Puntos de vista sobre la salud
Dado que las vacunas contra COVID-19 cargan el organismo con el código genético de la proteína trombogénica y letal de espiga de Wuhan, quienes se vacunan son vulnerables a una catástrofe si se infectan con el SARS-CoV-2 tras haber recibido recientemente una de las inyecciones.
Nahab et. al, de la Universidad de Emory, analizaron una base de datos estatal de receptores de la vacuna contra COVID-19. Aproximadamente 5 millones de georgianos adultos recibieron al menos una vacuna contra COVID-19 entre diciembre de 2020 y marzo de 2022: el 54 por ciento recibió BNT162b2 (Pfizer), el 41 por ciento recibió mRNA-1273 (Moderna) y el 5 por ciento recibió Ad26.COV2.S (Johnson & Johnson). Aquellos con infección concurrente por COVID-19 en los 21 días posteriores a la vacunación tuvieron un mayor riesgo de ictus isquémico (OR = 8,00; IC del 95 por ciento: 4.18, 15.31) y hemorrágico (OR = 5.23; IC del 95 por ciento: 1.11, 24.64).
Este análisis muestra uno de los muchos grandes peligros presentes en el rápido desarrollo y despliegue de vacunas sin suficientes datos de seguridad y seguimiento. El ictus es un resultado devastador, y parece que un gran número de casos debilitantes podrían haberse evitado si las vacunas contra COVID-19 se hubieran retirado del mercado en enero de 2021 por exceso de mortalidad. Los pacientes de este estudio se habrían ahorrado el ictus y la discapacidad.
Estos datos resaltan la necesidad de la desintoxicación de la proteína de espiga – en otras palabras, métodos para reducir la carga de la proteína de espiga dentro del cuerpo. Tenemos un manuscrito muy esperado en prensa que presenta un régimen ambulatorio de combinación triple de nattocinasa, bromelina y curcumina, que funciona proteolíticamente para eliminar la proteína de espiga a la vez que proporciona un bajo nivel de trombólisis y control de la inflamación.
Republicado del Substack de Peter McCullough. Financiado en parte por la Fundación McCullough.
Las opiniones expresadas en este artículo son las del autor y no reflejan necesariamente los puntos de vista de The Epoch Times.
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