la reelección en 2022, el expresidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, y el ala del establishment del Partido Republicano se apresuraron a ungir a su sucesor elegido: El representante de la Cámara de Representantes de Carolina del Norte, Mark Walker.
Y luego, durante su discurso, Trump convocó a su colega Ted Budd y lo apoyó, y al hacerlo hizo que Walker fuera irrelevante. Después de todo, cuando se trata de a quién va a escuchar la base del GOP, Paul Ryan o Donald Trump, la respuesta es obvia.
Presentarse contra la lista de Trump para 2022 y 2024 será sumamente costoso
Sea lo que sea lo que el establishment del GOP y sus donantes esperaban tener que gastar en las próximas primarias del GOP en las dos próximas elecciones, más vale que se adelanten y lo cuadrupliquen. Como mínimo.
Trump ha dejado claro que tiene toda la intención de hacer que sea terriblemente caro conseguir que los elegidos por el establishment del GOP sean electos. Presentará su propia lista de candidatos contra los candidatos propuestos por el establishment.
Esa ala atrincherada del establishment del GOP fue capaz de resistir durante los cuatro años que Trump fue presidente, agazapado y decidido a esperar que saliera. A menudo, Trump solo pudo prestarles una atención simbólica antes de volver a ocuparse de asuntos más urgentes.
Ahora, Trump no es presidente, lo que significa que puede dedicarles toda su atención.
Va a erradicar el ala del establishment republicano del partido matándolos de hambre financieramente, y luego ganándoles electoralmente. El plan de Trump es que cuando vuelva a la Casa Blanca en 2024, el Partido Demócrata no va a ser una fuerza política viable debido a la revelación del supuesto robo electoral, y el establishment republicano habrá desaparecido de un Congreso en el que los partidarios de Trump tienen todo el control.
Por supuesto, los oponentes de Trump pueden ver a dónde va esto si se sale con la suya. Y los está poniendo cada vez más nerviosos.
Pánico en la CNN
El presentador de la CNN, Jim Acosta, argumentó la mañana del sábado previa al discurso de Trump en la convención de Carolina del Norte que el país está en medio de un «golpe de estado en cámara lenta» porque el expresidente aún no ha desaparecido en desgracia.
Lejos de estar refugiado en un búnker, aislado y asediado, Trump estaba a punto de salir de nuevo a hacer campaña. Era casi como si cinco años de esfuerzo implacable y dedicado por parte de unos medios de comunicación cada vez más frenéticos para destruir a este hombre y a su familia no hubieran conseguido nada.
Si Trump volviera a la Casa Blanca para un segundo mandato, una cosa está clara: todos los intentos de destruirlo como agente político de cambio en este país habrán fracasado. Y en un segundo mandato, Trump lo tendría mucho más fácil para implementar toda su agenda que la primera vez.
Brian Cates es un escritor residente en el sur de Texas y autor de “Nobody Asked For My Opinion … But Here Is Anyway!” (Nadie pidió mi opinión… ¡Pero aquí está de todos modos!). Se le puede localizar en Telegram en t.me/drawandstrikechannel.
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Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times
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