El riesgo de dejar a los niños en manos del móvil para calmar rabietas

Por EFE
19 de febrero de 2019 7:55 PM Actualizado: 19 de febrero de 2019 7:55 PM

El psicólogo José Moreno desaconseja a los padres usar dispositivos tecnológicos para “regular las emociones de los niños”, como entretenerles para que coman o calmar una rabieta, porque explica que el cerebro infantil no se estimula igual con un aparato que con una relación humana.

Este experto en adicciones tecnológicas fue ponente de la clase “Las nuevas tecnologías: prevención y tratamiento con población adolescente”, organizada por la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) para promocionar su título de “Experto universitario en la adicción a las nuevas tecnologías” que comienza en abril.

Ha abogado por “prevenir” estos comportamientos adictivos desde que los bebés tienen meses, porque algunos padres ya les dejan una tableta cuando lloran.

Moreno explica que la neurociencia demuestra que el cerebro del niño, que es muy plástico los primeros años, no se desarrolla igual con un dispositivo tecnológico que con el contacto físico con otras personas.

Además, añade que ese contacto humano tiene efectos positivos en las funciones mentales superiores, como memoria y percepción, además de contribuir a la regulación de la emociones en sus circunstancias diarias.

En relación a la detección de las adiciones a las nuevas tecnologías, ha detallado que existe “una falta de control sobre el comportamiento”, ya sean videojuegos o redes sociales, y los niños o adolescentes “cada vez necesitan más tiempo de uso, a pesar de las consecuencias negativas”.

“No es lo mismo utilizar un dispositivo para trabajar o para actividades constructivas, que usarlo y que afecte negativamente al sueño, la alimentación o las rutinas”, aclara.

Los padres tienen que percibir que existe un problema de adicción si se produce “una alternación de la vida diaria” en el comportamiento de sus hijos, según Moreno.

Cuando un niño o adolescente tiene un problema de dependencia tecnológica normalmente suele ser a varios dispositivos, ya que en un teléfono móvil ya se pueden encontrar las mismas aplicaciones que en una tableta, como las redes sociales y los juegos.

En estos casos de adicciones, “la responsabilidad no es solo del menor, los padres se tienen que comprometer en la intervención” con un profesional para solucionar este problema y estar “dispuestos a realizar cambios para asumir su parte”.

Así, recalca que el ejemplo de los padres influye en sus hijos desde que son pequeños, ya que tienden a imitar todos sus comportamientos.

Un uso constructivo del móvil

“Es mucho más importante que hagas un uso constructivo del móvil a que le digas a un adolescente que no abuse del teléfono, porque el menor se va a dejar guiar de lo que ve”.

A su juicio, es importante que “antes” de entregar un dispositivo se debe “negociar” con el menor cómo se va a regular su uso y también establecer una serie de normas.

“Si a un niño le das un móvil con internet le das acceso a todo, por lo que es fundamental prepararle primero”, insiste este psicólogo, quien es partidario de firmar un contrato entre padres e hijos.

Para ello, considera necesario que haya “una comunicación basada en el respeto, la tolerancia y la empatía, sin que haya una imposición del contrato por ninguna de las partes”.

 

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