En los últimos 10 años se han disparado las investigaciones sobre el tema de la gratitud, y se ha descubierto que el hábito de la gratitud diaria puede tener un efecto positivo duradero en nuestra salud mental, felicidad y bienestar físico.
Un artículo publicado en the Journal of Personality and Social Psychology de 2003, analizó tres estudios diferentes en los que se pedía a los participantes que escribieran lo que agradecían semanal o diariamente. De forma consistente, esos grupos informaron de un mayor bienestar que los grupos control, en diferentes aspectos.
En otro estudio, publicado en Personality and Individual Differences en 2013, los investigadores descubrieron que la gratitud de un individuo, medida en encuestas, era un fuerte indicador de salud física.
Un estudio publicado en Frontiers in Psychology en 2019 informó de que los participantes a los que se pidió que escribieran listas diarias de gratitud durante dos semanas mostraron un cambio notable. «La intervención sobre la gratitud consiguió aumentar el afecto positivo, la felicidad subjetiva y la satisfacción vital, y reducir el afecto negativo y los síntomas de depresión», informaron los autores.
He aquí algunas formas prácticas de comenzar a cultivar la virtud de la gratitud, a menudo subestimada.
Escriba un diario de gratitud
Una de las formas más comprobadas de cultivar el hábito de la gratitud es la práctica diaria. Designe un momento al día para escribir algunas cosas por las que se sienta agradecido. Pueden ser cosas grandes o pequeñas. Lo más importante es empezar a centrar su atención en los aspectos positivos de su vida que no está saboreando plenamente.
Si se siente agradecido, dígalo
Con demasiada frecuencia nos sentimos agradecidos por algo que alguien ha hecho, o simplemente por el tipo de persona que es, pero no se lo decimos. Tal vez tengamos miedo de parecer extraños o raros en un mundo en el que este tipo de cumplidos son poco frecuentes. Pero en el fondo, la mayoría de las personas atesoran estas palabras y las recordarán durante mucho tiempo.
Sea consciente de sus bendiciones
Conciencia plena y gratitud van de la mano. Probablemente hay docenas de cosas buenas en su vida que no está apreciando porque las da por hecho. Dos ejemplos en mi vida son la buena salud y el sueño reparador. Nunca me doy cuenta de su valor hasta que me las quitan temporalmente. Pero no tiene por qué ser así.
No se detenga en los aspectos negativos
En cierto modo, este consejo es simplemente lo contrario de la gratitud. La gratitud es el arte de notar y saborear lo bueno de la vida y dirigir ese agradecimiento a alguien o a algo. También debemos evitar llenar nuestra mente con pensamientos sobre como la vida no es exactamente lo que queremos que sea, o de lo contrario esta percepción se convertirá en nuestra forma habitual de ver cada situación.
Viva generosamente
Puede que no parezca obvio en el mundo actual de «si no te cuidas a ti mismo, nadie más lo hará», pero una de las formas más seguras de ser más feliz y más agradecido es invertir más en la vida de los demás. Vivir con generosidad y compartir nuestras bendiciones cambia nuestra perspectiva, de modo que los pequeños inconvenientes de la vida parecen menos importantes en comparación. El voluntariado es una excelente forma de ser generoso, pero también lo es ayudar a un vecino o tender la mano a alguien que sabe que está pasando por dificultades.
Enorgullézcase de las pequeñas victorias
La ambición es una cualidad loable cuando se aprovecha para hacer el bien, pero puede dejar a algunas personas insatisfechas para siempre. Si solo centra su interés en el futuro y en los logros, perderá completamente la capacidad de celebrar las pequeñas victorias y de disfrutar del camino que está recorriendo.
El efecto duradero de la gratitud
Al adoptar la práctica de la gratitud, no solo está construyéndose una vida mejor, sino que también está mejorando el mundo que le rodea. No subestime el efecto que una sola palabra amable puede tener en el día o incluso en el año de una persona. Las personas agradecidas perciben rápidamente lo bueno que hay en los demás y lo señalan. Ese es el poder de la gratitud en acción.
Si ser agradecido fuera fácil, ya lo estaría haciendo, pero para muchos de nosotros no es nuestra forma de pensar habitual. En cierto modo, es un reflejo de nuestra cultura. Nos bombardean con mensajes que nos dicen que queramos más, que seamos mejores o que nos desagraden aquellos que tienen lo que nosotros no tenemos. Se ha convertido en algo normal centrarnos en lo que nos molesta y quejarnos de lo que no es suficientemente bueno en nuestras vidas. Afortunadamente, nunca es demasiado tarde para cambiar esto.
No existe una fórmula secreta para convertirse en una persona más agradecida; es solo una elección que se hace una y otra vez. Para muchas personas, una de las formas más poderosas de comenzar es simplemente reflexionar sobre aquello por lo que deben estar agradecidos como un hábito diario.
Comience hoy mismo su viaje hacia la gratitud y disfrute de sus increíbles beneficios, que luego se extenderán a los que le rodean.
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